Bullet For My Valentine – Gravity (2018)

Lo primero que apreciamos es el salto que existe entre este disco nuevo y los anteriores. «Gravity» es un disco de cambios donde nos vamos a encontrar sonidos diferentes. Dejamos atrás ese sonido que les caracterizada para evolucionar. Ya tuvimos un Tears dont fall 2 con «Temper Temper», no necesitamos seguir en un estilo tan trillado. Bullet For My Valentine se ha alejado esta vez de todo el sonido pasado haciendo canciones más simples pero con mucho más carácter y realidad donde la gente puede disfrutar de nuevos sonidos. Algo que es de admirar para una banda con tantos años y carrera. Siempre es difícil tomar distancia de los rimeros discos y tendencias, pero lo han hecho y su momento de maduración ha llegado.

Tenemos que preguntarnos ahora por los fans. Todos ellos. Estamos los que admiramos el vertiginoso salto de un grupo por abordar algo nuevo, con su miedo y presión. Y los que por otra parte, odiarán cualquier novedad por no parecerse a lo conocido. Bueno, pensemos en las duras críticas que recibieron los últimos discos siendo tan parecidos en estilo a todo lo anterior. ¿Por qué este iba a ser una metedura de pata? No lo es. Es un grupo disfrutando su música y su evolución.

La salida de Moose, uno de los componentes originales de la banda galesa fue un golpe y un punto de inflexión. Algo necesario para la llegada de «Gravity». «Matt» Tuck se ocupó personalmente la composición del nuevo disco obviamente ayudado por sus compañeros para dar el resultado de un disco personal, según explicaba Tuck en una entrevista para la New Musical Express.

El disco comienza no pareciendo BFMV, la introducción de instrumentos nuevos como sintetizadores es el primer punto de análisis. «Leap of faith» se nutre de este sonido nuevo para ellos rozando el post-hardcore y dejando muy atrás el metalcore que les caracterizó. Los continuos puntos de descanso con instrumentos electrónicos y los contrastes con los ataques a un sonido más conocido para ellos dan como resultado una sensación de nerviosismo y euforia de escuchar algo completamente novedoso para nosotros.

«Over it» sería la canción que más nos recuerda a sus pasados discos pues debemos recordar que fue la primera canción que lanzaron como single a principios de año. Es de esperar que primero tanteasen el terreno no alejándose de lo conocido. Pero dura poco. «Letting you go» es un duro ejemplo en el título de cómo tienen que dejar lo viejo irse para dar la entrada a algo nuevo. De nuevo comienza con esos sonidos de sintetizadores y guitarras para que Tuck empiece a cantar con una voz limpia que rellena perfectamente el espacio que deja la instrumentación. Se basa en la forma de la primera canción, momento de descanso y ataque musical. Parece un acierto.

Con «Not dead yet» se deja ver un cambio con las canciones anteriores. Directamente comienza con un típico coro y unos sonidos delicados de sintetizador que dan melodía y armonización a la base de guitarra, bajo y batería. Ese mismo sonido y el coro serán recurrentes en toda la canción que terminará con un fade out perfecto cantando el estribillo, el coro y un ligero sonido de cuerda producido por ese sintetizador. Es un final perfecto para encajar con «The very last time» por su suavidad. Una balada que interrumpe la agresividad del disco con un continuo matiz de ese sintetizador  que guía todas las canciones.

Es con «Piece of me» y «Under again» cuando Tuck comienza a darnos esos rangos vocales a los que estábamos acostumbrados a escuchar en sus temas anteriores. Desgarradoras voces con un acompañamiento de guitarra y una batería muy rítmica. A penas vemos esas novedades de las primeras canciones. Como «Over it», es una de las que más nos recuerda a sus pasados trabajos. «Gravity» a su vez es otra de las canciones más pegadizas y que recuerdan más a su pasado estilo para dar a su público de nuevo el recuerdo de lo que siguen siendo aunque su orientación como grupo maduro vaya modificándose.

«Coma» es de nuevo otra de esas canciones donde se nos da una intro con un loop creado por ordenador pero que pronto resolverá en su tradicional riff de guitarra distorsionada. Es un recurso muy usado a lo largo de este disco la intercalación en una misma canción de un momento de sintetizador y otro de sonido clásico a lo BFMV. Lo hemos visto a lo largo del disco, una vez esta bien, pero tantas es un poco excesivo.

«Don’t need you» parece que empieza de igual forma que las anteriores sin embargo nos engancha enseguida, llega el scream que caracteriza a Tuck, las potencia de guitarras y bajo y el sonido bien marcado de esa nueva batería. La que más gustará al publico de siempre, sin duda.

Para concluir este nuevo disco «Breathe underwater», la segunda balada del disco. Un comienzo acústico, una voz limpia que nos ha guiado durante todo el disco y el sonido artificial que ha sido la línea por la que hemos caminado al escuchar por completo «Gravity». Un buen final para una nueva tendencia que traerá más de un disgusto a los puristas y un soplo de aire fresco a los que queremos que el heavy encuentre nuevos giros para sorprendernos.

Sonia Jiménez Carrillo

Bullet For My Valentine (Michael «Padge» Paget, Jamie Mathias, «Matt» Tuck & Jason Bowld)

Lo mejor: Los coros potentes y el atrevimiento.

Lo peor: La escasa relación, a priori, entre canciones

Bullet For My Valantine «Gravity» (Search & Destroy / Spinefarm Records)

  1. Leap Of Faith
  2. Over it
  3. Letting you go
  4. Not dead yet
  5. The very last time
  6. Piece of me
  7. Under again
  8. Gravity
  9. Coma
  10. Don’t need you
  11. Breathe underwater

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