Cultura Inquieta (Polideportivo San Isidro, 30 de junio, Getafe)

El viernes 30 de junio era una fecha marcada en nuestro calendario desde hace meses. Dentro de la programación de ese festival de festivales que es el Cultura Inquieta, y que abarca numerosas fechas y sensibilidades musicales, nosotros nos sentimos tremendamente atraídos por el cartel del pasado viernes, un cartel que incluye dos leyendas del rock nacional como son Burning y Rosendo, el grupo del momento en lo que a rock & roll se refiere – Los Zigarros – y uno de los grupos revelación, llamados a hacer algo grande en la escena, Desvariados.

Nos esperaban 6 horas de rock, que al final fueron casi dos más. Desvariados eran los encargados de abrir la jornada a las 20:15 pero lo hicieron quince minutos más tarde, y a partir de ahí, los retrasos no hicieron más que acumularse… Teníamos curiosidad por escuchar a este joven grupo del que habíamos oído hablar pero nunca habíamos catado. Desvariados son rock & roll en esencia, llevan todo el año teloneando a Burning y eso se nota, tienen ese toque elegante de los Stones y ese toque macarra típico del rock español y de bandas como La Fuga. Una a una fueron escupiéndonos casi todas las canciones de su disco debut “Café Caimán”. “La chica de Dylan”, “El último blues sincero” o “El hotel de las historias” mostraban que Desvariados es ya un grupo con tablas y que si Adrián Díaz defiende perfectamente las canciones en el micro es con la guitarra con la que se luce, marcándose unos solos de depurada técnica rocanrolera. Momento a destacar dentro de su actuación es cuando finalizando la misma alargan el puente de “Camina solo” con unos teclados psicodélicos y sorprendiéndonos con un guiño a “Entre dos tierras” de Héroes Del Silencio.


Rosendo Mercado es uno de los más importantes representantes del rock español, y llegó al polideportivo San Isidro de Getafe a presentar su nuevo y recién estrenado disco «De escalde y trinchera», su decimosexto trabajo de estudio en solitario, ahí es nada… Muchas camisetas de Rosendo – y de Leño – se podían ver entre los asistentes, que esperaban con caras de ilusión la aparición del rockero de Carabanchel sobre el escenario, y es que Rosendo es como ese tío abuelo bonachón al que ves de vez en cuando, con el que no tienes un trato cercano pero que te cae bien, y te da la propina, que eso siempre ayuda. Y la propina de este tío no son unas monedas rebuscadas en el fondo del bolsillo sino una buena ración de rock urbano, que destila honestidad y sencillez. Escoltado por sus inseparables Mariano Montero a la batería y Rafa J. Vegas al bajo, abrió su actuación con “Aguanta el tipo”, un clásico de hace 30 años, para después dar paso a varias canciones de su última etapa, incluyendo la versión del “No dudaría” de Antonio Flores. Rodeado de fans de todas las edades, el longevo rockero quiso dar protagonismo a su nueva obra e interpretó varios temas como “Soy”, “Qué bufonada” o “Que si vengo que si voy”, dejando para el final sus mayores himnos. “Flojos de pantalón” o “Pan de higo” – problemas con su amplificador que hicieron parar la actuación mediante – nos llevaron al final de una actuación que todos sabíamos que no podía ser tal. Quedaban los dos temas más míticos de su discografía. Tras un par de minutos de descanso, el trío volvió a aparecer en escena para hacer que todo el público allí congregado botara y coreara “Agradecido” y “Maneras de vivir”, poniendo fin, ahora sí, a una gran actuación.

 

Tras una larga demora debida a problemas técnicos llegaba el momento de que Burning aparecieran en escena.  La banda de Johnny Cifuentes cumple más de 40 años sobre los escenarios con su rock & roll castizo, distinguido a la par que chulesco, y llegaba a la localidad madrileña dentro de su gira Corre Conmigo, que tenía aquí su última fecha, para demostrar que continúan en plena forma. Poco queda por decir de un grupo de culto que sin quererlo, colocó las primeras piedras de la trágica leyenda nacional del rock y escribieron los primeros himnos de la misma, ajenos a las modas del momento. Los Burning son nuestros Stones, y eso queda reflejado especialmente en temas como “I’m burning”, que como nos recordó Johnny, es la primera canción grabada por el grupo, allá por 1974. Ya en castellano, la banda de La Elipa nos hizo bailar con clásicos como “No es extraño que tú estés loca por mí” y “No pares de gritar”, nos hizo estremecernos con la nostalgia de “Qué hace una chica como tú en un sitio como éste” y “Una noche sin ti” y llevo al éxtasis a sus fans con la traca final en la que subieron al escenario a Adri de Desvariados para compartir con Johnny el micro en “Muévete en la oscuridad” para acto seguido descorchar una botella de cava en honor a la propia banda y a sus fieles con “Mueve tus caderas”.

Cerca de las 2:30 de la noche Los Zigarros hicieron de las suyas en el escenario. La banda valenciana era la encargada de cerrar la jornada del sábado con su rock & roll enérgico y directo a la yugular. Pese a tener que comenzar tan tarde y los problemas técnicos que también ellos sufrieron, haciendo incluso cambiar las guitarras a los hermanos Tormo, Los Zigarros fueron caldeando el ambiente con un arranque protagonizado por temas de su disco debut como “No obstante lo cual” y “Voy hacia el mar”. Tuvieron que superar las adversidades de un sonido deficiente, tal y como hemos comentado, de un frío que pelaba (para estar ya en julio), y del cansancio que ya hacía mella entre el respetable, pero los valencianos, tirando de oficio y haciendo lo que mejor saben hacer, no defraudaron a nadie y dieron un recital de actitud y superación con un setlist perfectamente escogido y conocido por todos sus seguidores, que no eran precisamente pocos, y que cantaban a pleno pulmón otros temas de su homónimo disco debut como “Desde que ya no eres mía” o “Cayendo por el agujero” y, por supuesto, los temas de su último disco “A todo que sí” que ya se pueden catalogar como clásicos modernos del rock & roll español. Entre estos cabe destacar “Baila conmigo”, “Qué demonios hago yo aquí”, “Tendrías que haberla visto bailar” o ese cañonazo digno de los Hellacopters que es “Resaca”.

Punto y final, con ganas de llegar a casa a tomar un colacao – otros dirán un whisky – para entrar en calor, nos fuimos a casa cansados pero con la sonrisa en la boca después de haber disfrutado de una épica noche de rock.

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Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

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