El Altar Del Holocausto (11 de octubre, Moby Dick Club, Madrid)

La noche del 11 de octubre había muchos eventos musicales de muy distinto calado en Madrid, pero muchos teníamos claro cual era el más interesante de todos. El Altar Del Holocausto se reunía con sus fieles en la sala Moby Dick para presentar su último álbum «-IT-«. Algunos ya pudimos catar sus nuevas composiciones en directo en la última edición del Download Festival pero ésta era la presentación en una sala de la capital y la expectación era máxima, tanto es así que un par de días antes del concierto colgaron el cartel de «no hay entradas», algo casi inaudito cuando hablamos del underground patrio, pero El Altar Del Holocausto es un grupo especial y su progresión parece no tener límites. Se juntaron una de las bandas que mejor suenan siempre con una sala donde la calidad del sonido es excepcional así que nada podía salir mal…

La cola en la entrada antes de la apertura de puertas yo nunca la había visto en la Moby Dick. Una vez se abrieron y accedimos a la sala nos embriagó el olor a incienso con el que la habían ambientado de cara a la homilía que iba a tener lugar un rato después. El escenario estaba decorado como en las grandes ocasiones (la banda tiró la casa por la ventana con el atrezzo) y muchos fans iban haciendo acopio de merchandising según entraban, preparándose así para la ocasión. Nos íbamos impacientando a medida que pasaban los minutos y veíamos que no empezaba el show, hasta que acercándonos a las 22:00 subió a las tablas el cuarteto salmantino al son de unos emotivos cantos gregorianos y comenzó a santificar tanto el escenario como a todos los presentes de cara a la santa celebración, una puesta en escena que algunos se tomarán en serio y otros muchos a cachondeo, pero que en cualquier caso resulta de lo más impactante.

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La actuación arrancó, al igual que su último álbum, con el poderoso «I. Because evident is God’s wrath from heaven against all impiety and injustice of men, that they stop the truth with injustice» que interrumpieron a mitad para empalmarlo con «Again I say to you, it is easier for a camel to go through the eye of a needle, than for a rich man to enter the kingdom of God» de su álbum debut «-HE-« (2013). Todo transcurría, como es habitual, entre el caos eléctrico y los silencios sepulcrales. Colgaron carteles rogando silencio durante la homilía y los feligreses cumplieron (salvo alguna contada excepción) escrupulosamente. La emotividad se palpaba entre los asistentes y se desbordaba cuando comenzaba a sonar ese inconfundible punteo con el que se inicia el descomunal «Lucas I, 26-38», un clásico en su repertorio que nunca puede faltar porque tiene una capacidad de llegar al corazón del oyente especial, y eso que en lo que se refiere a tocar la fibra del personal andan sobrados ¡y sin necesidad de cantar para ello!.  «Act I – CRVCIS» o el magnífico «El Que Es Bueno, Es Libre Aún Cuando Sea Esclavo; El Que Es Malo, Es Esclavo Aunque Sea Rey» (otro clásico imprescindible) con el que abandonaron el escenario por primera vez son buena muestra de ello. Y esto quiere decir que sí, ¡que hubo bises! Algo excepcional en sus shows, al menos yo que he acudido a unos cuantos nunca lo había visto. Era una noche especial y eso quedó plasmado también en el set elegido y en la duración de la homilía. Regresaron con la épica que siempre rodea un temazo como «Eis Qui Sine Peccato Est Vestrum Primus In Illam Lapidem Mittat» y bajaron el telón con la contundencia de «Ego Sum Via Veritas Et Vita». Muy emocionados agradecieron la acogida del público madrileño que aunque nunca falla, en esta ocasión respondió especialmente bien. El hermano Sky Bite a pelo y Reaper Model a través del micrófono ultrareverberizado. La concurrencia entregada. No podía ser menos después de casi hora y media de un show tan brillante como siempre, tan épico como nunca.

Con el «Ave María» de Schubert sonando, al modo de la intro «† † †», todos nos fuimos retirando con la sensación, o más bien la certeza, de que no habíamos vivido un concierto más. Esto es música en estado puro, es más que una experiencia religiosa, como diría aquel… Con el cuello dolorido de tanto headbanging y bien sudaditos por el calor que había dentro de la sala (aunque nada comparado con los hermanos que tenían las capuchas empapadas), pusimos rumbo a nuestras respectivas vidas cotidianas con el alma bien purificada. Nosotros decíamos que nada podía salir mal, y como preveíamos, así fue. Amén.

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Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

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