Resurrection Fest 2018 (jueves 12 de julio, Viveiro)

Resurrection Fest, Chapter 13. Entre los días 11 y 14 de julio volvía a tener lugar en Viveiro (Lugo) una nueva edición de este ya mítico festival que reúne a amantes del punk, hardcore, metal y rock en general, que se congregan en esta preciosa localidad gallega provenientes de todos los rincones de España y en gran parte, también, de fuera de nuestras fronteras. Ésta es la primera vez que cubrimos el evento y la impresión que nos llevamos, a todos los niveles, no puede ser mejor. En una época en la que abundan los festivales centrados en el postureo por encima de todo, es de agradecer que unos de los pioneros continúen fieles a su esencia y mantengan una línea coherente, tanto en el aspecto musical como en el trato a los medios y en todo lo que rodea a la logística de un evento tan grande como éste.

Los ecos de la Warm Up Party del festival que se llevó a cabo el miércoles 11 aún resonaban en la cabeza de los fans del rock más reivindicativo cuando nosotros accedimos rondando las 14:30 del jueves para presenciar la actuación de Noah Histeria en el Desert Stage. La banda valenciana se presentaba por primera vez en Viveiro para deleitar al centenar largo de asistentes que esperaban su actuación frente al escenario más pequeño del recinto, y que curiosamente albergó varias de las actuaciones que más nos emocionaron del festival. Visiblemente nerviosos, los cinco miembros del grupo esperaban sobre las tablas a que les dieran el OK para comenzar su concierto. Con unos pocos minutos de retraso sobre el horario previsto, éste arrancó y los chicos se fueron soltando y desgranando su conceptual álbum debut «Hautefaye». Temas como «Djemil» o «Coloso» demuestran porqué, en lo que respecta al rock progresivo nacional, Noah Histeria ya son una referencia. Finalizando su media hora de show, Juan Giner (vocalista de la banda) agradeció emocionado a los seguidores de la banda allí presentes su apoyo para que pudieran estar en un gran festival como éste. Esperamos verles más a menudo en citas como ésta a partir de ahora.

Una vez que acabó esta actuación nos pasamos por el Ritual Stage, donde Bloodhunter estaban repartiendo cera de lo lindo. La banda liderada por la mediática Diva Satánica jugaba en casa y lo hicieron valer, provocando con «Let The Storm Come» el primer wall of death de la jornada. Fueron unos 30 minutos de actuación donde abundaron los circle pits – una tónica a lo largo de todo el festival – al son de temas como «Eyes Wide Open» o «Bring Me Horror» con la que echaron el cierre a su frenético show. Era hora de hacer un descanso y salir a comer algo y de camino al punto de acceso y salida del recinto pudimos ver y escuchar a la distancia un par de temas de Vörtex que estaban actuando en el Desert Stage. Una pena que no pudiéramos detenernos pero lo que pudimos escuchar me sonó realmente bien así que, a partir de ahora, habrá que seguir los pasos de la joven banda pontevedresa.

Pasadas las 16:30 llegó el momento de estrenar el Main Stage con Dawn Of The Maya. No llegamos a presenciar su actuación al completo pero pudimos observar como su potente directo convenció a los asistentes, y es que además flotaba en el ambiente una sensación de morriña dado que se trataba del último concierto de la banda navarra tras 12 años de actividad, al menos hasta el momento… El tirón de Dawn Of The Maya se ve en la gran cantidad de público que se congregó frente al escenario principal para verlos en directo y decirles «adiós», o por si acaso, «hasta luego». Fue la banda nacional que más publicó congregó en esta decimotercera edición del Resurrection Fest.

Dawn Of The Maya. Fuente: Resurrection Fest

A media tarde teníamos, de nuevo, una cita ineludible en el Desert Stage, esta vez con Aathma. La competencia de Jinjer en el escenario principal era dura, pero a pesar de ello había un nutrido grupo de personas expectantes por ver la actuación de los madrileños y su peculiar propuesta. Se hace raro ver un directo de una banda de doom bajo esa solana pero es lo que hay. No obstante, las pesadas bases rítmicas sobre las que se asientan las vigorosas guitarras de su vocalista y líder, Juan Domínguez, hicieron las delicias de los aficionados a los sonidos más pesados en temas como «Mithra» o «Atash». Las canciones de su aclamado «Avesta» publicado el año pasado llevaron el peso de una actuación contundente donde los momentos más rockeros y melódicos destacaron especialmente.

Y mientras íbamos dando un paseo por los puestos de comida del Circle Meal para ir pensando qué íbamos a cenar, nos llegaba un sonido muy agradable desde el Chaos Stage. El jueves fue un buen día para los descubrimientos, y el de Basement fue el primero de ellos. No conocía a este grupo pero tras escuchar un par de temas a la distancia no tuvimos más remedio que acercarnos y rendirnos ante su directo. «Covet», esa canción que parece el «Where Is My Mind?» de los Pixies pero interpretada por Nirvana, me acabó de convencer. La carpa presentaba un gran aspecto de público, y el sonido, también en este escenario, fue excelente. Sin solución de continuidad se alternaban las partes cañeras con las melódicas y la gente gozaba de lo lindo con la actuación de estos británicos que debutaban en el Resu con su rock descarnado y emocional que bebe directamente del emocore y el punk-rock de los primeros 2000′. Toda una revelación.

La segunda gran sorpresa fue Imperial Jade. Ésta lo fue menos porque acudimos a verlos por recomendación de un amigo, pero tenía curiosidad porque por las referencias qué teníamos, su propuesta no encajaba mucho en este Festival. Y así fue. Mientras miles de almas disfrutaban del thrash metal trasnochado de Overkill en el escenario principal, un par de centenares de locos por el rock & roll hacíamos lo propio en el más pequeño de los escenarios con el show de los barceloneses. La réplica española a bandas actuales como Vintage Trouble o Rival Sons la tenemos en estos chicos que tienen en el descaro en el escenario y en su buen hacer con sus instrumentos sus puntos fuertes. No os dejéis llevar por las apariencias al ver la foto de Arnau Ventura. No es un cantante indie, es nuestro Robert Plant (salvando las distancias). Imperial Jade tienen fuerza y elegancia; riffs zeppelianos con mucho groove forman la base sobre la que se sustentan unas canciones con claros aromas setenteros y sabor al mejor hard rock y rock & roll.

La actuación que esperaba con más ganas de todo el festival era la de Stone Sour, y no me defraudó. Recién cenados, conseguimos adentrarnos entre el público para situarnos a pocos metros del tablado, en la zona central, cerquita de un Corey Taylor que se comió el escenario y demostró que es uno de los frontman más en forma del panorama metalero. Apareció con una americana de cuadros que dejaba vislumbrar la camiseta del Resu que más tarde se quitaría sudada para arrojarla al público. Salió como un huracán, consiguiendo en todo momento centrar la atención de unos fans totalmente entregados. «Whiplash Pants», fue la encargada de abrir la velada, una de las canciones más potentes de su último álbum, el excepcional «Hydrograd», que colmó gran parte del repertorio de la noche. El sonido era perfecto, y las ganas de agradar del quinteto de Iowa hicieron el resto para que se diera una actuación memorable que no se daba en España desde hace once años. Éste era el último concierto en Europa de la gira de Stone Sour y no querían dejarse nada en el tintero. Temas potentes como «Absolute Zero», medios tiempos como «Say You’ll Haunt Me» o la intimista «Bother» – que interpretó tan solo acompañado de su guitarra eléctrica sin distorsión – se sucedieron a lo largo de la hora y cuarto de la que dispusieron sobre el Main Stage.  Dedicaron “Rose Red Violent Blue (This Song Is Dumb & So Am I)” a sus fans, gracias a los cuales gozan del status que ocupan hoy en día, y pusieron los pelos como escarpias con «Through Glass» en muchos de los presentes, entre los que me incluyo, y también con «Song #3» con la que la fiesta ya estaba desatada con un Taylor que durante todo el show estuvo refrescando al público lanzándole botellines de agua y disparando confeti con un bazuca. «Fabuless» puso el broche final a su actuación con los muñecos hinchables que representan a los miembros de la banda y con un despliegue espectacular de luces y pirotecnia.

Stone Sour. Fuente: Resurrection Fest

Una hora después de finalizar la actuación de Stone Sour, tenía lugar en el mismo escenario la de los otros cabezas de cartel del jueves, los más esperados por gran parte de los asistentes a esta primera jornada. Los suecos Ghost tocaban en el Main Stage con su espectacular atrezzo simulando una catedral en una actuación, que al igual que la de la banda norteamericana, era exclusiva en España. Con tan solo 10 años de carrera, están en su momento álgido de popularidad y con la mayor parte de los medios especializados rendidos a sus pies. Es la banda de la que todo el mundo habla, al menos todo el mundo del rock porque, desgraciadamente, el rock hace ya tiempo que dejó de ser un género predominante… Yo, qué queréis que os diga, no termino de verles la gracia. Su música es agradable de escuchar, no cabe duda, pero estoy convencido de que si no llevaran detrás toda esa parafernalia, su rollo satánico y las controversias que generan su ética y estética, no pasarían de ser un grupo más dentro del amplio espectro del hard rock. Tobias Forge se presentaba en Viveiro con su nueva identidad de Cardinal Copia y sus Nameless Ghouls para presentar los temas más destacados de su último álbum, «Prequelle», junto a otros clásicos de su repertorio. Comenzaron con el potente «Rats» e hicieron las delicias de sus seguidores con su operística actuación y temas como «Ritual» o «Cirice» que definen ese original sonido fruto de la fusión entre Kiss, Abba o Siouxsie and the Banshees. Se acercaba el final del show con ese tema de puro AOR que es «Dance Macabre» pero nosotros ya habíamos tenido suficiente y teníamos que descansar para la jornada del viernes así que tocaba retirada.

Ghost. Fuente: Resurrection Fest

No os perdáis nuestra galería fotográfica de la primera jornada del festival

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Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

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