Vola están en estado de gracia. Tres años después del lanzamiento del inconmensurable «Witness» había expectación acerca del siguiente paso de los daneses. ¿Estaría a la altura de las expectativas?, ¿darían un nuevo paso adelante dentro de su estilo?, ¿pegarían un bajón?. Bien, keep calm and listen to «Friend Of A Phantom». En su cuarto disco de estudio, nos dan todo lo que podemos esperar de ellos. Sus señas de identidad están ahí, indelebles. La complejidad melódica y la emotividad de su música nos vuelve a dejar sin palabras. Al igual que su predecesor, la delicada interacción entre lo pesado y oscuro, y lo etéreo y delicado deriva en una experiencia auditiva tan intrincada como reconfortante. Desde canciones tan potentes como la inicial «Cannibal» donde cuentan con la colaboración de Anders Fridén de In Flames o «Break My Lying Tongue» con esa melodía estridente de teclado a cargo de Martin Werner, hasta las más suaves y ambientales como «Glass Mannequin» (cercana al trip-hop) o la turbadora «I Don’t Know How We Got Here», tenemos una colección de canciones redondas perfectamente reconocibles en su estilo, y a la vez lo suficientemente diferentes entre sí como para no caer en la monotonía, algo de lo pecan muchos otros grupos del estilo que son muy buenos técnicamente pero adolecen del sentido melódico de Asger Mygind y los suyos. Matrícula de honor, por cierto, para los cortes que andan a mitad de camino ente los dos extremos anteriormente mencionados, entiéndase «We Will Not Disband» o «Paper Wolf», pero en realidad, ningún corte desmerece, y tan solo el hecho de que «Friend Of A Phantom» haya visto la luz después de «Witness» le priva de la máxima puntuación, por aquello de que se elimina el factor sorpresa, pero que nadie me malinterprete, estamos ante uno de los mejores discos de rock/metal progresivo del año, de eso no cabe duda. Y tampoco de que tenemos Vola para rato y nosotros estaremos ahí para disfrutarlo.
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