El regreso de Oasis ha sido la noticia del verano. Liam y Noel Gallagher, al fin, se reunirán para ofrecer una serie de conciertos en 2025, una excusa que nos anima a catalogar la discografía completa del icónico grupo de Manchester, la cual suponemos que habrá que actualizar en breve porque también han anunciado que tienen un disco nuevo grabado. En cualquier caso, si otros ya lo han hecho, nosotros vamos a hacerlo también ¿por qué no?
«Don’t Believe The Truth» es un disco que se escucha bien pero que en ningún momento te hace pegar un brinco de la silla. Correcto pero algo plano y anodino. Tan solo temas como la cabaretera «The Importance Of Being Idle» o la chispeante «Part Of The Queue» consiguen que el oyente mantenga la atención en un disco con demasiadas reminiscencias a la psicodelia y al BritPop más genéricos. Le falta la garra de sus inicios, aunque todo hay que decirlo, el tramo final del disco mejora considerablemente al inicial.
El canto de cisne de Oasis fue grabado entre los míticos estudios Abbey Road londinenses y The Village en Los Ángeles. Con el regreso a la actividad de la banda muchos parecen muy interesados en reivindicar este álbum como uno de los mejores de su discografía, más allá (solo faltaría) de los de sus inicios, pero lo cierto es que en su día pasó con más pena que gloria. No es un mal disco, porque no creo que tengan ningún disco objetivamente malo, pero tampoco tiene temas realmente memorables más allá de «Bag It Up», «The Shock Of The Lightning», «I’m Outta Time» o «The Nature Of Reality» que apenas rozarían el notable. Bueno, quizá esta última lo alcance. «Dig Out Your Soul» subía el nivel respecto a su predecesor, pero ya era tarde…
«Be Here Now» es un disco peor tratado por la crítica de lo que merece. Bien es cierto que las cosas hay que ponerlas en su contexto, y claro, el disco que venía detrás de «(What’s the Story) Morning Glory?» lo tenía arto complicado. En pleno apogeo del denominado BritPop, Oasis se sentían todopoderosos (y lo eran), por lo que desde las alturas y con la cocaína formando parte de su dieta habitual, tiraron la casa por la ventana con este excesivo disco que pretendía dar un giro de tuerca completo; un disco sobreproducido y demasiado grandilocuente, además de extenso, muy extenso… Casi hora y cuarto de duración repartida en doce temas, con varios superando los siete minutos. Aunque lo intentaran, no todos los días se hace un «Champagne Supernova». No obstante, el disco tiene temazos, y no nos referimos solo a «Stand By Me», que parece la única instalada en el imaginario colectivo y en los set-lists de la banda en el siglo XXI. La ácida y directa «My Big Mouth», la psicodélica «Fade In-Out» o la elegante «Magic Pie» también son canciones a reivindicar.
Tras un innovador «Standing On the Shoulder Of Giants» que fue recibido con frialdad, Oasis decidieron emular el sonido de sus dos primeros discos para recuperar también parte de la popularidad perdida. «Heathen Chemistry» funcionó realmente bien a nivel de ventas y los reconcilió con esa base de fans que se había distanciado de ellos, gracias a la popularidad de singles como «The Hindu Times», «Little By Little» y «Stop Crying Your Heart Out», este último un medio tiempo que es considerado a día de hoy como el último hit de Oasis. Es el primer disco de la banda en el que la composición de canciones no corre totalmente a cargo de Noel Gallagher, no obstante, son las que él firma las que todo el mundo puede reconocer del mismo. Para mi gusto, «Heathen Chemistry» marca el final de la época dorada de Oasis.
Para gustos los colores. Sobre gustos no hay nada escrito. Etc, etc. El caso es que yo he alucinado cuando en todas las publicaciones del estilo que he visto han colocado a «Standing On The Shoulder Of Giants» como el peor disco de su carrera. Pues qué queréis que os diga, a mí me parece de los mejores. El bajón que supuso «Be Here Now» hizo que los Gallagher se pusieran las pilas intentando reverdecer unos laureles que tampoco eran tan viejos. No fue fácil, porque durante el período de grabación de «Standing On The Shoulder Of Giants», el bajista Paul «Guigsy» McGuigan y el guitarrista Paul «Bonehead» Arthurs dejaron la banda, lo que ocasionó que Noel tuviera que regrabar las pistas de bajo y guitarra él mismo. Este álbum es el único en toda su carrera acreditado por tres miembros (los hermanos Gallagher y el batería Alan White) y es también el disco más experimental de la banda, incluyendo elementos de la música psicodélica y electrónica, tirando de sintetizadores, mellotrones y loops. Se nota la mano del productor Mark Stent, conocido por trabajar con bandas como Radiohead y U2. Tomaron riesgo, y pese a que muchos opinen lo contrario, acertaron. El rock n’ roll de la inicial «Fuckin’ In The Bushes» que usaban para abrir sus conciertos durante la época eleva las pulsaciones sobremanera, del mismo modo que lo hacen temas como «Put Yer Money Where Yer Mouth Is» o «I Can See A Liar» que van en la misma onda. Los medios tiempos repletos de épica de nuevo cuño que eligieron como singles, a saber: «Who Feels Love?», «Go Let It Out» y «Gas Panic!», son de otro planeta. Y los temas «menores» que complementan la obra ya los querrían otros para sí. Discazo.
Incluir «The Masterplan» en esta lista puede resultar controvertido. Técnicamente es un álbum recopilatorio, pero no estamos hablando del clásico «Best Of» sino de una recopilación de canciones que aparecieron en caras B de singles de Oasis entre 1994 y 1997, un formato el de los singles, que la banda británica siempre cuidó mucho. ¿Pero cómo no incluirlo? ¿Cómo no vamos a destacar el valor de canciones como «Acquiesce», «Talk Tonight», «Rockin’ Chair» o sobre todo, la propia «The Masterplan»? ¡si son algunas de las mejores que han escrito nunca! Tengan en cuenta que son canciones compuestas y grabadas en la mejor época del grupo, en la que los hits se les caían de los bolsillos y podían permitirse el lujo de dejar fuera de los discos canciones que en realidad son obras maestras. Bueno, esto también podría indicar que tenían una forma de valorar su propia música un tanto discutible, pero eso ya daría para otro debate…
¿Podría decirse que se trata de uno de los mejores discos debut de la historia del rock? Podría. Gran parte de los fans de Oasis, de hecho, dirán que «Definitely Maybe» es su mejor disco. A nivel de canciones, de composición, podría estar de acuerdo, pero para mi gusto lo que le falla es la producción. Lo caótico de su grabación y mezcla hizo que el sonido estuviera demasiado sobrecargado de guitarras y electricidad, más sucio de la cuenta, pero aún así las canciones son tan buenas que aún habiendo pasado por tantas manos suenan bien. Quizá ahí está la magia del disco. Chicos macarras de clase obrera sintiéndose la banda más grande del mundo. Por mucho que se etiquete como BritPop, «Definitely Maybe» es rock n’ roll a la antigua usanza en el que Noel Gallagher se inspira sin disimulo en clásicos como todos los «thes» británicos, desde The Who, The Smiths o The Rolling Stones hasta, ¿cómo no? The Beatles, su grupo de cabecera. Un debut contundente que inmediatamente se convirtió en un clásico contemporáneo al que el paso del tiempo ha sentado muy bien. Himnos como «Rock ‘n’ Roll Star», «Live Forever», “Supersonic» o «Cigarettes & Alcohol» no me dejarán mentir, pero es que canciones menos populares para el gran público como «Slide Away», «Columbia» o «Up In The Sky» están, por lo menos, al mismo nivel.
«(What’s The Story) Morning Glory?» es sinónimo de excelencia. Podríamos decir que a nivel compositivo está parejo a «Definitley Maybe», cada uno tiene sus gustos, pero lo que le da ese plus de calidad es la cuidada producción al alimón entre el propio Noel Gallagher y Owen Morris, quien aparece en la icónica portada, al fondo, tapando su cara con un estuche con la grabación del álbum. Con mayor sensibilidad pop y un sonido más pulcro, aderezado por orquestaciones en varias canciones, su segundo disco de estudio sigue siendo el más popular y el más vendido con alrededor de veintidós millones de copias físicas en todo el mundo (actualmente es el quinto álbum más vendido en la historia en el Reino Unido). Todo el mundo citará sus éxitos mayúsculos, «Wonderwall» y «Don’t Look Back In Anger», y con razón, pero tampoco le van a la zaga las más roqueras «Hello», «Roll With It» o «Morning Glory», por no hablar de la épica «Champagne Supernova» que a menudo es citada por los Gallagher como la mejor que han hecho nunca aunque no sepan explicar de qué va la letra. Tampoco hace falta. La magia está en lo que transmite. Lo mismo que un álbum que de principio a fin es majestuoso. ¡Y eso que no incluyeron «Acquiesce» y «The Masterplan»!
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