¡Sí! ¡jod*r! ¡éste si que es un álbum refrescante! que pu*a maravilla… Perdón por el énfasis exacerbado y por dejar de lado por unos instantes mi habitual redacción precisa y sosegada, pero es que creo que la ocasión lo merece. En estos tiempos en los que parece que ya todo está inventado es muy difícil sorprenderse con nada. Circunscribiéndonos al ámbito musical, todos esperamos con ganas nuevos lanzamientos de grupos que ya conocemos, esperando que sus nuevas entregas satisfagan nuestra ansia de escuchar algo que siendo novedoso, al mismo tiempo sea más de lo mismo. Incluso a muchos nos gusta dejarnos sorprender por bandas nuevas o que desconocíamos que de repente sacan un disco con grandes canciones que sí, que nos encantan, pero que no nos sacan de nuestra zona de confort. Y luego hay casos como el de «The New Routine». De golpe y porrazo aparece un álbum que te rompe todos los esquemas, te desconcierta, te deja noqueado, y te dices «¿pero qué c*ño es ésto?, pues no lo sé ¡pero me encanta!» Port Noir no son nuevos en ésto, pero yo los descubro con éste su tercer álbum, así que me dejo llevar por este nuevo trabajo del trío sueco y procedo a su análisis tratando de sintetizar lo que nos encontramos dentro de esta obra maestra. Ya tendré tiempo de escuchar sus anteriores trabajos de estudio…
Port Noir combinan el rock de la vieja escuela con el pop, el R&B y el rock progresivo, añadiendo incluso arreglos propios del hip-hop y de la música electrónica. En este nuevo álbum publicado a través de Inside Out Music el pasado mes de mayo, el combo de Södertälje perfecciona su fórmula facturando el que debería ser un nuevo clásico de la música contemporánea. Después de haber trabajado con diferentes productores e ingenieros a lo largo de los ocho años de historia de la banda, Port Noir decidió reunirlos a todos para producir «The New Routine». Junto a Daniel Bergstrand (Meshuggah, In Flames), David Castillo (Opeth, Soen) y Lawrence McRory (Darkane, FKU), han conseguido parir un álbum con una energía desbordante; de eso nos damos cuenta desde el primer segundo cuando el primer single del álbum, «Old Fashioned», nos engancha con su rock directo aderezado por elementos de synth-pop, sintetizando en la amalgama de sonidos que aquí descubrimos lo que nos va a deparar este álbum que es de todo menos ordinario. La influencia de los últimos Leprous se muestra de manera evidente aquí. Este tema se complementa muy bien con un robusto «Flawless» que también nos puede recordar a Queens Of The Stone Age y, sobre todo, a Muse. En realidad, todo el disco nos puede recordar a diversas bandas en muchos momentos diferentes pero en su conjunto no nos recuerda de forma descarada a ninguna de ellas, he ahí el gran mérito de los suecos que han conseguido crear un sonido realmente propio. Las de Leprous o Karnivool son muy recurrentes, en gran medida, debido al parecido vocal de Love Andersson con los vocalistas de estas grandes referencias del prog. «Blow» rebaja levemente la intensidad, al menos en lo que se refiere a las guitarras ya que está construida más sobre los arreglos electrónicos del también guitarrista Andreas Hollstrand y la trepidante batería de Andreas Wiberg, siendo uno de los temas mas «modernos» (y ésta será de las pocas veces que yo haya empleado este adjetivo sin una connotación peyorativa) del LP. La pegada de «Champagne» se basa en la combinación de un riff de guitarra sencillo y efectivo, tras la introducción llevada por el hi-hat de la batería muy marcado, con unos arreglos de sintetizadores ochenteros. Por un camino más netamente electro y R&B transcurre un «Low Lights» que podría haber entrado en el último disco de Emarosa. Y en el epicentro del álbum nos encontramos con uno de los temas más chocantes, el que tiene un ramalazo más metalero. Éste no es otro que «13», un tema auténticamente rompecuellos basado en un riff con un rollo a Rage Against The Machine muy evidente. A partir de aquí se acabó el factor sorpresa. No estoy diciendo, en absoluto, que en la segunda mitad del álbum decaiga el nivel. De hecho, las cinco canciones restantes son sobresalientes pero sí que es verdad que se repiten los patrones que he detallado anteriormente, diluyéndose así el impacto inicial.
«The New Routine» es un disco diferente, donde además del peculiar sonido con el que Port Noir pretenden sentar cátedra, destaca una producción excelsa. Está por ver como lo plasmaran en los directos; no sé si llevarán músicos adicionales o si tirarán de partes programadas, espero poder comprobarlo pronto si les de por pasarse por España para presentarlo… De momento disfrutaremos escuchando una y otra vez este disco no apto para puristas que supone un auténtico reto (y disfrute) para los oyentes más avezados.
Port Noir (Andreas Wiberg, Love Andersson & Andreas Hollstrand)
Lo mejor: Estamos ante un álbum realmente novedoso y refrescante. El tan manido tópico de banda «con un sonido propio» en Port Noir sí que se cumple escrupulosamente y en «The New Routine» alcanzan la excelencia con su combinación de Pop, Rock, Prog y R&B.
Lo peor: ¿Alguien sabe cuál son los métodos abreviados de teclado para encogerse de hombros?
Port Noir «The New Routine» (Inside Out Music)
01. Old Fashioned
02. Flawles
03. Blow
04. Champagne
05. Low Lights
06. 13
07. Young Bloods
08. Define Us
09. Drive
10. Down For Delight
11. Out Of Line
0 comments