Black Map lo han vuelto a hacer, pero esta vez mejor que nunca. El power trio de San Francisco ha firmado con «Hex» el que fácilmente puede ser su mejor disco hasta la fecha. Todos sus trabajos precedentes muestran un gran nivel pero el último de ellos, «Melodoria» (2022), a mi me dejó un poco frío. En este, en cambio, me han enganchado irremisiblemente. Su cuarto disco de estudio, primero bajo el sello Spinefarm Records, muestra un enfoque más directo en el proceso creativo y en él han logrado una mayor cohesión entre canciones, las cuales son más directas de lo que nos tienen acostumbrados, reduciendo el minutaje del cómputo general para dejarnos con ganas de más. Grabado junto al guitarrista de Saosin, Beau Burchell, como productor, curiosamente la proporción de post-hardcore de su fórmula sonora se ha disminuido en beneficio de un metal alternativo muy en la línea de Chevelle que se aprecia a primera escucha en cortes como el single presentación «Disintegrate», «Badlands», «Burning Satellite» o el epílogo «Fake Your Own Life». También tenemos algún corte como el cuasi homónimo «Hex (Come Get It)» que nos sorprende por el toque modernete de los coros del estribillo que no puede sino recordarnos a Muse, con Ben Flanagan jugando con el falsete como pocas veces lo hemos oído, o un «Oblivion Season» que lo hace por el rollo punk-rock que le imprimen al tema, pero lo cierto es que todo el álbum tiene bastante regustillo a la banda de los hermanos Loeffler, y yo lo celebro, para qué nos vamos a engañar… Black Map, no obstante, no han perdido su sonido único y reconocible, por lo que van por el camino correcto. Seguramente, nunca llenarán pabellones, pero siguen afianzándose como uno de los nombres más fiables y respetados de la escena. Que no es poco.
Black Map (Mark Engles, Ben Flanagan & Chris Robyn)
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