Estos madrileños amantes del buen vivir están de vuelta con su tercer disco de estudio. Se titula «Cuentos y Retratos» y con él han dado un paso adelante hacia lo que denominan modern rock con diez nuevos temas que muestran la evolución de la banda y la apuesta por llegar a la mayor cantidad de oídos posibles. Para ello han confiado en Carlos Escobedo para la producción y David J. Donnelly (Aerosmith, Sixx: A.M.) para la masterización de un álbum que ha sido grabado y mezclado en los estudios Cube bajo los mandos de Alberto Seara «Flor».
Bon Vivant nos presentan «Cuentos y Retratos» en un elegante digipack negro de estilo grisalla que viene con un desplegable en el que vienen los títulos de las canciones con una breve explicación de lo que cada una de ellas significa para la banda. «Algunos nacen al encanto. Algunos nacen a la noche eterna» es la frase que nos recibe al abrirlo y representa el alfa y el omega de un trabajo que ahonda en los sentimientos que nos abordan entre las dudas y que trata de buscar la luz en la oscuridad para sobrevivir, una llamada a la confianza en uno mismo. Lo inician con un «Tormenta a Casa» que arranca con unos «oh oh oh», así de primeras, que a más de uno le pueden echar para atrás, a mí al menos lo hizo, y es que no soy muy amigo de ese recurso, y menos así, a bocajarro, pero a medida que va avanzando el tema va ganando enteros. Un tema directo que demuestra su clara apuesta por el rock mainstream. El corte que da título al álbum continúa con esa línea melódica y directa. Basado en una gran sección rítmica destaca por un estribillo majestuoso con unas voces superpuestas que nos atrapan irremediablemente. Uno de los temas más destacados es «Gritarle Al Mar» en el que cuentan con la colaboración de su productor Carlos Escobedo a las voces, dándole aún más, ese toque Sôber que de por sí tiene todo el álbum; de hecho la frase que precede al estribillo está calcada del final del de «Blanco y Negro» de «Reddo». En cualquier caso es un bonito medio tiempo de gran carga emocional que les puede abrir muchas puertas. El álbum está salpicado de matices electrónicos pero alcanzan un papel más que relevante en cortes como «El Tiempo Robado» o «Invencible» que podrían pasar perfectamente por temas de OBK. Éstos están guiados por los sintetizadores y los guitarrazos metalizados (que los tiene) se podría decir que son los aportes puntuales. Estos chicos no tienen ningún complejo, eso está claro. «Hacia Rutas Salvajes» arranca con Charly López cantando como si estuviéramos en la típica balada heavy española pero rápidamente entra la martilleante batería de Borja Bueno y las guitarras afiladas para dar forma a un tema de metal contemporáneo con mucho gancho que coronado con un gran estribillo supone uno de los momentos álgidos del disco. «Pido Perdón» y «Sin Límite» son dos de los temas que más flojean, para mi gusto. Ni mucho menos son malos, pero transitan por terrenos más cercanos al hard rock comercial y al AOR que nunca fueron santos de mi devoción. En la misma línea comercial pero bajando las revoluciones y dando más peso a los sonidos orgánicos tenemos «A la Deriva», el paso previo al magnífico cierre que supone «Sueña», que es un bonito tema con gran peso de las guitarras acústicas sobre la pérdida de un ser querido que tiene una gran capacidad de emocionar debido, entre otras cosas, al acompañamiento del cello de Carlos Clerencia.
Bon Vivant inician una nueva etapa con este disco valiente y arriesgado. Tras varios cambios en la formación, ésta parece haberse asentado con Charly López como vocalista, Borja Bueno a la batería, Saulo RZ a la guitarra y Abraham Roca al bajo, y están dispuestos a derribar barreras con unas canciones que fusionan el rock y el metal alternativo con el pop más comercial. La versatilidad de la voz de Charly es una de las claves de su propuesta. Cabe destacar también la producción y la mezcla que, si bien son excepcionales a la hora de hacer sonar los instrumentos con una pulcritud exquisita, peca de sobreproducción en las voces. En múltiples ocasiones cuesta entender las letras debido a la acumulación de capas y/o efectos empleados, y como el disco viene sin libreto donde estén impresas pues nos quedamos con las ganas…
Lo mejor: Un trabajo muy elaborado con el que Bon Vivant aspiran a derribar barreras al abordar sin complejos los terrenos más comerciales del rock.
Lo peor: Corren el riego de quedarse a medio camino entre el pop y el rock sin llegar a encajar completamente en ninguno de los dos estilos.
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