Coheed And Cambria lo han vuelto a hacer, han creado una nueva obra excelsa. Bajo el rimbombante título de «Vaxis – Act I: The Unheavenly Creatures», el noveno álbum de estudio de los neoyorkinos fue publicado el pasado 5 de octubre a través de Roadrunner Records, y en él continúan con la historia de los comics de Claudio Sánchez «Amory Wars». Podemos decir que retoman la historia después del paréntesis conceptual que supuso «The Color Before The Sun» en 2015.
«Vaxis – Act I: The Unheavenly Creatures» es el álbum sencillo más largo de la banda hasta la fecha. Podrían haber hecho con él un disco doble (al estilo de lo que hicieron con «The Afterman» separándolo en «Ascension» y «Descension») o haber seleccionado las canciones más completas y/o pegadizas para entregarnos una especie de Greatest Hits, pero en su lugar han decidido regalarnos ochenta minutos de nueva música, así, de una tacada, y ahí reside el gran mérito de la obra: ¡apenas sobra nada! Coheed And Cambria no tienen disco malo, cada uno tendrá su favorito o alguno que le guste menos, como es lógico, pero no hay ninguno que digas «joder, vaya patinazo han dado con éste», y su última entrega no es una excepción. En «The Unheavenly Creatures» tenemos más de lo mismo, más y mejor… Pocos grupos hay como Coheed And Cambria que verdaderamente puedan presumir de tener un sonido propio. Su originalidad queda fuera de toda duda y a lo largo de su ya extensa discografía han demostrado que son capaces de elaborar los pasajes más enrevesados típicos del rock progresivo, estribillos melódicos y pegadizos de orientación pop, riffs pesados de auténtico metal, y usar cambios de ritmo e in crescendos típicos del post-hardcore o el emo, y en no pocas ocasiones todo ello dentro de una misma canción. Y si a todo eso le sumamos la personalísima voz de Claudio Sánchez pues ya tenemos la fórmula ganadora.
Escudriñando un poco el álbum tenemos que éste arranca con una de sus típicas introducciones instrumentales, un prólogo cuya instrumentación corre a cargo de un piano hasta que entra Sánchez con un spoken word que empalma con «The Dark Sentencer», el primer single que nos adelantaron hace meses. Un corte extenso que sigue un patrón de metal progresivo más clásico y en el que entramos en calor con esos gritos iniciales que llaman a la rebelión. La cosa se calma un poco en el siguiente corte. «Unheavenly Creatures» empieza con unos teclados electrónicos de aire ochentero que sin embargo no chirrían – como a mí me suele ocurrir al escucharlos en otras ocasiones – mientras que el tema va creciendo hasta estallar en un estribillo pop soberbio. «Toys» se inicia con un gran riff progresivo para luego descerrajarnos un nuevo estribillo marca de la casa. Con este tema de sonido alegre dan paso a la parte más oscura del álbum. «Black Sunday» es un corte pesado que nos desciende a los infiernos, como su título trata de indicar, «Queen Of The Dark» es un medio tiempo cargado de emotividad y «True Ugly» cierra la triada bajando el nivel ya que me resulta un tema un poco rallante y el único que me sobra del disco, a decir verdad. Éste contrasta con el tema que le sucede, un «Love Protocol» melódico con un estribillo brillante y explosivo. «The Pavilion (A Long Way Back)» arranca con unas baterías muy marcadas que llevan el peso de la canción y a las cuales se van uniendo el resto de instrumentos, incluyendo unos bonitos arreglos orquestales que hacen que sea una de las canciones más completas del redondo. «Night-Time Walkers» sorprende por el mayor uso de la electrónica y las voces robotizadas, pero tampoco desentona, se mueve en unos parámetros similares a la mayoría de las canciones del disco. Con ella llegamos al tercio final del álbum, que en realidad es el punto álgido del mismo. Muestra de ello es un tema como «The Gutter» tan espectacular que es mejor escucharlo a que yo trate de detallarlo. Y con «All On Fire» sucede lo mismo. Ambos empiezan con sencillos teclados martilleantes que dan paso a la furia delicada de las guitarras de Claudio Sánchez y Travis Stever. Pura delicatessen. «Please bring water! Please bring water!». «It Walks Among Us» es un temazo basado sobre un riff pesado y las intrincadas líneas de batería de Josh Eppard sobre las que se mueve como pez en el agua un Zach Cooper sobresaliente con el bajo a lo largo de todo el trabajo. Un trabajo que llega al final con el single «Old Flames», todo un superhit en potencia que juguetea con la melodía de piano de «Prologue» y unas guitarras distorsionadas y ultramelódicas que desembocan en un estribillo en el que parece que Ringo Star se ha hecho cargo de batería para llevar a la banda por unos derroteros pop deliciosos. ¡Que baje Dios y lo vea si éste no es un temazo que puede gustar a cualquiera! y esto lo digo en el mejor de los sentidos… Y para echar el cierre a un trabajo tan excelente ¿qué mejor que una balada?. Veníamos de muy arriba, y por ello Coheed And Cambria nos bajan a la tierra con «Lucky Stars», una tierna balada en la que podemos escuchar las únicas guitarras acústicas del álbum, que aderezadas por el buen uso de violines de fondo, conserva la sensibilidad incluso a medida que aumenta el volumen. ¡Chapó!
Lo mejor: Coheed And Cambria son un grupo único e inimitable, y lo han vuelto a demostrar con «Vaxis – Act I: The Unheavenly Creatures». Publicar un álbum de 80 minutos, hoy en día, es una auténtica proeza, y que escucharlo resulte ameno, tan solo está al alcance de genios como ellos.
Lo peor: «True Ugly»
01. Prologue
02. The Dark Sentencer
03. Unheavenly Creatures
04. Toys
05. Black Sunday
06. Queen Of The Dark
07. True Ugly
08. Love Protocol
09. The Pavilion (A Long Way Back)
10. Night-Time Walkers
11. The Gutter
12. All On Fire
13. It Walks Among Us
14. Old Flames
15. Lucky Stars
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