¡Qué de descubrimientos estamos haciendo este año! y muchos de ellos, provenientes de lugares sorprendentes, o al menos de países que no se encuentran en el meollo de la producción de rock y metal. Pero siempre es agradable y esperanzador escuchar bandas de las que no tenías conocimiento y comprobar como te vuelan la cabeza a base de riffs contundentes y melodías pegadizas. Varias de estas revelaciones nos llegan de nuestros vecinos del oeste, lo que nos indica que quizá deberíamos prestar más atención a lo que se está cociendo en Portugal…
Lâmina es una banda formada en Lisboa en agosto de 2013 por Vasco Duarte (guitarra y voz), Sérgio Costa (guitarra), Catarina Da Silva (batería) y Filipe Homem Fonseca (bajo). Su música podríamos definirla como un stoner-rock psicodélico influenciado por bandas como Electric Wizard, Kyuss y sobre todo, Black Sabbath. «Lilith» salió a la venta en junio a través de Raging Planet y supone un debut sorprendente y majestuoso. Grabado, mezclado y masterizado en Pentagon Audio Manufacturers por Fernando Matías, «Lilith» está compuesto por siete canciones en las que se ve a Lâmina combinando de manera magistral atmósferas psicodélicas con pesados riffs puramente stoner y un sonido oscuro muy cercano al doom. Aunque su sonido bebe fundamentalmente del rock duro de los 70, Lâmina tienen unos riffs y estructuras más metaleros que la mayoría de bandas del palo retro, valgan como ejemplo «Cold Blood» y «Big Black Angel» con los que se abre el disco; dos cortes directos a la yugular donde la influencia de los Kyuss más accesibles en el primero y la de Wolmother en el segundo nos ponen los dientes largos respecto a lo que está por venir. “Evil Rising» es un tema adictivo que arranca con un riff que nos recuerda a The White Stripes para adentrarse después en terrenos más pantanosos. Tampoco temen lanzarse a largos desarrollos, regalándonos un tema de influencias indo-orientales y de más de 20 minutos como Maze, una auténtica epopeya sonora donde recogen todo de lo que son capaces para plasmar en un solo tema – que bien podrían ser cuatro – la mezcolanza de estilos y el aura oscura que envuelve la música de Lâmina. «Psychodevil» se apoya sobre los enigmáticos teclados de Rui Guerra para sacar a relucir el lado más psicodélico del combo y en «Education for Death» vuelven a sorprendernos con un riff poderoso y cabalgante digno de Tony Iommi para después cerrar el álbum con «In the Warmth of Lilith», otra canción épica – de 9 minutos esta vez – de largos y pesados desarrollos con la que los lusos nos asestan un golpe definitivo con una oleada de guitarrazos pesados desde la vertiente más aflictiva, aderezados con la incorporación de los cellos de Joana Guerra en los tramos intermedios de la pieza.
En pocas palabras, podemos decir que el debut discográfico de Lâmina es sobresaliente. Ya desde que llegó a nuestras manos envuelto en el original packaging triangular desplegable creado por el guitarrista Sérgio Costa, intuimos que estábamos ante un disco diferente, y tras varias escuchas lo podemos corroborar. Tampoco es que sea la quintaesencia del género, pero desde luego, es una bofetada en la cara para que nos demos cuenta que a veces tenemos grandes propuestas musicales tan cerca de nosotros que no somos capaces de vislumbrarlas.
Lo mejor: «Lilith» es un gran disco debut para unos Lâmina que han logrado grabar un trabajo excelso y sobrado de frescura. Ahora que parece que Black Sabbath se han retirado de manera definitiva, ya tenemos relevo. Las nieblas de las Midlands Occidentales y la luminosidad de las orillas del Tajo ahora no parecen tan distantes…
Lo peor: Casi una hora de stoner-rock y doom-metal puede resultar demasiado pesado para los no iniciados. Eso sí, aviso que como tengan paciencia y le den otra oportunidad se pueden enganchar peligrosamente.
1. Cold Blood
2. Big Black Angel
3. Evil Rising
4. Maze
5. Psychodevil
6. Education for Death
7. In the Warmth of Lilith
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