Hoy se cumplen 25 años de uno de esos discos de culto que siempre merece la pena recordar, nos referimos a «Grace», el primer y único disco de estudio publicado por Jeff Buckley en vida. Son numerosos los lanzamientos póstumos que han aparecido a partir de su muerte en 1997, reediciones, versiones extendidas, álbumes en directo, rarezas, etc, pero el aura mítica y mística de «Grace» sigue siendo única y permanece inalterable con el paso de los años. En aquel álbum, Buckley expulsaba sus demonios y hacía alarde de su preciosa y especial voz, así como de una sensibilidad única para la composición e interpretación en una colección de temas que consiguieron convertir a «Grace» en una obra maestra de todos los tiempos. Diez cortes la comprenden, siete temas escritos por el propio Jeff Buckley, bien fuera en solitario o con la colaboración de su amigo y productor Gary Lucas o del guitarrista de estudio Michael Tighe, más tres versiones que dan buena cuenta de la espiritualidad del cantautor californiano; la más famosa es el «Hallelujah» de Leonard Cohen, la cual consiguió elevar a otro nivel hasta el punto de conseguir que sea más reconocida que la canción original del artista canadiense, pero tampoco le van a la zaga las versiones de «Lilac Wine», un clásico compuesto por James Shelton en los años 50′ y popularizada después por Elkie Brooks, y la de «Corpus Christi Carol», inspirada en la versión que Benjamin Britten hizo en los 60′ de un villancico medieval británico. Para los que lo estéis descubriendo ahora con estos datos – que no creo que seáis muchos – veréis que éste no es un álbum convencional. Razón de más para adentrarnos en él y sus circunstancias para tratar de entender como un disco así ha podido convertirse en un clásico.
El apellido Buckley tiene mucho peso en la historia musical norteamericana. Su padre, Tim Buckley, fue un afamado compositor que publicó una serie de discos de folk y jazz muy relevantes a finales de los 60′ y principios de los 70′. Sin embargo, con el objeto de centrarse en su carrera éste abandonó a su esposa y su único hijo, un Jeffrey Scott Buckley que durante su infancia fue conocido como «Scottie» Moorhead, adoptando el apellido de la nueva pareja de su madre, Ron Moorhead. Éste le regalo numerosos discos con los que fue forjando su personalidad musical, algo que ya llevaba en la sangre. La infancia de Jeff Buckley estuvo marcada por las secuelas del abandono y el artista creció con un vacío en el alma que plasmó en este maravilloso álbum donde ese sentimiento de pérdida, también enfocado a desengaños amorosos, está presente a lo largo de todo el minutaje. Inicialmente el álbum obtuvo pocas ventas, pero recibió la aclamación de la crítica. Cosas del morbo, como suele ocurrir, a partir de su trágica muerte ahogado en el río Wolf en Tennessee en 1997, el álbum atrajo a nuevos fans y «Grace» se convirtió – al igual que su autor – en un álbum de culto que en la actualidad ha vendido millones de copias en todo el mundo. La sensibilidad de canciones excepcionales como «Last Goodbye» (la única canción radiada durante los primeros meses con el disco puesto a la venta) o «So Real» se da la mano con canciones no menos sensibles pero sí más caóticas como la que da título al álbum o la enérgica «Eternal Life» que ya en la parte final del mismo representa la vertiente más grunge del artista – que también la tiene – en un disco que en líneas generales es pausado y guiado por un sonido folk repleto de arreglos típicos del rock alternativo incluso del jazz. Influenció notablemente los trabajos posteriores de Radiohead, y eso son palabras mayores. Jeff Bucley creó un álbum inmortal hecho desde el corazón y aunando atmósferas profundamente melancólicas con arrebatos de furia y pasajes anárquicos que quedan suavizados por la dulzura de una voz sobrenatural que dicen alcanza no sé cuantas octavas, pero de lo que no cabe duda es de que tiene una capacidad para emocionar y reconfortar pocas veces vista.
«Grace» se puso a la venta un 23 de agosto de 1994 a través de Columbia Records, y ahora, un cuarto de siglo después, os recomendemos os tumbéis en la oscuridad y le deis al play para dejaros llevar por este clásico imperecedero capaz de conmover las almas más rudas.
Fundador y director de Rock4Spain.
Esposo y padre de dos.
Funcionario del rock & roll.
Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.
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