Cammie Beverly – House Of Grief (2025)

«House Of Grief» no es solo un álbum. En palabras de su propia autora, «Es un santuario. Un lugar donde las historias viven, respiran y resuenan. Un refugio donde el dolor encuentra el consuelo y las sombras bailan con la esperanza». Algo de eso hay. Quizá esa definición es un esfuerzo delibrado por envolverlo de misticismo, pero sí que es cierto que gracias a su crudeza y su oscuridad consigue sumergirnos en el viaje trascendental en el que se ha embarcado Cammie Beverly. Para esta aventura al margen de Oceans Of Slumber, la extraordinaria vocalista tejana se ha visto arropada por Icons Creating Evil Art, el visionario sello sueco conocido por su enfoque vanguardista y su capacidad para reconocer la genialidad en el underground. En Cammie pueden haber encontrado una musa para nuestra época. Al menos han puesto la primera piedra para pavimentar un camino que ahora empieza y que no sabemos a donde le va a llevar.

Apenas unos meses después del lanzamiento del último disco de su banda madre «Where Gods Fear To Speak», la sirena del rock gótico sureño Cammie Beverly emprendió su carrera en solitario con «House Of Grief», una odisea de pop alternativo sustentada sobre ritmos propios del trip-hop y la dark wave que invita al oyente a quedarse atrapado en su particular universo. Aquí parece retomar el camino iniciado con «Starlight And Ash» que se vio bruscamente abandonado, pero llevado a un nuevo nivel. Aquel álbum majestuoso, un tanto incomprendido, era tremendamente elegante y emotivo, realzando las atmósferas inquietantes del country gótico sureño del que tanto hacen gala Oceans Of Slumber, en combinación con influencias soul, pero manteniendo la esencia roquera. El metal alternativo seguía planeando, aunque hubiera que rascar para encontrarlo. La diferencia aquí, es que hay que tener mucha fe para hallarlo. Lo cual no tiene porqué ser necesariamente malo, pero hay que ser consciente de lo que se puede esperar, y a partir de ahí, disfrutarlo. Porque sí, «House Of Grief» es disfrutable, a la par que original. Un trabajo que nos presenta a Cammie Beverly (otrora Cammie Gilbert) en solitario, aunque tampoco sea del todo así. El álbum lo ha grabado junto a su marido Dobber Beverly y Chris Kritikos, batería y guitarrista respectivamente de Oceans Of Slumber, por lo que la sombra de su banda principal es inevitable que siga planeando sobre la obra. Como decía previamente, deja de lado la parte más dura del metal para adentrarse en sonidos más electrónicos donde adquiere mayor protagonismo la influencia de gente como Peter Murphy o Nick Cave, y ni que decir tiene, Portishead y Massive Attack. El tema homónimo abre la contienda en un lugar donde las penas buscan su luz, incluso entre las sombras más profundas. Un tema íntimo y realmente bonito, donde el peso melódico está sostenido sobre un piano reverberizado y una batería procesada electrónicamente. Me llama poderosamente la atención, en un aspecto positivo, el puente realmente gótico inspirado en los Evanescence de «Origin», los que casi nadie conoce. Algo que también sucede, aún más acentuado, en «Running», uno de los cortes con un sonido más orgánico del álbum, a piano y voz. «Paraffin» va en la misma línea aunque con una atmósfera más optimista que el anterior. La letra trata sobre el amargo final de los falsos ídolos y la catarsis de verlos abatidos. Volviendo a la vertiente electrónica no puedo olvidarme de «For The Sake Of Being» con esa introducción acuática densa y esa presencia intimidante del bajo que ahonda en las batallas que todos enfrentamos para encontrar el perdón, el anhelo de llenar vacíos y la valentía para confrontar nuestros propios reflejos oscuros, dejando la melodía en un segundo plano para enfatizar la atmósfera inquietante que rodea toda la canción. «Another Room» se mueve por los mismos derroteros  aunque de una forma más vibrante, con más ritmo. Trip-hop, ritmos intrincados y un recordatorio de que, a veces, nuestras mayores batallas se libran en silencio, en lo más profundo de nuestro corazón. Entrando en el tramo final del disco nos encontramos con las primeras guitarras del mismo. Resuenan en «Rivers», aunque aparezcan muy procesadas. Un corte especialmente oscuro y melancólico sobre la búsqueda de un propósito, el dolor de las conexiones fugaces y la angustia de la esperanza perdida. El solo es prescindible, la verdad. El cierre del álbum llega con «Kiss Of The Moon», una balada tempestuosa de deseos embriagadores que sigue una línea similar a la inicial «House Of Grief» aunque más reposada. Un corte clásico y pop, en el mejor de los sentidos, que redondea este trabajo tan breve como impactante.

Cammie Beverly

Lo mejor: El debut en solitario de Cammie Beverly es una experiencia sonora cruda y austera que destaca por su elegancia. Tiene el acierto de ser lo suficientemente breve para que no llegue a hacerse pesado.
 
Lo peor: El prescindir, casi absolutamente, de las guitarras puede hacer fruncir el ceño a más de uno.
 

Cammie Beverly «House Of Grief» (Icons Creating Evil Art)

01. House Of Grief
02. For The Sake Of Being
03. Running
04. Paraffin
05. Another Room
06. Rivers
07. Kiss Of The Moon

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Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

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