Como se suele decir, jóvenes pero sobradamente preparados. Así son Periferia, un grupo de La Roca del Vallès (Barcelona) que se está confirmando, gracias a este segundo disco de estudio titulado «Rincones De Nadie», como una de las revelaciones del rock nacional. Lo cual no debería sorprender ya que prepararon muy bien el camino con su álbum debut «Fortuna O Discordia» hace menos de dos años, y que gracias a su constancia y su trabajo, lo cual les ha permitido madurar su propuesta, están consiguiendo llegar cada vez a más público, algo que sin duda merecen. El álbum ha sido producido por Pep Miralles, guitarrista de la banda, quien ha grabado guitarras y bajos en su propio estudio, mientras que las voces y baterías han sido grabadas por Xavi Escribano en EM Estudi. La mezcla y masterización han corrido a cargo de Eñaut Gaztañaga (guitarrista de Ezpalak) en Gaztain Estudioak. Del diseño y maquetación se ha encargado el batería del grupo, Quel Buscà.
«Existe en nuestro interior un rincón del que no podemos escapar. Hay una parte dentro de todos reservada única y exclusivamente para nuestro presente, pasado y futuro, nuestras fortalezas, nuestros miedos nuestros sueños. Nadie puede entrar en nuestro rincón. nosotros no podemos salir, porque no podemos escapar de nosotros mismos. De eso trata «Rincones De Nadie», un disco compuesto por once canciones que narran el camino hasta estar en paz con nuestro rincón. Rincones de nadie, porque todo el mundo tiene el suyo». Con esta presentación ya os podéis imaginar que el nuevo disco de Periferia tiene más chicha de la que podría aparentar. Berta Roqué profundiza en sus textos poéticos al mismo tiempo que el resto del combo perfecciona su fórmula musical logrando un resultado más que convincente. Como es lógico, cada uno tiene sus filias y sus fobias, y aunque disfruto de contadas excepciones que confirman la regla, nunca he sido partidario del rock calimochero que tanto gusta en nuestro país, y por ello, cortes como «Grítame» (en el que para acentuar ese sonido cuentan con la colaboración de «Kata», vocalista de Kamikazes) no me llaman nada la atención. En una línea similar iría «Nada Firme», que tiene cierto rollo a Desakato, pero ese lo salvan con un gran estribillo. A partir de ahí, rozan la excelencia. La dupla inicial formada por «Guerra Interna» y «Desapareciendo» abunda en su vertiente hardcore, combinando melodía y sentimiento en unas canciones directas y sin muchos rodeos. Y el primer tema que me hace levantar de la silla es «Malas Caras», un hit en potencia que sin dejar de ser cañero es de lo más accesible y que destaca por contar con un estribillo absolutamente perfecto. Un corte que podríamos catalogar de pop-punk, si es que las canciones de Periferia se pudieran englobar en un género concreto, que esa es su principal fortaleza a mi modo de ver, aunque algunos puedan considerar exactamente lo contrario. «Mi Rincón» es un tema bonito y corto, semi-acústico, que sirve de interludio para otro de los pelotazos del álbum, un «Valor Y Fuerza» en clave de hardcore melódico que se te graba a fuego y en el que nos regalan un final con aires indie-rock (del bueno). «Parar El Tiempo» es una canción que me recuerda mucho a La Fuga, y en el que la banda rinde homenaje a aquellos que nos ayudan a mantenernos en pie y a encontrar nuestro camino cuando estamos perdidos y sin fuerzas. Una canción positiva y luminosa en la que Berta interpreta el puente en catalán. «Mi Alternativa» se presentó como el primer single del álbum y me parece una elección adecuada ya que es un perfecto ejemplo de como manejan el sonido de Marea y Rise Against (dos de sus principales influencias por lo que podemos apreciar en su música) para hacerlo propio y darle un nuevo impulso. Describen aquí el proceso de composición como un refugio donde poder sanar y encontrarse a sí mismos, de la misma manera que como un lugar del que no pueden escapar, como la más dulce de las condenas. Y si hasta aquí las sensaciones estaban siendo buenas, en este tramo final hacen un ejercicio de estilo para subir la nota. La terna que conforman «La Ciudad», «Una Luz» y «Rincones De Nadie» es sublime. La primera engancha sin remisión desde el inicio alcanzando el clímax en un estribillo con una épica emocore que siempre sienta bien. Y aprovechando que han acabado bien arriba, nos avasallan con «Una Luz», un tema igualmente emotivo y aún más veloz en el que además cuentan con la colaboración de Unai Irisarri, vocalista de Etxekalte, cantando en vasco en el puente y haciendo coros en el estribillo final, dándole un toque aún más especial a un tema ya de por sí diferencial. Como también lo es, aunque en las antípodas sonoras, el que da título al álbum. «Rincones De Nadie» toca la fibra de cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad. Una balada eminentemente acústica aderezada por la magia del violonchelo de Berta Romero que cierra el álbum de forma magistral dejándonos con la sensación de haber explorado todos esos rincones por los cuales hemos transitado a lo largo de los cuarenta minutos que dura esta obra llamada a ser un disco de culto para el futuro y el impulso para una banda que, dada su juventud, no puede hacer otra cosa sino crecer a partir de ahora.
Periferia (Quel Buscà, Pol Mestre, Pep Miralles, Climent Guinaliu & Berta Roqué)
Foto: Germán Blanco
Lo mejor: Un álbum disfrutable de principio a fin y que gana a cada escucha. Han dado un gran paso adelante para afianzar su sonido único e inclasificable donde mezclan con asombrosa habilidad el rock patrio que les sirve de base, con el hardcore americano y el pop-punk.
Lo peor: Quizá es un disco demasiado bueno para que sea valorado como merece.
Periferia «Rincones De Nadie» (Kasba Music)
1. Guerra interna
2. Desapareciendo
3. Grítame
4. Malas Caras
5. Mi Rincón
6. Valor Y Fuerza
7. Nada Firme
8. Parar El Tiempo
9. Mi Alternativa
10. La Ciudad
11. Una Luz
12. Rincones De Nadie
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