Por dónde empezar cuando lo que tienes entre manos es algo complejo, que te exige una atención que difícilmente eres capaz de conseguir en estos tiempos donde prima la inmediatez y el bombardeo de información es constante. Cómo conseguir salir de esa vía y lograr sentarse a solas, enfocado en un único objetivo, sin caer víctima del ruido y las interferencias.
Es por esto que el disco de los alemanes Codeia ha permanecido durante muchas semanas en mi posesión y no he sido capaz de adentrarme en él hasta hace poco. Y es que el trío no lo pone nada fácil, ya que su segundo lanzamiento, este «As he turned back towards the eye of the storm», hace honor a su nombre y es de todo menos de fácil ingesta, lo que no quiere decir ni mucho menos que no valga la pena, de igual manera que bien merece comerse un buen cocido un frío día de invierno, aunque sepas que va a costar hacerse con él.
Cuatro son los cortes que componen la versión estándar del disco, cinco si nos hacemos con la edición en vinilo, y la duración es, respectivamente, de unos cincuenta y un minutos o de cerca de hora y cuarto, a lo largo de los cuales nos envolverán en una atmósfera que alternará pasajes contundentes y devastadores con otros de cariz etéreo y oscuro de post-metal, post-rock, doom entre otros tantos estilos que nos traerán a la mente sobre todo a Neurosis (¿El nombre del disco es un pequeño homenaje a su «The Eye Of Every Storm» o solo es una coincidencia?), pero también a Isis o Cult Of Luna.
La primera pieza es «Canon Of Echoes» que podría dividirse en tres actos integrados que nos mecen sin prisas agregando elementos pausadamente, de igual manera que nos envuelven con violentos espasmos de distorsión a medida que va progresando y mutando. Un abanico abrumador de sensaciones antagónicas dominadas por una melancolía aplastante.
La misma mezcla será la razón de ser del segundo corte, llamado «Emerald Deception», aunque en este caso integrarán ambos extremos mezclando una instrumentación emotiva con unas voces rotas y desesperadas y cuajando un tema plagado de sonoridades hipnóticas cargadas de intensidad ya sea a través de la potencia o mediante el puro sentimiento.
«Mantra» ejerce de perfecto ecuador, reduciendo el volumen prácticamente a la mínima expresión para ofrecer un paisaje onírico y oscuro donde una susurrante voz femenina acaricia los oídos del oyente de manera sutil.
Los riffs brutales y el blast beat propio del black metal de «Medallion» es su contrapartida. Los tres parecen haberse convertido en un ejército que corre desbocado, liderado por el ardor de la batalla en el mismo ojo de la tormenta. Aunque claro, después de esa tormenta siempre llega la calma, y Codeia lo saben y lo dominan perfectamente, por lo que también nos brindan momentos conmovedores.
«Mantra-Karma», el bonus track de la edición en vinilo bien te puede merecer la adquisición del trabajo si eres fan de ese formato. Casi veintidós minutos donde el drone y el ambient son el eje central.
No lo ponen fácil, es verdad. Pero Codeia son un ejemplo más de que en la escena hay todavía muchas cosas que ofrecer y son un ejemplo de lucha contra la tendencia actual, esa que nos permite tener acceso a todo, pero que a la vez no nos deja saborear nada.
Bruno Díaz
Lo mejor: Es un trabajo ambicioso, cargado de texturas, que esconde detalles interesantes a descubrir tras varias escuchas.
Lo peor: Exige al oyente un esfuerzo, y eso es algo que no todo el mundo está dispuesto a dar.
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