Como habréis podido apreciar, el fin de año viene cargado de prog, y de entre todos los nuevos trabajos que pueden ser englobados dentro de este género tan amplio, uno de los que más destacan es «OႱƎꟼꙄƎ», el nuevo disco de estudio de Noah Histeria. Lo llamaremos (como ellos) «oJepse» para que sea más fácil; también lo podrían haber llamado «Espejo» y sería más fácil aún, pero está claro que el quinteto setabense no está en este mundo para hacer las cosas sencillas. Están para dar rienda suelta a su creatividad sin cortapisas, y de este modo, crear discos conceptuales, realmente complejos, pero al mismo tiempo, lo suficientemente emocionales y con gancho para atraer la atención de diferentes tipos de oyentes. No van a salir de pobres con esto, entiéndase bien la expresión, pero están dejando un legado impresionante para los oídos inquietos que buscan emociones fuertes. El listón estaba alto con «Hautefaye», pero con «oJepse» no lo han bajado, más bien al contrario. Vamos a escudriñarlo un poco.
Publicado el pasado 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, «oJepse» fue compuesto entre 2020 y 2021 por Quique Villalba, Manuel Harari y Juan Giner, y grabado entre septiembre y diciembre de 2021 en el estudio de Genís Ibáñez en Játiva (Valencia). La mezcla y mastering se llevaron a cabo en junio de 2022 por Raúl Nácher de Soniart Producciones (Algemesí), mientras que el nuevo logo de la banda y el artwork que envuelve este trabajo corresponden a Mónica Cuadrado. Muchos cambios, como podéis ver, han acontecido en la banda en los últimos años. El principal de ellos, la salida de todos los miembros que grabaron «Hautefaye» a excepción del vocalista y líder, que lejos de tirar la toalla (aunque es una opción que se le pasó por la cabeza) decidió renovar el lineup para alargar la vida de este proyecto tan especial. De hecho, los ex-miembros Javier Badía, Alejandro Alonso, Daniel Torregrosa y Salva Párraga participaron en las ideas iniciales de «El Hombre Duplicado» y «Ville Neuve», y el propio Salva y Sergio Martínez son coautores de «La Pirámide» y participaron en la composición de «Origami». La banda ahora es completamente nueva tras la reciente incorporación de Álvaro Montón y Alejandro Juárez al bajo y la batería respectivamente, aunque no hayan participado en la grabación. Sangre nueva para defender un disco que de nuevo vuelve a ser conceptual, pero que marca diferencias respecto a su predecesor. Al igual que aquel, narra la historia de una derrota, pero esta vez sin épica medieval ni tintes mágicos. Es la historia de alguien que se rompe por dentro sin remisión, sin posibilidad de redención. Cuenta cómo Shinji, protagonista de la historia, se encuentra en un punto de sobrepresión interna tal que su mente se ha acabado abriendo en canal, con un trastorno disociativo de la personalidad que se refleja desde dentro, desde su visión totalmente distorsionada de una realidad que no se puede separar de los sueños. La paranoia le embriaga hasta acabar perdiendo la capacidad de autoconciencia. El instrumento es el espejo, la metáfora es el reflejo. La persona que te devuelve la mirada siempre te mira fijamente a los ojos, que son el reflejo del alma. La cuestión es: ¿en qué lado del espejo está Shinji? O… ¿cómo podría siquiera distinguir en qué imagen habita su yo? ¿Quizás en las dos? Porque la realidad no es más que interpretación a través de los sentidos, porque hay tantas realidades como pares de ojos. No, en realidad hay tantas realidades como mundos en las mentes pensantes. Y en eso intenta hurgar «oJepse». El álbum está plagado de referencias a José Saramago, David Lynch, «Blade Runner», «Memento», «Evagelion»… Pero para indagar en todo ello casi es mejor que los sigáis en Facebook, si es que no lo hacéis ya, donde explican sus inspiraciones líricas con todo lujo de detalles. Aquí nos centraremos más en el aspecto musical, y por ello os contamos como levanta el telón «EVA», una intro electrónica donde los sintetizadores llevan todo el peso que enlaza con «Ville Neuve», la cual rompe con un estruendo de guitarras de baja afinación que rápidamente se entrelazan con guitarras limpias juguetonas y arreglos electrónicos sobre los que baila la dulce voz de Juan Giner. Ya tenemos el marco perfecto para el característico lienzo musical de Noah Histeria, que combina densos ramalazos djent con reconfortantes pasajes calmados. En la línea de los temas épicos de Leprous, su título es una referencia velada, en realidad no tanto, al directo de cine canadiense Denis Villeneuve. «Origami» arranca con una serpenteante melodía de sintes que se quiebra con unos gritos que parecen venir de otra dimensión y da comienzo la montaña rusa, más rollercoaster que nunca, a la que Noah nos tienen acostumbrados. Hablamos de un tema de, ni más ni menos, que trece minutos de duración, el más largo con diferencia de su carrera, y obviamente dentro de él hay cabida para todos los elementos sonoros que configuran su universo. Sorprendente son los coros entrecortados obra del Coro de la Universidad Politécnica de Valencia que le aportan un rollo de metal sinfónico, así como los numerosos detalles jazzísticos para lucimiento del bajo, por no hablar de los growls propios del black metal que aparecen diseminados a lo largo de la canción. Un corte dinámico y tenso, sobre todo tenso. «El Hombre Duplicado» es uno de los temas del disco preferidos por los miembros de la banda, y no es de extrañar. A lo largo de sus casi diez minutos podemos disfrutar de una apabullante capacidad de recursos que van desarrollándose a través de sus clásicas subidas y bajadas, siendo uno de los cortes que más conecta con lo mostrado en «Hautefaye» – guiño lírico incluido – así como con la obra de Saramago de la que toma el nombre. Muy oscuro también. Continúa su despliegue de intensidad y calculado caos con «Oro y Miel» donde cabe destacar la maravilla del pasaje central guiado por el bajo. También he de decir que los efectos utilizados en la voz aquí me distraen y no acaban de convencerme. Vuelven a aparecer los coros entrecortados del Coro de la Universidad Politécnica de Valencia casi idénticos a los de «Origami» para guiarnos hacia un tramo final en el que se entremezclan líneas de guitarra directas al estilo de Toundra con partes más virtuosas a lo Steve Vai y con las estrofas atropelladas en las que al igual que al inicio de la canción Juan parece rapear. «Vallée Vieille» sirve de extenso interludio con su tétrica melodía instrumental electrónica que durante tres minutos nos sumerge visualmente en las escenas de «Blade Runner» derivando en unos riffs con dejes deathcore en el último tramo. Y así llegamos al final, con los que probablemente son mis dos temas preferidos del álbum. «La Pirámide» tiene visos de hit, fue su single presentación y es la canción más fácil de digerir. Un tema excelso en el que prevalecen los riffs y las melodías vocales sobre las atmósferas instrumentales, pero dándoles a estas su merecido espacio. Manual del buen metal progresivo del siglo XXI. Y continuando la senda de la anterior, pero en una vertiente más metalizada aún, tenemos el corte que echa el cierre al LP. «Ríen» es una delicatessen que recuerda a Tesseract y que nos demuestra una vez más, que en España tenemos bandas de un nivel espectacular que no dejan de innovar y abrir horizontes, pese a que no seamos muchos los que lo sepamos apreciar. Seguiremos intentando que sean más los que se suban al carro; el esfuerzo de Noah Histeria y la calidad de sus trabajos lo merecen.
Lo mejor: Noah Histeria amplían su catálogo de trabajos memorables para mayor gloria del prog español. La innovación y el atrevimiento, así como la exquisita producción, siguen siendo sus irrenunciables señas de identidad.
Lo peor: La falta de estribillos evita que alcance la matrícula de honor.
1. EVA
2. Ville Neuve
3. Origami
4. El Hombre Duplicado
5. Oro y Miel
6. Vallée Vieille
7. La Pirámide
8. Ríen
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