Zoltan – Montaña (2018)

Con «Montaña», Zoltan da comienzo a su, esperemos, larga carrera. Producto de dos años de trabajo el grupo tiene su sonido muy claro, un rock alternativo con pinceladas de stoner y post-rock que se hace notar por todo el disco. El grupo almeriense tiene una pequeña formación con bajo de Cristian Rivas, guitarra rítmica por Ángel Rubira, y guitarra y voz solista de Adrián Lucas, además de producir la batería por midi. Una falta que se hace notar.

  1. Origen. En «Orige»n nos encontramos una introducción al disco con el estilo que identifica a Zoltan, un post-rock de sonidos largos dados por un sintetizador que casi nos hace entrar en trance. La canción durante 5 minutos de duración nos lleva como en una meditación guiada escuchando diferentes voces masculinas y femeninas. No voces cantadas, de eso no trata el post-rock, sino voces habladas, mezcladas con efectos y poetizadas. Voces que nos cuentan una historia como si fuese el Cantar de la Tierra Olvidada por una promesa del universo. Por otra parte si bien es un sonido innovador en el rock español, ya que casi no se da este estilo, las voces desmejoran bastante el sonido que nos ofrecen de fondo. Es complicado hacer una buena lectura de textos dramatizada y más aún su buena pronunciación y puesta en acompañamiento con la música. Recuerda bastante al estilo minimalista y repetitivo de canciones como «Telephone» de Marilyn Manson o «742617000027» de Slipknot salvando las distancias de estilos.

 

  1. Horrocrux. Segunda canción y ya el sonido ha cambiado de una a otra. En primer lugar no vamos a oír voces por ningún lado. Empieza con un sonido muy stoner algo duro al principio con una intro de batería y acordes de guitarra muy distorsionados. ¿Característica de ese stoner? El bajo que le da mucha fuerza a la canción al principio con ese sonido grave y constante. Además nos afirma esta idea el reverb, un efecto de eco que junto con la rapidez de la guitarra en el punteo nos podría alejar de esta imagen, pero nada más lejos ya que esa nota pedal que va variando diatónicamente nos recuerda el post-rock anterior difuminado con un sonido alternativo y stoner. Todo muy bien empastado. De nuevo tenemos ese minimalismo intrínseco que parece caracterizar al grupo. No hay una predominancia de instrumentos es la música por la música y todos por todos, hay una creación de sonido general.

 

  1. Ansiedad. Una gran canción y no te esperas el cambio de estilo. El principio, algo más lento y de nuevo comenzando con una intro de batería parece ser la marca particular del grupo. Sin embargo cuidado, las voces no son el punto fuerte. El cantar en limpio, con un tempo lento, a notas largas y sin tanta instrumentación hace destacar armonías cogidas por los pelos en algunos puntos a finales de frase. Falta cierta calidad vocal a la hora de cantar así pero pronto se enmienda eso. Se recupera la fuerza del cantante tras un contraste muy marcado y se le nota cómodo cantando en el más puro stoner. Es un magnífico cambio de voces que no esperas. Por otra parte, se nota la influencia alternativa de grupos como System Of A Down en toda la canción.

 

  1. Orion. Al fin un cambio. Si bien siguen entrando con los rítmicos al menos ya han dejado de lado la entrada con la batería para entrar con el bajo. Una buena mezcla de stoner distorsionado al bajo con sonido altenativo de la guitarra y reverb en ella. Siendo claros, esta es la típica canción que te pondrías con esa persona especial, o no, para pasar un ratito en la cama, ya sabes. Es relajada dentro del estilo y el bajo le da una calidez al sonido que te da ganas de más y más a medida que sientes la vibración del sonido. Que no tengan envidia los demás, esta canción sigue siendo música por la música un bonito sonido de las guitarras y final apoteósico sin duda. Se van al stoner clásico durante los últimos compases con un buen empuje y se quedan en todo lo alto en el fin de la canción. Bravo.

 

  1. Justo lo justo. Canción de rock típica, guitarras a distorsión clásica, batería simple con bombo marcado y un bajo sin grandes peripecias. En la voz, al igual que guitarras, de nuevo un efecto de reverb que parece gustarles mucho y que le da ese toque de eco a todo su disco. Al final de nuevo vuelven al estilo instrumental recordando sus influencias musicales, se centran en los sonidos fuertes y graves para darle peso a la canción.

 

  1. Los caídos del Fuzz. Instrumental al completo y una buena canción para sentarte a oír sin pensar en nada más. Simple y con un mismo recorrido melódico que pasa de punteos a acordes, no te vas a perder en armonías difíciles escuchando esta canción. Sucumben a su minimalismo de post-rock.

 

  1. Montaña. Al fin la canción homónima al disco. Nuevamente con voces que mismamente parecen gritadas desde esa montaña del título. Sigue la misma línea que «Ansiedad», esa voz con eco que marca todo el disco y un desgarro precioso al final. Sin duda, bien llevadas, las voces le dan mucho juego al disco como en esta canción.

 

Sonia Jiménez Carrillo

Zoltan (Ángel Rubira, Adrián Lucas & Cristian Rivas)

Lo mejor: Su sonido novedoso. Algo que empieza a nacer en el rock español y que hacía falta.

Lo peor: Algo brusco en ocasiones el pase de un estilo a otro y sus voces poco matizadas.

Zoltan «Montaña» (Autoeditado)

  1. Origen
  2. Horrocrux
  3. Ansiedad
  4. Orión
  5. Justo lo justo
  6. Los caídos del Fuzz
  7. Montaña

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