James Vieco – Idana (2024)

El pasado San Isidro vio la luz uno de los mejores discos de lo que va de año en el panorama nacional. James Vieco se sacaba de la manga una colección de canciones sublimes en la que deja de lado el sonido retro setentero de su banda madre, Saturna, para centrarse en el sonido de los 90′, que para qué vamos a engañarnos, también puede considerarse retro a día de hoy. No es difícil percibir ecos del hard rock y el stoner que viene facturando desde hace tantos años el vocalista y guitarrista barcelonés, pero en «Idana» es el grunge quien lleva claramente la delantera. En distintos momentos podemos disfrutar de ramalazos que recuerdan a Soundgarden, Stone Temple Pilots o Alice In Chains, pero quizá por el ambiente general más pausado y casi blusero, Temple Of The Dog y Mad Season sean las referencias más acertadas para poner al oyente recién llegado en situación. Enfrascado en multitud de proyectos, en el que escribe bajo su propio nombre tira por el camino del rock alternativo y firma con este «Idana» su mejor trabajo, o al menos el más completo. El nombre proviene del término sánscrito «Anadi» que significa «sin fin ni comienzo», usando la inversión de la palabra para que coincidiese con las sílabas y vocales de «Nimaya», su anterior trabajo de estudio, dando a entender según sus propias palabras que un disco es hijo del otro. No se ha marcado, estrictamente, un Juan Palomo, porque ha contado con múltiples colaboraciones para redondear el trabajo, pero los once temas están compuestos íntegramente por el propio James Vieco, que se ha encargado de las guitarras, las voces, el bajo, los teclados y algunos detalles de percusión, siendo Javi Gómez el encargado de grabar las baterías. Se ha permitido algún caprichito como «Nothing You Can Say» donde nos embauca con sonidos psicodélicos hindúes gracias a la aportación de Raquel Vázquez con el sitar y Ciro Montanari con la tabla, pero el grueso del álbum es una declaración de amor al rock de los noventa, moviéndose como pez en el agua debido a su versatilidad tanto como músico como en la faceta de cantante, capaz de rugir a lo Chris Cornell en «Swallow», para a renglón seguido, mostrarnos su versión más dulce en la balada «Broken Glass» donde apenas cuanta con el apoyo instrumental del piano de Toni del Amo. «Idana» es  un auténtico «tour de force» interpretativo por parte de un artista polifacético con mucho que decir y poco que envidiar a otros del estilo que nos vienen desde fuera.

Nota: 8,5

James Vieco