Fábula – Vendrá

Hoy para nuestro temazo del fin de semana rescatamos una canción perteneciente a una de esas bandas que pasan por el universo musical como una estrella fugaz; veloz, distante, pero llena de magia y capaz de dejar una estela que permanece nítida en la memoria de los pocos que en su momento la pudieron contemplar. Hablamos de Fábula, un dúo que nació en la universitaria localidad tinerfeña de La Laguna en el año 98 y que decidió poner fin a su carrera una década después tras haber publicado tan solo dos discos que, eso sí, son auténticas joyas que los que no lo han hecho ya, deberían descubrir.

Entre los músicos que formaban parte de un tributo canario a Pink Floyd estaban Iván Mur a los teclados y Pablo Cebrián a la guitarra. Así se conocieron e iniciaron su propio proyecto musical. Comenzaron a componer juntos y cargados de canciones y expectativas decidieron dar el gran salto a Madrid unos años después. Gracias al productor sevillano Ismael Guijarro, que confió en el proyecto desde el principio, la maqueta de Fábula llegó a Warner Music, y con ellos publicaron su debut «Círculo Vital» en 2005. Su propuesta era bastante insólita y a la vez magnética. Su sonido, una mezcla del pop-rock británico que los emparentaba con Radiohead y los primeros Coldplay, con melancólicas letras en castellano con un poso de bandas argentinas como Soda Stereo o Fito Páez llamaba la atención. El disco era poderoso y muy elegante, pero quizá demasiado ecléctico. Dos años después regresaron con «Crisálida», un álbum que conserva la esencia del grupo pero que se centra en su vertiente más íntima, prevaleciendo los sonidos acústicos sobre la superproducción. Fábula consiguieron un sonido único, orgánico, emotivo, evocador, y un buen ejemplo – aunque podríamos haber elegido cualquier otra canción del álbum – es «Vendrá», una auténtica maravilla que te acaricia con dulzura durante casi cuatro minutos reservándose un último minuto final in crescendo donde se desata la rabia contenida y acumulada desde el inicio.

A Fábula le pasó lo que a otros muchos grupos, y es que estaban en tierra de nadie. Demasiado raros para los canales comerciales, demasiado melódicos para los alternativos, pero jod*r, tenían tanta clase… Tras su enigmática – y al parecer tortuosa – separación, Pablo Cebrián se centró en su tarea de productor y se dedicó también a hacer música para televisión, facetas en las que le ha ido realmente bien y en las que ha triunfado profesionalmente, mientras que del vocalista, Iván Mur, no sabemos nada de nada, por lo que intuimos que su vida profesional se ha desarrollado al margen de la música. Una verdadera lástima que un grupo como este – un dúo rodeado de grandes músicos que los acompañan – llamado a triunfar no lo hiciera. Demasiado a menudo prevalece la mediocridad sobre el talento, pero los que tuvimos la suerte de conocerlos no vamos a desaprovechar la ocasión de bucear entre sus tesoros y disfrutar de su legado. ¿Nos acompañas?

¡Feliz fin de semana!

Fábula en 2007