Lo bueno se hace esperar, y del mismo modo que Ciclonautas se han tomado cuatro años para publicar su nuevo álbum desde que hicieran lo propio con el anterior («Camping De Hastío»), yo me he tomado unos meses para escribir este artículo en el que plasmo mis impresiones acerca de «Ecdisis», su esperado cuarto disco de estudio que cayó en mis manos el pasado 14 de marzo, día que salió a la venta y que tuve el placer de entrevistar a la banda. Me he tomado este tiempo para degustarlo con calma y así valorarlo en su justa dimensión, aunque para ser sinceros, no hizo falta más que la primera escucha para que me enganchara. Lo que menos me gusta del disco es el título, por aquello de que es casi impronunciable, pero tiene su explicación. El proceso de muda de piel de los artrópodos, o lo que es lo mismo, el exoesqueleto del que deben desprenderse algunos animales para poder seguir creciendo está cargado de un simbolismo muy pertinente en su caso. «Ecdisis» supone un gran paso adelante en la carrera musical de Ciclonautas; sin desandar el camino recorrido en la última década, en esta nueva entrega desarrollan con mayor eficiencia el sonido stoner que venían explorando de un modo más superficial en sus trabajos precedentes. Los dejes rocanroleros castizos minimizan aquí su presencia en beneficio de un sonido más crudo y contundente. Con riffs pesados que se graban a fuego y una base rítmica que no da respiro, las canciones nos llevan por un viaje oscuro y magnético, donde la voz de «Mai» Medina rasga el aire con una lírica que mezcla imágenes surrealistas y emociones a flor de piel. «Ecdisis» es una delicatessen tanto desde el punto de vista de la composición como de la producción, esta última a cargo de Adrián Vallejo en los Estudios Musiikki de Berriozar (Navarra), que alcanza una nueva dimensión gracias también a la masterización de Chris Gehringer en Sterling Sound Mastering Studios (Nueva York).
Metidos ya en harina, diremos que uno de los aspectos a destacar es la brevedad del disco. Cortito y al pie. Ciclonautas han apostado esta vez por priorizar la calidad sobre la cantidad, y en manifiesto contraste con su álbum debut «¿Qué Tal?» que contenía veintitrés canciones, «Ecdisis» apenas cuenta con ocho. No estoy diciendo que aquellas fueran malas, Dios me libre, sino que ahora, seguramente fruto de la madurez y de la experiencia adquirida, se han adherido a aquello de que las grandes esencias se guardan en tarros pequeños y han decido condensar todo lo que quieren expresar en poco más de media hora, y a mi juicio es un acierto, porque si bien nos dejan con ganas de más, el hecho es que no sobra absolutamente nada y cada nota, cada riff, cada fraseo es una auténtica delicia. Arrancan a toda máquina con «Huellas», un corte basado en un riff brutal que deja patente la influencia que Queens Of The Stone Age va a tener en este disco. Corte crujiente y polvoriento con mucho gancho y dedicado especialmente a los que ya no están entre nosotros y que han dejado una huella imborrable. Por derroteros similares a nivel musical se mueve «El Animal»: pegadizo, grueso e incluso bailable. Un corte que eleva las revoluciones y el ánimo, en el cual destaca un estribillo en el que los sutiles coros de Selva Barón y Álex Sanz, que aderezan varios temas del álbum, aquí adquieren más protagonismo, dándole un mayor colorido. «Chinche Verde» es algo más sosegado y a la vez más sinuoso, en una línea similar pero menos desértico y más rock n’ roll, sirviendo de antesala del tema más diferente del redondo, un «Banderas Negras» con capacidad de poner la piel de gallina al más duro del lugar. Lento, oscuro, denso y emocional. Fuzz y psicodelia al servicio de una canción épica y, por momentos, asfixiante. El punto álgido del disco sería este ecuador formado por «Banderas Negras» y «En Mi Espacio Sideral», que se contraponen y complementan de forma sublime. Esta última se ha convertido en una de mis favoritas y desde luego en la de mis hijos. El divertido videoclip con aires de western espacial creado por Kike Muñoz tiene buena parte de la culpa. Pero vamos, que es que es un temazo. Lo es de principio a fin, pero está coronado por un estribillo rotundo. Brillante aquello de «demasiado alfil aquí cruzando la diagonal». «El Listo» nos lleva a la versión más rocanrolera de la banda, con ese riff a medio camino entre los Stones y AC/DC, que con poca letra descarga el desprecio justificado a aquellos que todo lo saben. Y en este tramo final nos topamos con «Mi Estupidez», un hit potencial cuyo riff principal roza el plagio del de «No One Knows» de QOTSA, la verdad sea dicha, por lo que la disfruto como un bellaco, y que adquiere su matiz diferencial en el contraste de un estribillo en plan indie (del bueno, ¿eh?). Y bajan el telón con «Cansado De Mí», un medio tiempo elegante e hipnótico enriquecido a base de teclados y coros con aromas gospel.
«Ecdisis» es un disco que no debería dejar indiferente a nadie. Ciclonautas no solo es la banda del batería de Marea, es mucho más. Alén Ayerdi está sublime a la hora de confeccionar la base rítmica junto a un «Txo» Pintor que al bajo aporta su groove. ¿Y qué decir de «Mai» Medina? Notable alto en las voces y las letras, y matrícula de honor en las seis cuerdas. Desde luego es un guitarrista con mucha clase y muchos recursos, y en ese disco los despliega todos. O no, vete a saber si nos sorprende en el siguiente… Lo único que me resulta repetitivo es la fórmula de acabar las canciones acelerando el tempo en las repeticiones de estrofas, caso de «Huellas», «Chinche Verde» o «En Mi Espacio Sideral». Pero en líneas generales estamos ante un disco excepcional. Muy original, en el sentido correcto. Disfrútenlo.
Ciclonautas (Alén Ayerdi , «Mai» Medina & «Txo» Pintor)
Lo mejor: Un ejercicio de estilo magistral. Ciclonautas consiguen afianzarse en la escena nacional con un disco soberbio de stoner en el que crean un sonido propio y plenamente reconocible.
Lo peor: ¿El título?
Ciclonautas «Ecdisis» (El Dromedario Records)
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