Aunque ya estamos metidos de lleno en el recién estrenado 2019, los ecos del pasado año todavía no han sido acallados. Es tal el volumen de publicaciones, que se hace totalmente imposible abarcar todas aquellas que nos gustarían durante el mismo ciclo de su publicación, y por supuesto, algunas bien merecen ser rescatadas del olvido del tiempo para hacerlas justicia.
Haken son una de las bandas europeas punteras de rock progresivo, y con algo más de una década a sus espaldas, ya han dejado tras de sí ni más ni menos que cinco discos de estudio que han despejado cualquier duda acerca de su habilidad como músicos. El último en ver la luz, lo hizo el pasado mes de octubre, y lo hizo bajo el nombre de «Vector». Tenía curiosidad por ver hacia dónde tiraban, ya que en los trabajos previos, la sombra de la autocomplacencia planeaba discretamente por encima de sus canciones. Pero la verdad, es que creo que estamos de enhorabuena, ya que lo que nos han traído es un trabajo ambicioso, en el que no han dudado en irse desplazando a través de su abanico sonoro, deleitándose con los contrastes y poniendo sobre la mesa una elevada cantidad de diferentes recursos. Quizás por todo ello, los siete cortes de este redondo conforman una historia unificada en la que nos narran una siniestra relación entre un doctor y su paciente en un posible estado de coma, y sus diferentes puntos de vista sobre las investigaciones que el primero lleva a cabo con el segundo. No desvelaré nada más, si bien todo aquél que decida adentrarse en la narración, encontrara una lírica que nos permitirá sacar nuestras propias conclusiones.
El arte de la portada, un test de Rorschach sobre un fondo rojo, capta la esencia de un trabajo de una latente oscuridad sónica, que se inicia abruptamente con «Clear», una corta pieza ceremonial de teclado encargada de ambientar el viaje que acabamos de emprender, y que muere tensa para dar paso a la luminosa melodía de arranque de «The Good Doctor», la cual será frenada en seco por un entrecortado bajo que sostiene la primera estrofa hasta que la brillante voz Ross Jennings lidera un estribillo energético, y a partir de ahí, una continuada progresión que se bate entre guitarras metaleras, contrapuntos pausados y vibrantes cargas de rock rebosantes de un cariz oscuro que será el elemento en común de todas las composiciones. En los casi ocho minutos de «Puzzle Box», empiezan a jugar con estructuras djent e industriales, que les sientan de maravilla y que manejan a su antojo para hacer todavía más densa la atmósfera. Y es que el trabajo de Tejeida con los teclados es magnífico, y la manera en que las guitarras llegan en el momento oportuno no puede dejar de aplaudirse. El cuarto corte lo es no por casualidad, «Veil» supera los 12 minutos que están claramente conformados por dos partes, y como a estas alturas sospecharéis, a lo largo de ellos nos iremos encontrando con múltiples texturas donde por momentos me recuerdan a Porcupine Tree, donde hay cabida para momentos preciosistas, otros más aguerridos y obviamente, momentos tensos que Jennings envuelve con una suave y cálida maldad. En «Nil By Mouth», único corte instrumental del álbum, se centran en su vertiente más metalera. Con una base sincopada y contundente sobre la que fluyen los teclados en una danza alocada y aparentemente errática pero de una ejecución matemática donde se bate en duelo la sobresaliente batería de Raymond Hearne. Por poner un pero, creo que es una canción que podría haberse acortado un poco en pos de mantener la frescura inicial hasta su final. «Host» supone un contrapunto al corte anterior, vulnerable, frágil, elegante y melancólica… hasta que deja de serlo. Y «A Cell Divides» recupera el músculo y los ritmos cortantes, poniendo el broche incluyendo algunos de los tramos de mayor cohesión de todo el disco.
Por todo esto, habría sido un error haber dejado pasar de largo este disco.
Bruno Díaz
Haken (Diego Tejeida, Raymond Hearne, Rich Henshall, Ross Jennings, Conner Green & Charlie Griffiths)
Lo mejor: «Vector» supone un paso adelante, una salida de la zona de confort en un grupo que podría haber caído en la autocomplacencia pero que ha preferido ir más allá buscando nuevos límites.
Lo peor: El riesgo siempre conlleva perder antiguos seguidores. Espero que esto no sea impedimento para que sigan por este camino.
1. Clear
2. The Good Doctor
3. Puzzle Box
4. Veil
5. Nil By Mouth
6. Host
7. A Cell Divides
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