Leprous es sinónimo de muchas cosas, pero fundamentalmente de riesgo y talento. La música de la banda noruega siempre ha estado en constante evolución y experimentación, sin embargo, podemos decir que es con éste, su sexto álbum de estudio, cuando Leprous han tomado un rumbo realmente arriesgado. Han saltado hacia el vacío, pero lo han hecho con sus convicciones a cuestas, aunque a algunos les pueda costar verlo. Sus dos primeros singles, «Below» y especialmente «Alleviate», pueden echar para atrás a más de uno, pero dándole una segunda oportunidad y escuchando «Pitfalls» al completo y con la mente abierta, esa primera impresión puede cambiar radicalmente. En ningún sentido puede describirse éste como un álbum de metal, ya pasaron esa etapa, pero lo que estos músicos han hecho a lo largo de toda su carrera es ir creando su propio sonido. Leprous nunca ha sido una banda a la que le importen los géneros; siempre han hecho la música que han querido, dejando que sean otros los que le pongan después una etiqueta. Si bien el término «Prog», con todas sus ramificaciones, es el que mejor podía definirles (y creo que aún puede hacerlo), el proceso de búsqueda de un sonido propio ha llegado en «Pitfalls» mucho más lejos que nunca. Es el álbum más personal de Einar Solberg, en él habla a corazón abierto de su batalla contra la depresión y la ansiedad con las que ha estado lidiando el último año y medio, pero no lo hace de un modo metafórico sino de una manera directa y descarnada, buscando según sus propias palabras, que todo el mundo pueda entender por lo que ha pasado. Esto quiere decir que este álbum, además de conceptual, está hecho a su medida, lo cual maximiza tanto sus puntos fuertes como los débiles. El peso del resto de los miembros de la banda disminuye mientras se incrementa el espacio de lucimiento para Solberg.
El álbum, que salió a la venta el pasado 25 de octubre de la mano de InsideOut Music, ha sido producido por el propio vocalista y teclista de la banda junto a David Castillo, quien ya produjo el álbum anterior de Leprous, «Malina» (2017). El duro proceso de grabación se llevó a cabo en los Ghostward Studios de Estocolmo, y a la hora de la mezcla hicieron una elección algo sorprendente. Fueron a por el inglés Adam Noble, conocido por su trabajo con bandas como Placebo y Deaf Havana, evitando así las opciones más obvias tratando de ofrecer una versión muy diferente de la música a la que nos tenían acostumbrados. «Pitfalls» (que viene a significar algo así como «trampas» o «escollos») está compuesto por nueve canciones en total, y podemos decir que se dividen en dos partes. La primera mitad del álbum puede describirse como la representación del lado más pop de la historia de la banda, mientras que la segunda mitad es mucho más experimental y progresiva. La canción de apertura, que también fue el primer adelanto ofrecido por la banda, sirve de declaración de intenciones. «Below» sigue teniendo un groove que hasta cierto punto encaja con su zona de confort pero el tempo es lento y de ambientación tremendamente melancólica. El punto diferencial se lo dan los arreglos de cuerdas que le dan un toque épico que alcanza la genialidad en el explosivo estribillo. «I Lose Hope» nos pilla un poco a contrapié, un tema genuinamente pop que resulta agradable, incluso bailable, y que tiene un rollo Muse que los fans de la banda británica sabrán apreciar pero que a mí me resulta insulso. «Observe The Train» es un tema inquietante y sinuoso, bastante lento, que me recuerda y mucho a los Radiohead de «Kid A» o «Amnesiac», y esa no es la mejor época de la banda liderada por Thom Yorke… Sin embargo, si estos dos temas me han dejado un poco frío, a partir de aquí el disco coge una velocidad de crucero que les sirve para navegar por la excelencia. «By My Throne» tiene un inicio electrónico que deriva en un sonido trip hop muy interesante, el que en enero publicaran una versión del «Angel» de Massive Attack ya nos daba pistas de lo que estaba por venir… «Alliviate» marca la transición entre la parte más pop del álbum, la que nos han mostrado hasta aquí, y la progresiva que está por venir. Estamos ante el que seguramente sea el tema más comercial de su discografía y cuando lo hicieron público nos dejaron a todos «con el culo torcido» como diría aquel. Es una canción inesperadamente luminosa y abiertamente pop, pero es pop del bueno, del mejor. Una canción que va creciendo poco a poco hasta que explota en la parte final con un estribillo que sí resulta reconocible y tremendamente emotivo; una estructura in crescendo que se repite en varios temas. «At The Bottom» no desentonaría en «The Congragation» o en «Malina»; allí seguramente hubiera sonado más agresiva pero la ambientación más electrónica que tiene aquí engancha sobremanera. Las guitarras de Tor Oddmund Suhrke y Robin Ognedal empiezan a destacar con los primeros riffs cortantes marca de la casa que escuchamos en «Pitfalls». Un tema oscuro y tenso que resulta toda una delicia. Pero para sabroso de verdad, «Distant Bells». Con la misma duración que el anterior (sobrepasando los siete minutos) estamos ante un tema más eminentemente progresivo, con una estructura más habitual en ellos que lo divide en una primera parte lírica y orquestal, donde destacan los arreglos del violonchelista Raphael Weinroth-Browne y el violinista de la banda estadounidense Bent Knee Chris Baum (que si bien salpican de detalles épicos todo el álbum, es aquí donde lo bordan especialmente), y una parte final apoteósica que convierte a este corte, tan delicado como intenso, en uno de los puntos álgidos del disco. «Foreigner» es un tema directo y robusto, de los más reconocibles en el sonido pasado de la banda, y sirve de enlace perfecto al que podríamos decir que es el tema más 100% Leprous y que satisfará a los fans que no se hayan asustado y hayan aguantado hasta el final. «The Sky Is Red» sobrepasa los once minutos y permite a la banda desmelenarse y dar rienda suelta a su creatividad, ¡incluso meten un coro clásico completo con el que grabaron en Belgrado!. Es épico, cambiante, exuberante… aquí aparecen sus clásicos riffs cortantes e intricados perfectos para el headbanging, y aunque le puede sobrar algo de la parte que enlaza con el último tercio, donde se rallan un poco más de la cuenta, consiguen dejarnos una sensación más que placentera.
Lo mejor: La capacidad de reinventarse y seguir su propio camino al margen de las modas y las críticas. Leprous juegan en otra liga y marcarán una época.
Lo peor: Algo de furia guitarrera sí que se echa de menos.
1. Below
2. I Lose Hope
3. Observe The Train
4. By My Throne
5. Alleviate
6. At The Bottom
7. Distant Bells
8. Foreigner
9. The Sky Is Red
Copyright © 2016-2019 Rock4Spain
0 comments