¿Banda revelación? Hagan sus apuestas. Coincidiendo con el décimo aniversario de la formación de la banda, Nevadah han publicado su cuarto disco de estudio, por lo que tampoco puede decirse que sean unos recién llegados, pero está claro que con «Outta Time» están empezando a levantar polvareda. Es este un álbum que destaca por su energía y actitud, evitando la inmovilidad y explorando diferentes sonidos siempre dentro de su estilo perfectamente definido. Después de que en 2015 lanzaran su debut homónimo, en 2018 grabaran «We’re Coming To You», y en 2022 «Still Goes On», con gran acogida por parte del público, Nevadah se han convertido en una de las referencias del rock and roll vasco y están haciéndose un hueco en la escena nacional, tan necesitada de savia nueva. Trabajos como este, desde luego, deberían lanzarlos al estrellato, pero ellos mismos son conscientes (como el propio título del álbum indica) de que, por desgracia, han llegado demasiado tarde a la fiesta. No obstante, seguirán sumando adeptos con los que montar buenos guateques rocanroleros dondequiera que vayan.
Toman el nombre del desértico estado de Nevada añadiéndole una hache al final, no sé si por temas legales, pero le da su rollo. En cualquier caso, un escenario este vinculado en el imaginario colectivo con el rock n’ roll más árido y polvoriento. Y algo de eso hay en su música, sí, pero a mí me suena todo mucho más escandinavo. Lo suyo es High Energy R’n’R puro y duro. Hijos orgullosamente bastardos de The Hellacopters, The Hives o Backyard Babies. Garage rock tan grasiento como pulcro que inevitablemente te hace pegar un salto de la silla, algo que ocurre desde el primer acorde de «Sinner» hasta que bajan el telón con «Last Train Home», un single por el cual matarían muchas bandas, repleto de épica rocanrolera. Ninguno de los siete cortes que componen el álbum tiene desperdicio, donde también resuenan ecos de The Casanovas en «Mare» o de Thin Lizzy en «Fire Up», pero al margen de los seis temas en inglés que los emparentan con la aristocracia de artistas anglo, cabe destacar un «Oin Ez» que muestra el apego que tienen a su tierra; un pepinazo cantado en vasco que cualquiera pudiera identificar con unos Turbonegro euskaldunes. ¿Quizá es que lo son?. Todo casa en este álbum tan breve como intenso donde el sencillo y elegante artwork de aroma vintage se convierte en el perfecto envoltorio para presentar al mundo uno de los mejores discos que hemos podido escuchar en lo que va de año. No es poca cosa.
Fundador y director de Rock4Spain.
Esposo y padre de dos.
Funcionario del rock & roll.
Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.
0 comments