Con la habitual frecuencia en los lanzamientos discográficos de Red, dos años después de «Beauty And Rage» llega a nuestros oídos su último disco titulado «Gone». Un disco publicado por el sello cristiano Essential Records, filial del gigante Sony, y en el que la banda de Nashville vuelve a la actualidad del rock-metal alternativo.
«Gone» es un buen disco, pero no ofrece nada nuevo. En realidad lo que le ocurre a Red tampoco es nada que no hayamos visto antes con otros grupos, y es que nunca superarán su opera prima por muchos discos que saquen. No son los primeros, ni serán los últimos… En 2006 salió a la venta su álbum debut «End Of Silence», un auténtico pelotazo de metal alternativo con influencias del nu metal de Linkin Park y del rock gótico de Evanescence, para que quien no los haya escuchado se haga una idea rápida. Aquel disco sobrepasó la escena del rock cristiano para entrar en la liga del mainstream, nominaciones a los premios Grammy incluidas. Desde entonces han publicado otros cinco álbumes que tienen un nivel aceptable y que son amenos de escuchar pero a los que, sin duda, les falta algo, siguen unos mismos patrones e incorporan algunos elementos nuevos tratando de emular el éxito de su debut pero no logran alcanzar esa magia, ese punto diferencial. «Gone», el último de ellos, no se sale de ese camino, y eso que lo intentan con algunos temas, añadiendo toques electrónicos muy pop como en el single que da título al disco o en «Unstoppable», pero precisamente esos cortes son los que más me chirrían. El arranque es directo y agresivo con «Step Inside, The Violence» y «Still Alive» -probablemente éste, el mejor tema del álbum- pero esa fuerza se desvanece rápidamente en esos intentos de modernizar su propuesta y llegar a los adolescentes de hoy en día, pero si la juventud de hoy está perdida, no me gustaría también que se perdiera el talento de bandas como Red, que sabemos que lo tienen. «Coming Apart» es una balada que podría encajar en el polémico «One More Light» de Linkin Park. Ya hacia el final del álbum nos encontramos con los temas más crudos y oscuros como «Fracture», «Chasing Your Echo» o «A.I.» en los que vuelven a rugir con intensidad las guitarras y en los que destaca la labor vocal de Michael Barnes, que eso sí, cuando se desmelena -permítanme la gracia- demuestra que sigue teniendo una de las mejores voces que se pueden escuchar en el rock-metal contemporáneo. «Singularity» es el corte que cierra la edición estándar del disco, un tema con un regustillo evidente a Muse que arranca bien y se va desvaneciendo a medida que avanza hasta que en su punto final nos sorprende con un instante rabioso, enérgico y nostálgico del estilo con el que un día nos cautivaron, un perfecto resumen de lo que es este «Gone» en su conjunto.
En su Edición Deluxe nos regalan un tema más titulado «The Mask Slips Away», que es un medio tiempo bastante efectivo, junto a seis remezclas en total, cuatro de otros tantos temas incluidos en el disco y dos remixes diferentes de la canción «Gone» que sinceramente creo que no aportan nada positivo a la experiencia de escuchar este disco.
Lo mejor: Red siguen haciendo álbumes entretenidos donde la calidad del sonido sabes que va a ser excelente. «Gone» no es una excepción pese a que Rob Graves se haya pasado con la producción en muchos cortes.
Lo peor: Cuando quiera escuchar un álbum de Red seguiré poniéndome «End Of The Silence», y eso once años después de su lanzamiento y habiendo publicado cinco discos después de aquel empieza a ser preocupante.
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