Soen están de vuelta. Tampoco se han hecho mucho de rogar, apenas dos años después de la publicación de su magnífico «Lykaia» regresan con una nueva colección de canciones – nueve, para ser exactos – en la que demuestran porqué son una referencia del rock-metal progresivo contemporáneo. El supergrupo sueco plasma a lo largo de poco menos de una hora su habilidad para encontrar la belleza en el caos, para combinar con elegancia la épica y la calma. Producido por David Castillo e Iñaki Marconi en Ghostward Studios y Studio 6 entre julio y octubre de 2018, «Lotus» es una nueva obra maestra de esta banda cuyo sonido sirve de puente entre el prog norteamericano y el europeo.
La sombra de Tool les persigue desde la publicación de su álbum debut «Cognitive» en 2012, un gran álbum que sin embargo sí que bebía demasiado de la fuente que emana de la locura de Maynard y los suyos, pero poco a poco, y le pese a quien le pese, han ido conformando su propio sonido para pasar de ser discípulos a referentes. Además, si la banda de Los Angeles ha publicado cuatro álbumes en veinticinco años, los mismos que Soen en siete, quiere decir que tanto el talento como el trabajo de la banda sueca está fuera de toda duda y que es digno de tener en consideración, incluso por encima (¡oh! ¡sacrilegio!) de la mítica banda norteamericana. El caso es que han ido puliendo ese metal progresivo más áspero de sus inicios, con elementos más tradicionalmente europeos que lo hacen más afable sin por ello perder complejidad. «Opponent» marca un comienzo más que convincente para el álbum, ya que las guitarras construyen con fluidez pasajes progresivos excepcionales con la dosis perfecta de destreza técnica y tonalidades maravillosas llenas de groove por parte de una sección rítmica impecable a lo largo de todo el álbum, mientras que la carga melódica de la canción se expresa a través de texturas de ensueño y frases de guitarra cristalinas sobre las que destaca la voz de Joel Ekelöf. Por unos derroteros similares se mueve «Lascivious», un corte que también tiene un inicio potente, con riffs de corte djent, que derivan en un gran estribillo que se graba a fuego, y es que ese es uno de los puntos fuertes de Soen, en lugar de irse por las ramas con una ensalada de riffs y/o melodías vocales que no acaban de desembocar en ningún sitio, saben ir al grano cuando la ocasión lo merece y sus estribillos son, en general, redondos. «Martyrs» es otra buena prueba de ello, un tema elaborado, con un estribillo majestuoso, que supone uno de los puntos álgidos del álbum. Si bien en «Lascivious» destacaba el interludio jazzístico que servía de puente en el ecuador del tema, en éste hace lo propio un elegante pasaje donde el teclado de Lars Åhlund y la dulce voz de Ekelöf toman el protagonismo. «Lotus», el tema que da título al álbum, baja ligeramente las revoluciones con un sonido refinado que recuerda a los últimos Riverside, y eso siempre es una buena señal. «Covenant» no se anda con evasivas y, con un arranque más directo de lo habitual, va directo al grano y alcanza el clímax en un soberbio estribillo sustentado sobre un riff cortante y penetrante que hace de este tema una auténtica delicia que querremos catar una y otra vez. «Penance» es un tema intrincado con dos partes diferenciadas: un inicio pausado y melódico, muy en la línea de sus compatriotas The Sea Within, y una segunda parte donde se endurecen las guitarras y se alternan los arreglos atmosféricos con las voces apasionadas y sonidos más inquietantes. La elegancia es el común denominador de «Lotus», pero hay momentos como «River» donde alcanzan su máxima expresión, un corte de tempo suave que ya lo firmarían Riverside o los Anathema más inspirados. Regresa la potencia, y al por mayor, con «Rival», un tema similar a «Covenant» que, como aquel, está coronado por otro estribillo espectacular. Y el épico broche final lo pone «Lunacy», manteniendo siempre el equilibrio entre los segmentos rítmicos progresivos que presentan patrones instrumentales densos y agradables, y las melódicas y pegadizas líneas de guitarra cortesía de Cody Ford. Una genialidad de canción a la que tan solo le sobra parte del pasaje minimalista instrumental del medio que sirve de nexo para el conmovedor epitafio con el que se cierra el álbum: «cuando estés recostado en tu cama y desciendas de dudas, solo espero que tu luz me mantenga caliente».
Lo mejor: Lo han vuelto a hacer. El talento y la inspiración de Soen parecen no tener límites y nos vuelven a ofrecer en«Lotus» una colección de temas tan elegantes como poderosos que los reafirman como una referencia del prog.
Lo peor: Puede resultar un poco plano si lo escuchas superficialmente.
1. Opponent
2. Lascivious
3. Martyrs
4. Lotus
5. Covenant
6. Penance
7. River
8. Rival
9. Lunacy
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