Thrice – Palms (2018)

El tiempo pasa volando, que se lo digan a Thrice… Llevan veinte años de carrera (contando el breve descanso que se tomaron entre 2012 y 2015) y siempre con la misma formación. Un caso casi único en el panorama actual. Quizá eso es lo que hace que se entiendan tan bien, que todas las piezas encajen y que cada vez que se juntan en una habitación para tocar música todo fluya y se produzca esa magia que destilan sus composiciones, porque sí amigos, lo han vuelto hacer. Regresan con «Palms», su décimo álbum de estudio y el primero que publican con Epitaph Records tras abandonar Vagrant, la compañía discográfica con la que venían trabajando desde los épicos «Alchemy Index». Tras despertarnos del letargo en el que nos sumieron con su hiato con «To Be Everywhere Is To Be Nowhere» hace apenas un par de años, Thrice han cogido carrerilla y han publicado este «Palms» con el que han vuelto a explotar su faceta más experimental.

Thrice es una banda única. Su talento ha quedado acreditado a lo largo de los años, y la mejor prueba de ello es su época dorada: entre «Vehissu» (2005) y «Major/Minor» (2011) publicaron 5 discos; 5 trabajos discográficos en los que demostraron su capacidad para tocar diversos palos con una habilidad sorprendente y una calidad incuestionable, algo que muy pocos están capacitados para hacer y mucho menos en tan breve espacio de tiempo. Era normal que después de exprimirse tanto, necesitaran un descanso. Así se lo tomaron, y afortunadamente para sus fans, decidieron volver a las andadas poco después. Y si bien «To Be Everywhere Is To Be Nowhere» (2016) fue un buen álbum para su regreso, también se puede decir que era el trabajo más flojo en muchos años; habían perdido algo de chispa. A Thrice siempre se le exige el máximo y lo que para otros grupos hubiera sido un álbum espléndido, para los californianos se nos antojaba pobre. No han querido correr el riesgo de acomodarse, y por ello en «Palms» exploran sonidos más expansivos que en su predecesor, donde las diferentes texturas y la acumulación de capas de instrumentos son la nota dominante. Apenas he podido escuchar el álbum cuatro veces pero si algo queda claro es que es un disco que gana con las escuchas. La primera vez que lo escuché me pareció un disco correcto, la segunda me pareció un buen disco, la tercera me acabó enganchando y la cuarta ya me enamoró. Y estoy seguro de que me irá gustando cada vez más porque a cada escucha se descubren nuevos matices, nuevos detalles que hacen de «Palms» una experiencia enriquecedora que estoy seguro que también disfrutarán de lo lindo los oídos más inquietos.

Es un disco que no solo gana con las escuchas, sino que también gana según avanza el minutaje, ya que para mi gusto la segunda parte es más completa y emocionante que la primera. «Only Us» es el tema elegido para abrir «Palms», y lo hace con un inicio electrónico que de entrada chirría un poco, pero que según avanza la canción va virando hacia un pop-rock alternativo más reconocible en la última etapa de los de Irvine, sobre todo cuando llega al rabioso puente en el que Dustin Kensrue nos insta a derribar barreras y abrirnos más a gente diferente. «The Grey» fue el primer single y tiene su sentido, ya que es uno de los temas que mejor combina la vertiente orgánica y directa de Thrice con la experimental. Cuenta con un bajo más pesado que la anterior y el trabajo de las guitarras del propio Kensrue y de Teppei Teranishi cobra mayor protagonismo. Con «The Dark» bajan las revoluciones, un corte con un rollo más indie donde destacan unas baterías pesadas (hubiera estado genial reducir el volumen de los estridentes platos del estribillo) y la colaboración popular del final de la canción en la que algunos fans, a través de la web de la banda, enviaron sus vídeos cantando el estribillo, lo cuál han usado para cerrar este tema. «Just Breathe» parece un resumen de las anteriores: un corte enérgico pero comedido donde sorprende el final casi gospel con los coros de Emma Ruth Bundle. «Everything Belongs» arranca con un piano inicial que recuerda y mucho a los trabajos de Dustin Kensrue en solitario. Una bonita balada que marca un punto de inflexión en el álbum. Es curioso que hayan elegido los tres primeros temas del disco como los tres primeros singles, ya que la excelencia la alcanzan en la parte final del mismo. A partir de «My Soul» el disco va para arriba, y eso que es un tema más bien lento, pero tiene la capacidad de tocar la fibra como solo Thrice saben hacer. Rebajan el ritmo para coger energía y derrocharla en un tramo donde realmente se desatan. «A Branch In The River» es un pepino que se ha convertido en mi tema favorito del álbum. Una canción directa y con una base rítmica brillante donde los hermanos Breckenridge destacan sobremanera. «Hold Up A Light» se mueve en un terreno similar: cruda, directa y con un estribillo sencillo que a buen seguro la convertirá en un himno de directo. «Blood On Blood» se bifurca en una sección más inmediata – por decir algo, porque las enrevesadas líneas dibujadas por la guitarra de Teranishi tienen lo suyo – y una segunda más experimental, donde incluso apreciamos sonidos orientales en la parte central. El cierre lo pone «Beyond The Pines», un medio tiempo que no llega a la genialidad de los de «The Alchemy Index Vols. III & IV» o «Beggars» pero que se le aproxima. Digno broche final a un trabajo de lo más audaz.

Thrice (Riley Breckenridge, Teppei Teranishi, Dustin Kensrue & Eddie Breckenridge)

Lo mejor: Un álbum muy trabajado que el que se vuelven a mostrar audaces y expansivos. Gana con las escuchas, va de menos a más, y contiene cuatro o cinco temas que se pueden convertir en clásicos de su excelso repertorio.

Lo peor: Es un gran disco, más redondo que «To Be Everywhere Is To Be Nowhere», pero quizá el listón está demasiado alto incluso para Thrice.

Thrice «Palms» (Epitaph)

  1. Only Us
  2. The Grey
  3. The Dark
  4. Just Breathe
  5. Everything Belongs 
  6. My Soul
  7. A Branch In The River
  8. Hold Up A Light
  9. Blood On Blood
  10. Beyond The Pines 

 

The following two tabs change content below.
Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

Deja un comentario