Resurrection Fest 2019 (miércoles 3 de julio, Viveiro)

By rock4spain on julio 15, 2019

Arranca la XIV edición de uno de nuestros festivales más importantes e internacionales, el Resurrection Fest, ubicado en nuestro querido pueblo gallego de Viveiro. El polideportivo del pueblo alberga el recinto, y a los alrededores los cámpings principales gratuitos y de pago, sin embargo no debemos olvidarnos del pueblo de Celeiro que año tras año da cobijo a esta preciosa horda de heavys en sus playas.

Llegamos en torno a las 17:00 al Beachcamp en la Playa Area donde, como sherpas, anclamos nuestra tienda al césped, dejamos la nevera azul de playa dentro de lo que sería nuestra casa durante 4 días, comimos (o más bien merendamos) y entre tanto y tanto, nos hicimos amigas de nuestros compañeros de parcela con los que compartimos diversión todo el festival.

El Beachcamp es sin duda un lugar precioso para pasar el Resurrection Fest. Tiene la playa tan cerca que puedes oírla mientras duermes (aunque siempre es mejor llevar tapones porque los ronquidos de las tiendas de al lado están más cerca que la playa). Por otra parte, los servicios por los que pagas en este camping son bastante buenos. Tienes dos puestos de comida y bebida a precios bastante asequibles, inmediatamente pegado hay otra caseta donde por un euro te permitían cargar tus dispositivos todo el tiempo que quisieras. Esta labor fue modulando a enchufar secadores y planchas para el pelo. También ofrecían duchas de agua caliente. Ahí la cosa empezada a trabarse. Los calentadores este año no daban abasto, si querías agua caliente tenías que ducharte a las 4 de la mañana o gritar por la congelación durante el día en la ducha. Según he ido viendo, el año pasado tanto el Beachcamp como el Glamping estaban mejor organizados en estos servicios. Las duchas eran individuales con espacios para cambiarte y agua caliente, este año ha brillado por su ausencia esta comodidad. La verdad, y pese a ser un gran sitio donde acomodarte los días del festival, este año no han acertado con este tipo de cosas y la gente lo nota.

Por fin nos ponemos en marcha para ir al recinto, y lo hacemos andando para ver un poco del pueblo. Bastante recorrido a pie pero unas vistas preciosas. Tras veinte minutos llegamos, recogemos las acreditaciones y entramos ilusionadas como un par de niñas en una tienda de juguetes. Mientras ojeamos los diversos puestos de ropa y su gran cantidad de diversidad y precios, escuchamos uno de los grupos de punk gallegos invitados, Archivo Adxunto. Su ritmo y estribillos pegadizos hacen esos momentos de toma de contacto bastante entretenidos. No había escuchado previamente a este grupo más que para no ir de nuevas al concierto del Resu pero he de decir que no decepcionan; tanto por sus canciones como por las diversas versiones que tocaron mantuvieron al público sin parar coreando canciones, haciendo pogos y circle pits.

Archivo Adxunto

Proseguimos nuestro reconocimiento del espacio por la zona de comidas con abundantes opciones para comer, cenar y hasta merendar gofres. Con la buena tarde que hacía nos sentamos en ese césped tan delicado del primer día que no durará al siguiente a ver a los ingleses Bury Tomorrow. Los asistentes sentados, como una servidora, se levantaron casi como un muelle al romper su primera canción, “No Less Violent”. Los comienzos de cada canción fueron impresionantes y levantaron la euforia. El sonido es bueno, sin embargo la guitarra es algo sucia, efecto derivado de su estilo hardcore, el problema es que en directo eso hizo que se comieran a veces el sonido de los diferentes instrumentos que sonaban. El juego de luces fue perfecto, una pena que fuese de día y no se pudiera apreciar del todo. Terminaron con “Black Flame”, otro de sus grandes temas, el cual no dejó indiferente a sus fans.

Bury Tomorrow

Pasado este concierto decidimos ir al puesto de merchandising oficial porque siempre se agota todo muy rápido y hay que darse prisa. Una pena la poca organización que hay siempre en estos puestos en todos los festivales. Tras comprar y cenar mientras escuchamos a Municipal Waste observamos como el alcohol va haciendo mella en los asistentes a los cuales ya no les importa que haya gente a su alrededor para demostrar su amor mutuo, creo que me entendéis. Nos movemos para ver a Ignite y comprobamos que el sonido en el lado derecho del Ritual Stage es bastante peor que en el lado izquierdo. Para este grupo ya es casi una tradición venir a Viveiro y se les nota encima del escenario, se observa su comodidad desde lejos. El sonido deja bastante que desear en ocasiones, puede que fuese realmente por ser el primer día y por cómo el viento empezó a levantarse a esas horas de la noche. Esos problemas no son nada cuando Zoltán Téglás, el cantante, hace las de frontman diciendo que es su cumpleaños y nos anima a cantarle el cumpleaños feliz entre todos. Otro de sus puntos álgidos del concierto fueron su famosa versión de U2 “Sunday, Bloody Sunday” y el momento monólogo posterior a esta canción donde recordó a su difunta abuela, su amor por ella y el hecho de que tenemos que decirles a nuestras personas queridas lo que sentimos por ellos. A continuación de este emotivo momento comienzan con la canción “Slowdown”.

Ignite

El último concierto de la noche fue por los noruegos Kvelertak quienes son pura adrenalina. Al ser el primer día, el público tenía todas sus energías que ofrecerle al grupo en respuesta a su puesta en escena. Se mantiene, por otra parte, la descompensación del sonido que estuvo presente todo el día de Warm Up. Una observación admirable es que apenas vimos gente fumando. Aún me pregunto si sería por la humedad de Galicia, la ocupación de los conciertos, el cansancio o porque las personas se concienciaron para fumar alejadas, pero casi ni rastro. Como nosotras aún teníamos un viaje de vuelta decidimos marcharnos y probar el autobús de vuelta. Todo un acierto esos buses. Ese primer día no había masificación por lo que pudimos subir rápidamente. En resumen, un buen día con muy buen tiempo y sin mucho cansancio, pero el Resurrection siempre viene para sorprender.

Sonia Jiménez Carrillo