Cuando hablo de discos diferentes me refiero precisamente a esto. Discos diferentes de verdad, tanto en lo estrictamente musical, como en lo conceptual, lo visual y (en este caso) lo espiritual. «Holy Drone», «Violent Worship»… Así nos lo venden ellos. Difícil entrar en su mundo con esta presentación, pero una vez que te introduces en él es una auténtica delicia, una experiencia tan turbadora como reconfortante. Después de unirse a Facedown Records en 2021 y lanzar cuatro sencillos («Meet Me Somewhere Quiet», «Perpetua», «Fall On Your Knees» y «My Way»), los cuales crearon un gran hype en el mundillo, HolyName están de vuelta con su lanzamiento homónimo de larga duración. El álbum es esencialmente una carta de amor a Cristo y un tributo a la historia de la ortodoxia oriental. El ex-vocalista de Sleeping Giant, Tommy Green, y el guitarrista Joe Holt, son las cabezas pensantes de este original proyecto; un proyecto en el que han contado con Ryan Leitru (ex-For Today) para la mezcla y masterización, y con Hunter Babcock de Wolf Skin para la producción de los beats, así como con las colaboraciones estelares del coro The REV Gang y Eric Gregson de xDeathstarx en «Creed», de Ryan Clark de Demon Hunter en «The Sect», Brook Reeves de Impending Doom en «Fall On Your Knees» y «Mr. Millstone», Joe Musten (Advent, Beloved) en «Calestial», Danon Saylor de Nothing Left en «St. Dimas» y Mike Felker de Convictions en «They See». Ahí es nada…
Una época de muertes y profundo pesar hizo que Tommy Green se sumergiera en profundidad en los inicios de la Iglesia, buscando la conexión entre la ortodoxia y sus prácticas litúrgicas, y la Iglesia Pentecostal moderna de hoy en día. Encontró belleza en un tesoro escondido que no entendía completamente. Se puede decir que su dolor le llevó a un lugar al que nunca tuvo intención de ir. La Santa Iglesia Ortodoxa y el origen histórico del cristianismo se volvieron muy importantes para Tommy en lo personal y es por eso que las imágenes saturadas propias del antiguo cristianismo ortodoxo tradicional son tan influyentes en los gráficos y en las letras del trabajo de HolyName, un trabajo que lo mismo te aplasta entre riffs pesados y oscuros y growls de ultratumba, que te eleva con voces limpias, coros angelicales y guitarras luminosas. Un disco que transita sin miedo entre el post-metal, el doom, el metalcore e incluso el deathcore, y que lo hace no con solvencia, sino con maestría. Cincuenta minutos de metal pesado con unas armonías vocales como nunca las habías escuchado antes. 2023 acaba de arrancar, pero ya tenemos un candidato serio a disco del año: «HolyName». Si no estoy en lo cierto, que baje Dios y lo vea…
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