Thrice: Todos sus discos, de peor a mejor

Aprovechando que la semana que viene Thrice volverán a nuestro país embarcados en su gira europea de celebración del 20 aniversario de «The Artist In The Ambulance», me he decidido a elaborar uno de esos artículos en los que repaso la discografía del grupo, que ya hace mucho que no hacía uno. En esos conciertos interpretarán todos los temas de aquel icónico álbum del que, por cierto, lanzaron el año pasado una nueva versión regrabada del mismo, pero también caerá algún que otro clásico de su extensa discografía, así que este artículo nos viene de perlas para ir recordándola y hacer nuestras quinielas. La verdad es que aunque siempre son complicados estos listados, hay casos en los que tengo claros cuales son mis favoritos y cuales son mis menos predilectos dentro de la discografía de un grupo; ese no es el caso de Thrice. Aquí tengo claro los dos que menos me gustan, pero a partir de ahí, el orden de los otros es posible (o seguro) que sufriría variaciones si me preguntan en unos meses, y otra vez lo mismo si lo hacen en unos años. Y eso es bueno, porque quiere decir que tienen una discografía de gran nivel donde cuesta destacar unas obras sobre otras, lo cual es más que meritorio habida cuenta de que cuentan con más de un cuarto de siglo de carrera a sus espaldas y que en todo este tiempo han tocado muchos palos. Y siempre con el mismo lineup. Impresionante. Sin más dilación, vamos a lío…

 

Identity Crisis (2000)

Nunca he podido asimilar el álbum debut de Thrice, y lo he intentado. Es un disco tosco, en todos los sentidos. Lo propio de un disco juvenil. Hay que tener en cuenta que sus miembros rondaban los veinte años cuando lo lanzaron. «Identity Crisis», por mucho que tenga algún ramalazo de otros géneros en los que se sumergerían después a lo largo de su carrera, no deja de ser un disco de punk bruto y sucio. En aquel momento, Thrice eran simplemente un grupo de hardcore metalizado. Bueno, cierto, pero no destacaban sobre el resto.

 

The Illusion Of Safety (2002)

De su segundo disco puedo decir prácticamente lo mismo que del primero. Sí que es cierto que se nota una pequeña evolución y algo más de finura y complejidad, pero no llega a engancharme salvo canciones puntuales como «Kill Me Quickly» o «Deadbolt». «The Illusion Of Safety» es el primer disco publicado bajo el sello Hopeless Records, que los fichó tras «Identity Crisis», disco que reeditaron dándole a la banda más visibilidad y haciendo que formara parte del mítico Warped Tour.

 

Palms (2018)

Tras el regreso de Thrice a la palestra con «To Be Everywhere Is To Be Nowhere» después de un hiato de cuatro años, las expectativas estaban altas con su continuación. Lo cierto es que «Palms», su décimo disco de estudio y primero publicado con Epitaph, es un álbum menos inspirado que el anterior, aunque yo no lo vi así en su momento. «Palms» empujó a la banda hacia nuevos paisajes sonoros, comenzando con los vibrantes sintetizadores del inicial «Only Us» y encandilando a nuevos y viejos seguidores con la balada para piano «Everything Belongs» que cierra el álbum. Sin embargo, a pesar de arriesgar probando nuevas sonoridades, o precisamente por eso, no es un disco que sea considerado un imprescindible entre la mayoría de los fans de los de Irvine. De hecho, las cuatro canciones del EP «Deeper Wells», que publicaron apenas unos meses después con motivo del Record Store Day, que precisamente se grabaron durante las sesiones de «Palms», son más inspiradas que muchas de las que integraron el álbum. O al menos más directas, que por lo visto, es lo que quisieron evitar en su momento.

 

To Be Everywhere Is To Be Nowhere (2016)

«To Be Everywhere Is To Be Nowhere» es el anhelado disco de regreso de Thrice después de ese parón que decretaron en 2012 y que sumió en la desolación (permítanme la hipérbole) a miles de fans que pensaron que quizá no podríamos volver a disfrutar de nueva música por su parte. Falsa alarma. Afortunadamente, no se hicieron de rogar y el parón fue breve. Apenas pasaron cinco años entre «Major/Minor» (el último disco de su primera etapa) y este. Otros grupos en activo tardan más en publicar discos. El caso es que las expectativas estaban muy altas y quizá «To Be Everywhere Is To Be Nowhere» no las cumplió, al menos para mí. Y es un buen disco, sin duda, pero es que el listón estaba muy alto. También es cierto que está envejeciendo muy bien y yo lo veo con mejores ojos a día de hoy que en su momento. Además, el simple hecho de contar con un hitazo como «Black Honey» ya hace que merezca la pena.

 

Horizons / East (2021)

El último disco de Thrice hasta la fecha podría decirse que es un compendio de las mayores virtudes expuestas entre «Vheissu» y «Palms», mezclando elementos de su personalísimo post-hardcore con pinceladas de grunge, emo, indie y prog. «Horizons / East»  nació con vocación de clásico y quizá no llegue a tanto, pero tampoco decepciona, y eso después de once discos ya es bastante. Aquí continúan donde lo dejaron en su predecesor pero mejorándolo. Un disco de madurez que carece de la pegada de sus discos más relevantes pero que consigue que sigan manteniendo su estátus de referentes del rock alternativo.

 

Vheissu (2005)

«Vheissu» es el disco con el que todo cambia. Aquí ya dejan de lado, casi por completo, cualquier atisbo de hardcore y emocore para crear su peculiar sonido perfectamente reconocible, por muchos imitado pero igualado por nadie. El álbum favorito de muchos no lo es tanto el mío, pero desde luego es un disco espectacular al que le doy el gran valor que tiene ya que sobre el sonido que encontraron en él cimentaron el resto de su carrera. Propició el gran salto, agrupando sonidos progresivos, ambientales, acústicos y de múltiples teclados, en contraste con el sonido más directo y aguerrido de sus predecesores. Con «Vheissu» se convirtieron en el grupo inclasificable que es hoy en día, referencia de otros muchos que van a su rebufo. Himnos como «Image Of The Invisible», «The Earth Will Shake», «Hold Fast Hope», «Of Dust And Nations» o «Red Sky» no me dejarán mentir. También hay que decir que el nuevo y experimental proceso de creación del álbum les supuso problemas con Island Records y que a la postre, fuera su último trabajo de estudio publicado con la multinacional.

 

The Artist In The Ambulance (2003)

Tras el éxito de crítica en el underground de «The Illusion Of Safety» y la consolidación del nombre de Thrice en la escena hardcore, muchos sellos grandes se fijaron en ellos y finalmente fue Island Records quien se llevó el gato al agua. En otoño de 2002 la banda realizó una gira con Hot Water Music y sus nuevos compañeros de sello Coheed and Cambria antes de regresar al estudio y ponerse manos a la obra con «The Artist In The Ambulance», el disco con el que dieron tanto el salto de calidad como el de popularidad. Ya no eran un grupo del montón, en este su tercer álbum comenzaron a crear su propio sonido perfectamente identificable, pese a que aún les quedarían muchas vueltas de tuerca que darle. Todas las reminiscencias del post-hardcore, el hardcore melódico y el emo, que estaban en pleno apogeo, comenzaron a aflorar y así salieron obras maestras como los cuatro singles que publicaron para promocionarlo: «All That’s Left», «Under A Killing Moon», «Stare At The Sun» y «Silhouette», aunque el homónimo también es una de mis debilidades. Un disco sin fisuras, el cual regrabaron el año pasado para celebrar el vigésimo aniversario de su lanzamiento sin aportar (como era de esperar) nada que lo mejorara. Fue el inicio de la época dorada de la banda que a mi entender, culminó con el parón de 2012, la cual engloba nada más y nada menos que seis discos de estudio, directos, recopilatorios, etc, aparte. Poca broma.

 

The Alchemy Index Vols. I & II: Fire & Water (2007)

El primero de los discos de la colección «The Alchemy Index» es con el que yo realmente me introduje en la banda, por lo que le tengo un cariño especial. Conocía alguna canción previa y tenía referencias pero nunca había escuchado un disco suyo al completo hasta «The Alchemy Index Vols. I & II: Fire & Water», y algo hizo click en mi cerebro. ¿O quizá debería decir dos EPs? «The Alchemy Index» es un disco conceptual basado en los cuatro elementos (Fuego, Agua, Tierra y Aire) el cual dividieron en sus respectivos cuatro EPs que decidieron agrupar en dos discos «tradicionales», publicados con apenas seis meses de diferencia entre uno y otro. El primero de ellos es este «The Alchemy Index Vols. I & II: Fire & Water» inconmensurable que supuso su debut con Vagrant Records. La primera mitad dedicada al fuego te devuelve a los orígenes de la música heavy de Thrice con sus gritos y distorsiones, mientras que la segunda dedicada al agua es más reposada, con evocadores sonidos post-rock y trip-hop. Una nueva muestra de la  diversidad musical que atesora la banda y que ya mostraron en «Vheissu», pero aún más acentuada. Resalto «The Messenger» y «Digital Sea» como polos opuestos del álbum que te atraparán sin remisión.

 

 

The Alchemy Index Vols. III & IV: Air & Earth (2008)

¿Cuántas veces habré escuchado «The Alchemy Index Vols. III & IV: Air & Earth»? Estuve meses obsesionado con este álbum desde que se publicó el mismo día que yo cumplí 25 años. No creo que eso tenga nada que ver, pero a modo de efeméride me sirve para situarlo y ponerlo en valor. Conectó conmigo al instante el que, a buen seguro, es el disco más suave de Thrice, y también uno de los más experimentales. Aquí no tenemos el choque de estilos tan palmario de los volúmenes 1 y 2 dedicados al fuego y el agua, sino que tenemos un disco más homogéneo aunque para nada plano, y para mi gusto, aún más inspirado. la primera parte (Vol. III) dedicada al aire se mueve en un terreno de rock ambiental y atmosférico realmente emocional con el que no es difícil que se te ponga la piel de gallina. «Broken Lungs» inspirada por los atentados del 11S, «Daedalus» que trata sobre la historia mitológica griega de Dédalo y su hijo Ícaro, o la minimalista «A Song For Milly Michaelson» ponen en duda que alguna vez Thrice fueran un grupo de hardcore. El segundo bloque (Vol. IV) inspirado en el elemento de la tierra cuenta con una instrumentación básica y acústica propia, precisamente, de la música de raíces americanas. El folk, incluso el country en una vertiente alternativa, toman la delantera y podemos escuchar arreglos de banjo, pandereta, piano, trompeta y contrabajo, demostrando que nada se les pone por delante  y que todo lo que tocan lo hacen bien. «The Lion And The Wolf» consta únicamente de un piano y la voz de Kensrue, y no le hace falta más, «Come All You Weary» es un himno pseudoreligioso que utiliza la tierra como metáfora para unir a la raza humana y clamar por el entendimiento mutuo, e incluso incluyeron una versión del «The Earth Is’t Humming» de Frodus que convirtieron en una pista de estilo country de tempo lento, completa con banjos. Delicatessen de principio a fin, aunque por sus características, es raro que actualmente interpreten canciones de este disco en directo.

 

Major/Minor (2011)

Como enamorado que soy del final de la primera etapa de Thrice, «Major/Minor» tenía que ocupar un lugar de privilegio en esta lista. Sé que algunos fans lo consideran un disco menor pero yo no puedo estar más en desacuerdo. Quizá es considerado así porque es el primer disco desde «The Artist In The Ambulance» que no supone una ruptura con lo anterior y un salto al vacío. Eso es cierto, pero tampoco se puede estar toda la vida caminando sobre el alambre pensando en romper moldes y en cómo vas a sorprender al mundo con tu próximo disco. En este caso decidieron mirar hacia lo que habían hecho en su pasado reciente, y reforzar su versión más directa, potente y melódica para entregar un trabajo más accesible, pero igual de fino que a lo que nos tenían acostumbrados. Once temas que podríamos catalogar de post-hardcore con ramalazos grunge y hard rock, por los que muchas bandas hubieran matado por tener en su catálogo, protagonizan este disco que supuso su último trabajo antes de partir las peras (temporalmente), justo cuando estaban en todo lo alto. «Promises», «Yellow Belly», «Words In The Water» o «Anthology» están entre las imprescindibles de su discografía para un servidor.

 

Beggars (2009)

 

Obra maestra. Solo así se puede catalogar el séptimo disco de estudio de Thrice. Y eso tiene el mérito añadido de salir publicado después de los gloriosos «The Alchemy Index». En tres años, tres discos, cada cual superando al anterior, que ya de por sí, tenía una calidad excelsa. Fue el mayor momento de creatividad de Thrice. Definitivamente, el segundo lustro de los 2000′ nos mostró a una banda en estado de gracia como pocas veces se ha visto en la historia del rock. En «Beggars» se liberaron de la atadura autoimpuesta de crear un álbum conceptual y simplemente se dedicaron a crear la excelencia hecha canciones. El resultado es un disco de rock apasionante que acaricia el mathcore, el pop y el metal progresivo consiguiendo que lo experimental devenga en comercial. «All The World Is Mad» quizá recuerda demasiado a Muse pero mola, «Circles» me sigue poniendo la piel de gallina a día de hoy, «Doublespeak» forma una dupla con «In Exile» que quita el aliento, «Talking Through Glass/We Move Like Swing-Sets» es una explosión post-hardcore de tropecientos megatones y el cierre con el tema homónimo nos recuerda que, al fin y al cabo, todos somos mendigos de algún modo.

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Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

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