Chevelle – Bright As Blasphemy (2025)

En su décimo disco de estudio, Chevelle siguen sonando a Chevelle. Ese es su gran mérito. Sin alardes innecesarios ni grandes campañas de publicidad, el (ahora) dúo de Chicago ha cimentado su carrera musical en la constancia y en una fidelidad a su propio lenguaje sonoro a prueba de bombas. A lo largo de tres décadas de trayectoria tan solo un disco puede considerarse un pequeño borrón, «The North Corridor» (2016), y lo fue porque se desviaron de su propio camino buscando un sonido deliberadamente sucio y maquetero, con una agresividad forzada que no responde a lo que la mayoría de sus fans, al menos el que suscribe, esperamos de ellos. Parece que aprendieron de ello y en 2021 regresaron por donde solían con «NIRATIAS», un discazo marca de la casa donde recuperaban el equilibrio entre lo pesado y lo melódico, lo enrevesado y lo directo, y la producción de alto standing. Lo hicieron ya sin Dean Bernardini en sus filas. El grupo que siempre había sido un trío familiar, formado inicialmente por los tres hermanos Loeffler, y después por Pete y Sam más su cuñado Dean, se quedaba tan solo con el cantante/guitarrista y el batería como miembros oficiales. Ahora han repetido la fórmula, pero llevándola un paso más lejos al encargarse ellos mismos de la producción. «Bright As Blasphemy» marca también el inicio de una nueva etapa junto al sello Alchemy Recordings tras abandonar Epic, y se presenta como un disco contundente, versátil y honesto. Fiel al sonido musculoso del que llevan tantos años haciendo gala y sentando cátedra para futuras generaciones.

Arrancan por todo lo alto con «Pale Horse», un tema contundente, de velocidad controlada, dinámico y efectivo, que mantiene gran tensión desde el primer segundo hasta el último. Le suceden los dos singles que anticiparon el lanzamiento del álbum, un «Rabbit Hole (Cowards, Pt. 1)» que es como un gancho directo a la mandíbula y que respetando la fórmula típica de Chevelle nos adentra en la madriguera del conejo blanco con un riff serpenteante, y un «Jim Jones (Cowards, Pt. 2)» abrasivo que aumenta aún más las revoluciones y nos advierte de los peligros de la fe ciega en aquellos líderes que pueden usarla para manipularnos. Un tema rabioso, especialmente en su tramo final, que te deja sin aliento. Y precisamente, como hay que tomarse un tiempo para respirar y no salir exhaustos de la experiencia de escuchar «Bright As Blasphemy», tras este inicio tan intenso, nos regalan un temazo como «Hallucinations». Ojo, que el tema también es intenso en cuanto a carga emocional, pero desciende notablemente la velocidad basándose más en las atmósferas que en los riffs. Un medio tiempo sublime donde la voz de Pete Loeffler parece ejercer de péndulo para llevarnos a la hipnosis y trascender la percepción de lo intrínsecamente humano. Y tras este descanso cervical vuelven a las andadas con «Wolves (Love & Light)», un tema tenso, casi industrial, con un cierto rollo Rammstein que sorprende gratamente. Caña a raudales en un corte donde la batería de Sam Loeffler adquiere protagonismo marcando un ritmo machacón, casi marcial. «Karma Goddess» se sustenta sobre un riff típico del blues pero en su característico estilo downtuned. Y a continuación vuelven a bajar las revoluciones con «Blood Out In The Fields», el tema más lento y también más flojo del álbum. Pretenden innovar pero el resultado es fallido. Una canción sosa que supone un pequeño bajón antes de retomar el vuelo con un «AI Phobias» que apunta a nuevo clásico de la banda. Un perfecto ejercicio de estilo de lo que es Chevelle, esa banda que se encuentra en el punto justo entre Tool y Deftones, canalizando a la perfección esa tensión incómoda que tanto la voz como los riffs de Pete se encargan de transmitir. «Shocked At The End Of The World» y esa vertiginosa montaña rusa de tempos se encarga de poner el broche final a un disco convincente que en comparación con su predecesor resulta más veloz y conciso, con un enfoque menos progresivo. A esa sensación contribuye que hayan dejado de lado introducciones e interludios como utilizaron en «NIRATIAS», pero siempre sin abandonar sus señas de identidad: producción impoluta, riffs de guitarra densos a la par que limpios, bajos comprimidos, baterías intrincadas y voces desgarradoras. Chevelle siguen en la brecha, y no parece que vayan a aflojar.

Chevelle (Sam Loeffler, Pete Loeffler & Kemble Walters)

Lo mejor: Chevelle siendo Chevelle. Así de simple, y así de complicado.

Lo peor: «Blood Out In The Fields»

Chevelle «Bright As Blasphemy» (Alchemy Recordings / Rise Records)

01. Pale Horse
02. Rabbit Hole (Cowards, Pt. 1)
03. Jim Jones (Cowards, Pt. 2)
04. Hallucinations
05. Wolves (Love & Light)
06. Karma Goddess
07. Blood Out In The Fields 
08. AI Phobias
09. Shocked At The End Of The World

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Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

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