Evanescence están de vuelta, y no es solo una frase hecha. Tras demasiados años dando volantazos inmersos en una trayectoria errática con múltiples cambios de lineup y de experimentación sonora, parece que el quinteto se ha asentado y nos ofrece un disco reconocible con los elementos que los fans de Evanescence esperan de ellos. «The Bitter Truth» es su quinta referencia discográfica y fue lanzado el pasado 26 de marzo a través de BMG. Es el primero de la banda en más de tres años, tras el experimento de «Synthesis» en 2017, así como el primer trabajo con material completamente nuevo desde su álbum homónimo publicado en 2011. Al igual que entonces, han decidido contar con Nick Raskulinecz como productor. En realidad pensaban contar con varios productores, pero los planes de la banda cambiaron debido a la pandemia del COVID-19 y Raskulinecz se convirtió en el único productor de «The Bitter Truth». Se puede decir que ha sido un acierto porque esta vez sí, ha dado con la tecla y ha recuperado parte de la magia perdida, logrando un sonido potente y melódico parejo al de sus mejores tiempos.
Evanescence nos conquistó a todos en 2003 con su álbum debut «Fallen» y con ese gran hit titulado «Bring Me To Life» que lo abanderaba, pero las cosas se debieron enrarecer en el seno de la banda que se podría decir que languideció de éxito, saliendo de ella el guitarrista y principal compositor Ben Moody. A partir de ahí nada fue lo mismo; su siguiente álbum, «The Open Door» mantenía, en buena parte, el nivel, quizá porque se limitaba a seguir la inercia, pero estaba claro que la fórmula corría riesgo de agotarse y que no tenía el mismo punch ni la misma magia que el anterior. Muchos empezamos a perder interés en su trabajo porque no ofrecía nada relevante, al tiempo que Amy Lee se dedicaba a hacer libros infantiles y al politiqueo, pero ahora nos sorprenden con un trabajo que nos pretende devolver a su mejor época. Tampoco este disco está al nivel de «Fallen», no nos vamos a engañar, ni al de su oscuro y majestuoso EP homónimo publicado cuando no los conocía nadie, pero recuperan gran parte de su esencia gótica a la americana. «Artifact/The Turn» es un tema oscuro y reposado donde la base electrónica y la voz de Amy Lee acaparan todo el protagonismo y a modo de intro prepara el camino para «Broken Pieces Shine» que tras una cuenta atrás, arranca con un riff poderoso sustentado sobre una potente base rítmica marca de la casa. Una gran melodía vocal por parte de la vocalista, icono de los primeros 2000, nos recuerda que Evanescence ha vuelto, esperemos para quedarse. «The Game Is Over» es similar aunque algo más pesado, lo cual nos llena de orgullo y satisfacción, como diría aquel… «Yeah Right» chirría un poco por el título, y efectivamente es un corte de hard rock demasiado orientado hacia el pop en sus estrofas, aunque lo salva el estribillo, donde siempre suelen dar la talla. ¿Podría considerarse AOR? Yo diría que sí… «Feeding The Dark» es uno de los mejores temas del álbum. Es más denso, y retiene algo de su encanto primigenio gracias a unas guitarras más metaleras. A destacar el dramatismo del estribillo y el final apoteósico. «Wasted On You» fue su primer adelanto y por ahí no me engancharon, desde luego. Es una balada que cumple, pero que no llega a emocionar como debería. El que sí lo hizo fue «Better Without You», el tema que lanzaron como último adelanto antes de la publicación del álbum, y que es el que realmente me hizo interesarme por el disco. Con un sonido pesado y refinado, y con uno de los mejores estribillos del redondo recuerda a «Fallen», que es lo que todos esperamos de Evanescence, pese a que les pueda llegar a molestar. Por otros derroteros se mueve «Use My Voice», un corte que se inicia con la dulce voz de Lee y un piano, en el que poco después entran el resto de los instrumentos para construir un medio tiempo de pretendida epicidad pop puesto al servicio de la campaña de Joe Biden con unos coros en los que se han rodeado de algunas de las vocalistas femeninas más importantes del momento como son Taylor Momsen de The Pretty Reckless, Sharon Den Adel de Within Temptation o Lzzy Hale de Halestorm. El signo de los tiempos. Y continuando por la brecha abierta nos encontramos con «Take Cover», un tema modernete repleto de sonidos experimentales, los cuales no siempre encajan. Sin embargo, es un buen tema que gana con las escuchas. A mi juicio, bastante mejor que el anterior. «Far From Heaven» es la otra balada del álbum. Esta sí consigue sobradamente su objetivo de reconciliarnos con los mejores Evanescence. Bonitos arreglos de piano y cuerdas para acompañar a la versátil voz de Lee, sobresaliendo el bello, a la par que triste, estribillo. Tras la calma vuelve la tormenta con otro de los cortes destacados del álbum, un «Part Of Me» que se desarrolla en la vertiente más metalera y sobrecogedora con la que nos conquistaron hace casi dos décadas. Y en una línea similar llega el cierre del álbum. «Blind Belief» es pesado y contiene bastantes elementos condensados, cerrando definitivamente las puertas de «The Bitter Truth» de manera magistral. Evanescence parecen querer recuperar el tiempo perdido para lo cual, este disco es un buen modo de comenzar; veremos si después no vuelven a las andadas…
Lo mejor: Amy Lee ha recuperado la inspiración y «The Bitter Truth» es, seguramente, el mejor álbum de Evanescence desde la salida de Ben Moody del combo. Doce canciones donde apenas hay altibajos y el equilibrio entre potencia y melodía está muy logrado.
Lo peor: La sombra de «Fallen» es demasiado alargada y tras tantos años de idas y venidas puede que sea demasiado tarde para recuperar la atención perdida.
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