Regocijaos hermanos ante una nueva obra de El Altar Del Holocausto. El cuarteto salmantino está de vuelta con un EP basado en las virtudes teologales del cristianismo: fe, esperanza y caridad, y esos son también los títulos de los tres temas que componen este cuidado trabajo titulado «Trinidad». Sacando el lado positivo a esta maldita pandemia, EADH han aprovechado este paréntesis sin poder girar para gestar este extenso EP (o breve álbum) a lo largo del pasado año, cuya pre-produción llevó a cabo el propio técnico de la banda, Cardenal Shake, mientras que la grabación, mezcla y masterización se realizó en Estudio Uno (Madrid) durante el mes de noviembre por Pablo Pulido.
El pasado 19 de marzo, día de San José (no dan puntada sin hilo), se hizo oficial el lanzamiento de «Trinidad» con la publicación de «Caridad», el último de los singles, toda vez que el 18 de diciembre nos pusieron los dientes largos con «Fe» y que el 29 de enero consiguieron con «Esperanza» que nos lleváramos las manos a la cabeza (en el buen sentido) y el hype fuera en aumento. «Fe» es el tema más continuista, un corte de más de nueve minutos en el que se recrean en su buen hacer. Instalados en su zona de confort nos muestran una nueva pieza de lo que ya conocíamos de ellos, sin apenas sorprender pero, desde luego, reconfortando. Sin embargo, en «Esperanza» dan un cambio de rumbo y nos regalan el que pasa por ser uno de los mejores temas de su carrera. Un inicio de genuina balada blues, más luminoso de lo habitual, que se va encauzando hacia terrenos más puramente post-rock mostrando también un gusto exquisito por el rock progresivo que hasta ahora había permanecido oculto. En palabras de la propia banda es «una de las canciones más importantes de nuestra trayectoria, una canción compuesta en el momento más complicado de la banda, en el momento en que todo se desmoronó, ese momento en que todo se desvanecía, cuando los planes se truncaron de golpe… justo entonces decidimos que debíamos tener precisamente eso: esperanza». Poco doom hay aquí, si acaso en ese breve y mastodóntico riff final que enlaza muy bien con el tema de cierre, un «Caridad» bastante directo pese a su extensión, que arranca con uno de sus típicos punteos que hacen las veces de estribillo mejor que en muchos grupos con interpretación vocal. Este corte también es soberbio, con un sonido cercano a los mejores God Is An Astronaut, haciendo palpable el giro hacia el post-rock que parecen querer dar con este trabajo, eso sí, sin desmarcarse de su post-metal tradicional. A mi juicio, todo un acierto en una evolución sonora que resulta más que coherente, ya que tras casi una década de vida y muchos trabajos a sus espaldas, El Altar Del Holocausto ha forjado un sonido propio, realmente único y reconocible. Puede que su inspiración cristiana y el attrezzo de sus discos y directos sea todo postureo, pero realmente su música rebosa espiritualidad y eleva el alma, y estos veinticuatro minutos demuestran que aún son capaces de subir el listón, por muy alto que se lo hayan puesto.
Lo mejor: Su magia sigue intacta. El Altar del Holocausto es un grupo diferente y siempre lo será.
Lo peor: Con un temita más, «Trinidad» hubiera ido de cabeza a nuestra lista de los mejores discos del año.
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