Tres años después de «Ulterior» (2015), por fin llega a nuestros oídos «Grisalla», el nuevo trabajo del grupo burgalés Sexma. Presentado en un elegante digipack negro que simula la técnica pictórica que da título al álbum, para este nuevo disco han vuelto a contar con su gurú, Alberto Seara, para la grabación (Estudios Cube) y la producción. Todo un seguro de calidad.
«Grisalla» llega para continuar la senda propia marcada por Sexma, en la que se aprecia una evidente evolución y un pequeño giro en su sonido, como ya nos adelantó su guitarrista, Gonzalo Herrero, en la entrevista que le hicimos hace un año. La influencia del sonido Sôber sigue estando ahí, sin embargo, los que siempre los han tachado de ser unos clones de la icónica banda madrileña, con este nuevo álbum lo van a tener más difícil. Ya desde el primer corte, nos damos cuenta de ello. Si su complejo estilo sigue encajando dentro de lo que consideramos metal alternativo, en «Grisalla» se ven destellos de post-hardcore y rock progresivo muy en la línea de bandas como Coheed And Cambria, algo que apreciamos en más momentos del disco. «Oceánica» y «El Mundo Contra Mí» son dos temas más clásicos, por así decirlo, donde destacan los textos intimistas de Igor Lope y su portentosa voz, pese a que hay momentos donde éstos no se distinguen bien. «Bajo El Mismo Sol» es uno de los momentos más inspirados del álbum, con elegantes arreglos y un estribillo con esa rabia contenida marca de la casa. «Atemporal» es un precioso medio tiempo en el que los acertados arreglos de cuerda que han incluido sintetizan ese objetivo que los burgaleses se marcan a la hora de componer: emocionar. Muy Coheed And Cambria también. Y así, en un suspiro nos plantamos en el último tema: «Soy». Un corte que arranca con un riff que suena a unos Metallica comedidos y que deriva en unos versos oscuros con aromas a Alice In Chains que estallan en esos estribillos melódicos en los que siempre han destacado.
Masterizado por David Donnelly – quien ha trabajado con bandas como Motley Crüe o Red Hot Chili Peppers – en los DNA Mastering Studios de Los Angeles, en «Grisalla» tenemos al mismo tiempo un ejercicio de autoafirmación y de revolución interior. Es el primer álbum en el que Carlos Escobedo no colabora en alguna canción y eso puede tomarse como una declaración de intenciones. Continúan con la tendencia de hacer discos cortos que emprendieron en «Ulterior» y eso nos deja con ganas de más, aunque supongo que preferirán hacer discos más directos y concisos en lugar de discos más extensos y que requieran de más escuchas para su digestión, algo que por otra parte están haciendo más bandas en la actualidad, seguramente empujados por estos tiempos de inmediatez donde todo pasa muy deprisa y se olvida rápidamente. Algo que no deberíamos hacer con esta obra, que pese a ser algo breve está muy trabajada y repleta de matices. El largo parto de la misma da buena muestra de ello. Sexma sigue siendo uno de los grupos más infravalorados de la escena, pero los que tenemos la suerte de haberlos descubierto seguiremos disfrutando de su música con este cuarto álbum.
Lo mejor: En su cuarto trabajo han dado un paso adelante y han arriesgado algo más sin por ello perder su esencia. «Grisalla» es un álbum de metal alternativo que roza el sobresaliente.
Lo peor: Al igual que su predecesor, siete canciones se nos antojan pocas.
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