Así, de la noche a la mañana, llegó a mis oídos «Arte Y Oficio», el segundo disco de los Corazones Eléctricos. No le habían dado demasiado bombo al lanzamiento en sus redes, al menos yo no me había enterado de que tendríamos nuevo álbum de los valencianos hasta que unos días antes del 3 de diciembre (fecha elegida para su publicación) nos adelantaron el tema que da título al álbum. Aquel single me impactó y me hizo pensar que el disco no iba a tener desperdicio, y efectivamente, así es. Dos años después de su debut homónimo, Corazones Eléctricos están de vuelta con diez nuevas canciones grabadas y mezcladas por el prestigioso ingeniero de sonido Manuel Tomás que exploran la amplitud de estilos de los que son amantes estos rockeros empedernidos. En «Arte Y Oficio» continúan abusando de su dominio de los patrones del rock n’ roll clásico, pero dan un paso adelante, dejando ver de forma manifiesta su gusto por el rock de los 90′ y alternan con naturalidad canciones realmente potentes y viscerales con otras más íntimas. Ese estilo noventero queda bien reflejado en el artwork con una portada que retrata los objetos que han servido de inspiración de las canciones (algo recargada, eso sí) y con las fotografías interiores de Irene Bernad que aportan un valor artístico y estético que va más allá de la música.
«Por Ti», el single al que hacía mención antes, es el tema encargado de abrir «Arte Y Oficio», y ciertamente muestra el oficio que estos tres curtidos músicos tienen en el arte del rock n’ roll. Potencia y elegancia marca de la casa. «A Contraluz» se mueve en unos parámetros similares aunque con un ramalazo garajero muy al estilo de sus admirados Hellacopters mientras que en «Contra Las Cuerdas» viran sutilmente hacia sonidos propios del rock n’ roll más clásico en una canción que seguro firmarían gustosamente sus paisanos Los Zigarros. «Despierta» es, a mi modo de ver, el tema más flojo del álbum. Empieza de forma muy prometedora, como un medio tiempo que augura emociones fuertes, pero la falta de un estribillo convincente echa un poco por tierra las expectativas iniciales. «El Monstruo» es un golpe de efecto sorprendente que me convenció desde la primera escucha. Ese riff inicial digno de los mejores Queens Of The Stone Age es fascinante, y a lo largo de todo el tema combinan con acierto elementos de fuzz, stoner, psicodelia y hard rock. «Sangre Y Revolución» es el perfecto medio tiempo que antes esperábamos y que, esta vez sí, convence. Llega, además, en el momento adecuado para servir de punto de inflexión en el ecuador del álbum. Un tema pausado que nos permite coger aire porque inmediatamente después, con «Valentina», vamos a quedarnos sin respiración y sudar de lo lindo. En su vertiente más punkarra tenemos este corte que sin duda es uno de los más destacados. «Valentina, fuego y distorsión, sabes a diablo y rock n’ roll», con ese estribillo ya nos lo dicen todo. En «En Las Estrellas» combinan las guitarras limpias con las electrificadas de forma eficaz logrando transmitir esperanza para los momentos bajos. Un corte de tempo lento que contrasta radicalmente con el enérgico «Doble O Nada» que a ritmo de rockabilly nos va a hacer mover las caderas aunque intentemos resistirnos, ¿pero para qué vamos a hacerlo? mejor será dejarse llevar… Y el final del álbum lo van a poner con una épica balada como «Sempiterno» en la que Pau Monteagudo se atreve tocando y grabando, por primera vez, un piano de cola. Un cierre de lo más conmovedor, con arreglos de cuerdas incluidos, que lo es aún más cuando tras unos segundos de silencio suena en un viejo gramófono el tango de Carlos Gardel «Por Una Cabeza». Estos chicos no dejan de sorprendernos…
Después del regreso de Uzzhuaïa a los escenarios, muchos éramos escépticos ante el regreso de los otros proyectos de sus componentes. Pensábamos que con el éxito de aquella gira se lo tomarían con calma, pero de un plumazo han disipado todas sus dudas, al menos en lo que respecta al grupo de Pau Monteagudo. Tras la agradable sorpresa que supuso hace dos años la publicación de «Corazones Eléctricos», muchas cosas han pasado en el seno de la banda valenciana, dos cambios de batería incluidos. Ahora, Quique Cuquerella se ha asentado en el puesto, y junto a Kako Navarro en el bajo forma una sección rítmica arrolladora que permite al emblemático frontman lucirse con su voz y su guitarra. Una maquinaria perfectamente engrasada que con «Arte Y Oficio» pone blanco sobre negro. Corazones Eléctricos han vuelto para quedarse y nosotros lo celebramos.
Corazones Eléctricos (Kako Navarro, Pau Monteagudo & Quique Cuquerella)
Lo mejor: «Arte Y Oficio» no solo está a la altura del debut de la banda sino que se podría decir que lo supera. Un nuevo ejercicio magistral de rock sin ataduras por parte del trío valenciano.
Lo peor: Una portada demasiado recargada.
Corazones Eléctricos «Arte Y Oficio» (Autoeditado)
1. Por ti
2. A Contraluz
3. Contra Las Cuerdas
4. Despierta
5. El Monstruo
6. Sangre Y Revolución
7. Valentina
8. En Las Estrellas
9. Doble O Nada
10. Sempiterno
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