Esta nueva crítica viene de la mano de la banda barcelonesa Degraey. Este grupo está formado por César Perals (Carontte) a la batería y las voces, Víctor Paradís (Boreals) a la guitarra y las voces junto a César, Iván Pizarro a la guitarra y los sintetizadores, y Luc Espinach tocando el bajo. Víctor entró para cubrir el puesto de un miembro de Carontte, cuyo grupo se acabó deshaciendo y, por ello, César y Víctor crearon este nuevo proyecto. Un año después entró Iván para meter los mencionados sintetizadores y acabó tocando también la guitarra. Y tiempo después llegó Luc para cerrar la formación.
En su último trabajo autoeditado, «Reveries», se incluyen seis temas donde es totalmente destacable el género del post-metal, en el cual tienen todo el peso los instrumentos y la voz pasa a un segundo plano encargándose de adornar esos instrumentos. Cada una de las canciones que componen el álbum tienen una duración más larga de lo que podríamos estar acostumbrados con otros grupos, pero para Degraey es algo totalmente común. Tal y como ellos dicen en una entrevista del 2017 “Los temas son largos pero directos”. En este caso, el post-metal que interpretan podría equipararse prácticamente al jazz, ya que en ocasiones parece incluso que están improvisando sobre una base. Lo que queda claro es que la música nace de un lugar profundo, pues ponen toda la carne en el asador para conseguir que todo el conjunto esté creado de manera muy visceral.
Es muy importante, llegado a este punto, destacar los contrastes sonoros y el lenguaje que utilizan con los instrumentos puesto que casi consiguen que hablen por sí solos. En definitiva, van de una base visceral y profunda del ser humano para llegar a esa parte profunda y visceral del oyente.
Mar García Guijarro
Lo bueno: Saben llegar muy bien al interior del oyente.
Lo malo: Las canciones se parecen bastante entre sí.
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