Bueno, pues ya está aquí el disco más esperado de la temporada. Me atrevería a decir que de los últimos años. El caso es que desde el fallecimiento de Chester Bennington en el verano de 2017 la incertidumbre acerca del futuro de Linkin Park ha provocado todo tipo de rumores y comentarios que han generado también todo tipo de reacciones. Lo cierto es que ya desde hace un año cogió fuerza la teoría de que estaban buscando una cantante femenina para relanzar su carrera, la cual se materializó en septiembre de este año cuando presentaron la nueva alineación en un concierto exclusivo con fans en Los Ángeles. Sobre el escenario aparecieron Mike Shinoda, Brad Delson, Dave Farrell y Joe Hahn junto a dos nuevos miembros: la cantante Emily Armstrong (del grupo Dead Sara) y Colin Brittain (batería que sustituye también a Rob Bourdon, que con eso no contábamos). También resulta que días después se hizo público que el guitarrista Brad Delson no participaría en la gira debido a razones de salud mental, aunque sí ha grabado el álbum y permanece como miembro oficial del grupo. Mucho revuelo en los días posteriores. La polémica artificial creada en torno a la figura de Armstrong por sus lazos con la Cienciología, que si el enfado de familiares de Bennington con Shinoda por el hecho de reactivar la banda sin consultárselo, etc, etc. Todo ello, simplemente me parece ruido que nos aleja de lo que debería importar toda vez que ya hemos podido escuchar «From Zero», la madre de todas las preguntas: «¿Es bueno el disco?». Vamos a ello…
Los fanatismos nunca suelen ser buenos. Y en este caso, por un lado están los que no aceptan, ni lo harán, que la banda haya decidido seguir adelante sin Chester Bennington, y por otro están los que son fieles a una marca – podríamos decir – y que van a defender a capa y espada todo lo que firme esta empresa en la que se ha convertido Linkin Park. Está claro que sustituir a uno de los mejores vocalistas de la historia no es tarea fácil, pero a mi juicio han acertado con la elección de Emily Armstrong. Y no lo digo apoyándome en la teoría naif de que por ser una mujer no van a comparar su voz con la de Chester. Siempre se la va a comparar, lo quieras o no, sobre todo en el momento en el que tiene que defender las canciones antiguas de la banda en directo, porque lo tiene que hacer… Me parece que han acertado porque simplemente es una cantante cojonuda. Su rango de voz es espectacular y esa versatilidad le permite brillar tanto en los momentos más agresivos y gritones como en los más melódicos. Y ciñéndonos al concepto general del álbum, a la idea que han querido plasmar, tenemos que decir que estamos ante un trabajo muy completo y que supera las expectativas que muchos podríamos tener, al menos hablo por mí. No podemos olvidar que el último álbum era «One More Light» (2017), que aunque ahora haya quien lo reivindique al tratarse del último álbum con Chester en el papel de vocalista principal, no deja de ser un disco de pop puro y duro, con ambiciones comerciales descaradas, al estilo de lo que se llevaba en el momento, musicalmente hablando. Parece claro que Mike Shinoda, que a nadie se le olvide que es el que maneja el cotarro aquí, aprendió la lección y ha querido reverdecer viejos laureles en esta nueva etapa. Pese a los citados cambios en el lineup, tampoco parten de cero como parecen querer indicarnos en el título, y aunque comienzan una nueva era, lo que han querido es recuperar todos los elementos que los hicieron grandes (scratches incluidos) para firmar un disco con un sonido plenamente reconocible. Por momentos parece una especie de greatest hits, ya que tenemos guiños constantes a sus trabajos precedentes. El primer single, «The Emptiness Machine», es un temazo con una onda muy «Meteora», como lo es un «Heavy Is The Crown» que quizá guarda demasiado parecido con «Faint», pero bueno, tampoco seré yo quien les eche eso en cara. También «IGYEIH» tiene reminiscencias de esa primera etapa, y ni que decir tiene el inconmensurable «Two Faced» que me recuerda a los Linkin Park de «Hybrid Theory», que nos pongamos como nos pongamos, siempre serán los mejores Linkin Park. «Cut The Bridge» nos recuerda inevitablemente a «Bleed It Out», aunque con algo menos de garra que el temazo de «Minutes To Midnight». También tenemos el sorprendente «Casualty» que tiene un rollo totalmente hardcore, en el estribillo desde luego, lo cual podría llevarnos a aquel «The Hunting Party» de 2014 en el que volvieron a endurecer su sonido para tratar de recuperar a los fieles metaleros que habían perdido por el camino con los erráticos «A Thousand Suns» y «Living Things». Para contentar a los defensores de aquellos discos poperos también tenemos aquí cortes como «Stained» o «Good Things Go», que siguen esa línea aunque con algo más de pegada (afortunadamente), e incluso el pildorazo dubstep de «Overflow» que podría haber entrado en cualquier trabajo de Shinoda en solitario. En líneas generales podemos decir que «From Zero» está diseñado para despertar la nostalgia en el oyente. Está claro que los Linkin Park de «Hybrid Theory» y «Meteora», con toda su magia, nunca volverán; tampoco creo que debamos pedírselo. Pero desde luego, son mucho mejores que los de «A Thousand Suns», «Living Things» y «One More Light», por lo que si podemos colocar «From Zero» en la zona media de su discografía podemos darnos más que por contentos.
Lo mejor: Linkin Park han publicado un álbum que supera las expectativas que la gran mayoría de los fans podríamos tener a estas alturas.
Lo peor: Por mucho que quieran convencernos, ya desde el título, nunca partirán de cero.
1- From Zero (Intro)
2- The Emptiness Machine
3- Cut The Bridge
4- Heavy Is The Crown
5- Over Each Other
6- Casualty
7- Overflow
8- Two Faced
9- Stained
10- IGYEIH
11- Good Things Go
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