Red me han conseguido enmendar la plana, y yo me alegro enormemente. Si en la crítica de su anterior disco de estudio «Gone», afirmaba en «lo peor» lo siguiente: «cuando quiera escuchar un álbum de Red seguiré poniéndome «End Of The Silence», y eso once años después de su lanzamiento y habiendo publicado cinco discos después de aquel empieza a ser preocupante», ahora esa sentencia queda caduca y tengo un nuevo disco que añadir a mis predilectos,«Declaration». Sí, su séptimo disco me ha convencido, y lo ha hecho contra todo pronóstico y de una forma que nunca me hubiera imaginado. ¿Es una vuelta a sus orígenes? Pues sí y no. Han recuperado la magia de aquel espléndido debut y hay mucho de aquel sonido en este nuevo trabajo, pero por otra parte han dado un paso adelante ganando en agresividad y es que «Declaration» es, sin duda, el álbum más potente y crudo de su discografía.
Red terminaron su contrato con el sello cristiano Essential Records – filial del gigante Sony – y pasaron a engordar la larga lista de artistas que se deciden a publicar sus trabajos de forma independiente. Quizá la pérdida de un contrato discográfico aumentó la motivación de la banda para perseguir su identidad sin restricciones, pero lo que parece evidente es que «Declaration» supone el comienzo de una nueva era para la banda, o al menos eso esperamos. Editado por su propio sello, Red Entertainment, y distribuido por The Fuel Music, «Declaration» ha llegado a nuestros oídos el 3 de abril, una semana antes de lo previsto, no sabemos muy bien porqué, pero así nos han sorprendido doblemente y lo hemos podido disfrutar antes de lo previsto.
Desde las primeras notas del inicial «All For You» nos damos cuenta de que estamos ante un trabajo desgarrador, tan oscuro como de costumbre, pero mucho más crudo y rabioso que sus trabajos precedentes. Utilizando guitarras con afinación más grave, elementos orquestales más espeluznantes y un mayor énfasis en las voces gritadas, el combo de Nashville – que vuelve oficialmente a ser cuarteto tras la incorporación del batería Dan Johnson – experimenta con atmósferas de lo más agresivas que anteriormente tan solo se insinuaban en canciones puntuales. Aunque se centra en los aspectos mucho más pesados de su sonido, el disco también contiene muchos de los elementos básicos del pasado de la banda, produciendo estribillos masivos y aplicando la versatilidad de la orquestación para acentuar aún más el aura del álbum. «Infidel» arranca con un grito prolongado que da paso a una andanada de riffs antes de caer en la calma por la que discurren las estrofas que preceden al estribillo que los fanáticos esperan de Red. Estamos ante un tema escalofriante y cinematográfico que establece el patrón de riffs pesados y progresiones masivas de power chords que guiará cada canción del álbum a través de diferentes niveles de intensidad. En cortes como este o «Cauterize», los gemelos Armstrong muestran su solvencia y, en ocasiones, genialidad, para crear atmósferas pesadas y a la vez melodías pegadizas, mientras que la agresividad pura la encontramos en cortes como «Float» donde se ejemplifica aún más el énfasis de la pesadez encarnada en las guitarras y en la soberbia voz de Michael Barnes. Aquí, de no ser por el estribillo melódico marca de la casa, podríamos estar ante un tema de nu metal primigenio al estilo de Slipknot. Por otro lado, las progresiones más contenidas se encuentran en «Sever» y «The War We Made» donde resalta la capacidad de los gemelos de dar un paso atrás y centrarse en los aspectos más melódicos de su oficio. Este último, elegido como primer adelanto, resume perfectamente la temática del álbum, donde la confusión da paso a la desesperación y luego a la comprensión de nuestro dolor. La guerra dentro de nosotros no es algo que podamos superar por nuestra propia voluntad, sino por un poder mayor que nosotros. «The Victim» se abre con un xilófono enmascarado por un siniestro latido electrónico cuyo sonido regresa como si de un estribillo instrumental se tratase antes de su momento más intenso. Un pequeño detalle de los muchos que salpican todo el álbum y que hacen que gane enteros con cada escucha. La superposición de una instrumentación tan agresiva con los bellos elementos orquestales yace en la impresionante interpretación vocal de Barnes, que eso sí que no ha variado a lo largo de los tres lustros de vida de la banda, aunque nunca la habíamos escuchado con esta agresividad. Otro buen ejemplo de ello lo tenemos en «Only Fight» con un estribillo descarnado totalmente gritado. Dos de los cortes más destacados serían «The Evening Hate» y «From The Ashes», los cuáles ya pudimos escuchar en el EP titulado como la primera que publicaron el año pasado y en el que nos pusieron los dientes largos de cara a lo que estaba por venir, que no es otra cosa que un álbum majestuoso.
Red nunca hicieron un disco malo, eso es cierto, pero sí que eran demasiado planos y previsibles últimamente, una tendencia que se ha frenado en seco con «Declaration», su mejor disco desde «End Of The Silence» y un firme candidato a disco del año en lo que a metal se refiere. Dios los bendiga.
Lo mejor: Han recuperado la magia. «Declaration» es una auténtica bestialidad, el mejor álbum de Red desde su debut «End Of The Silence», y con eso ya os podéis hacer una idea de que estamos ante un álbum de metal moderno inconmensurable.
Lo peor: Que a estas alturas todavía no sean considerados como uno de los grupos más grandes del estilo es, después de este disco, aún más incomprensible.
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