15º aniversario del «Waking The Fallen» de Avenged Sevenfold

El próximo domingo, 26 de agosto, se cumplen quince años de la publicación de «Waking The Fallen», el segundo álbum de estudio de Avenged Sevenfold. Un trabajo que los puso en el mapa y que pese a que pocos medios lo nombrarán entre los mejores de su discografía, es un disco que ha envejecido muy bien y sigue sonando impactante tres lustros después.

En 2001, cuando la banda todavía estaba muy verde y sus miembros apenas rondaban los veinte años, publicaron «Sounding The Seventh Trumpet», un álbum debut un tanto inconexo e incoherente. No fue un buen disco, ni siquiera dentro de ese primigenio metalcore que comenzaba a asentarse como el subgénero predominante en el metal moderno, pero sirvió de punto de partida para una carrera que no ha hecho otra cosa que ascender desde entonces, mal que le pese a muchos críticos y true metalheads. Dos años después, y ya con la formación clásica establecida una vez que Johnny Christ se unió a la banda como bajista y con Synyster Gates (que había entrado a formar parte de la banda justo después de la grabación de «Sounding The Seventh Trumpet») como guitar hero, se pusieron manos a la obra para grabar «Waking The Fallen». Era el primer disco que grababan con el sello Hopeless Records que los acababa de fichar. Es un sello especializado en hardcore, pop-punk y demás, pero en aquella época todo estaba cambiando, y el look emo que se gastaban A7X y que tantos prejuicios creó entre los puretas del metal, quizá fue lo que llevó al sello californiano a apostar fuerte por ellos. Reeditaron su disco debut y el EP «Warmness On The Soul», y pusieron al alcance de la banda de Orange County los medios para crear un álbum más refinado y con un sonido más grandilocuente. Con la producción de Andrew Murdock, «Waking The Fallen» supuso la primera vez que la banda entró en la lista Billboard, y su fama fue en aumento, participando en varias ediciones del famoso Warped Tour. Pero si algo han demostrado Avenged Sevenfold a lo largo de su carrera es que son una banda ambiciosa, no se conformaban con ser la banda que liderara este popular festival itinerante americano ni en tocar en pequeñas salas y por ello han ido dando pasos arriesgados en cada álbum que les ha colocado donde están hoy en día. Podría haberles salido mal, pero apostaron fuerte y ganaron un reconocimiento popular que no han recibido otras bandas como por ejemplo Atreyu, Trivium o All That Remains con las que compartían escenario y estilo en la época.

«Waking The Fallen» arranca con una intro del mismo nombre, de casi dos minutos, que nos deja ver que ya no estamos ante la banda chillona de «Sounding The Seventh Trumpet». Sonido épico, con tintes góticos que daba paso a una más que brillante «Unholy Confessions» (primer tema exitoso a nivel mainstream de la banda gracias al videoclip altamente expuesto en la MTV) que suena empalmada a la anterior. La brutal pegada de «The Rev» Sullivan a la batería alcanza su clímax en los breakdowns que preceden a los estribillos, muy melódicos y pegadizos, que ponen el equilibrio perfecto y el contrapunto a unas estrofas agresivas donde M. Shadows canta con guturales, una técnica que, salvo para detalles puntuales, dejaría de utilizar en los discos posteriores de la banda. El tercer corte es «Chapter Four» (mira que les gusta a las bandas llevarnos a confusión con sus títulos numéricos); un corte que sigue una línea similar al anterior pero dotado de mayor épica. Aquí ya muestran a las claras su intención de llevar el heavy metal clásico al siglo XXI, algo que lograrían inequívocamente con su seminal «City Of Evil» de 2005. «Remenissions» es uno de los temas más chocantes, donde combinan las partes más agresivas del álbum y cercanas a su debut, con un estribillo extremadamente melódico donde incluso Synyster Gates se atreve con un punteo de guitarra española ciertamente aflamencado. «Eternal Rest» también es muy singular, alternando partes hardcoretas con M. Shadows gritando como un descosido, con riffs machacones y contundentes muy en la línea de sus admirados Pantera, llegando al punto álgido en una parte final épica y dramática acentuada por los arreglos de cuerda. «Second Heartbeat», ya en el ecuador del álbum, es uno de los himnos de la banda, que se ha ganado ese estatus a través de los años. El riff de apertura es aplastante, y los diferentes cambios que se desarrollan a lo largo del tema unidos a a combinación entre voz gutural y limpia son espectaculares. Siete minutos que se pasan volando. Para mí, no llega al nivel de «Unholy Confessions» pero le pisa los talones. Y a partir de aquí llegan las joyas de la corona; los temas en los que se sueltan definitivamente y ponen todo su talento como músicos para demostrar que son capaces de componer canciones de una complejidad ajena a estilos encorsetados. «Radiant Eclipse» todavía se mueve en los parámetros del metalcore de principios del milenio pero su final ya nos pone sobre aviso de lo que viene después, que no es otra cosa que los temas más épicos del álbum y, quizá también, de su discografía. «I Won’t See You Tonight» se divide en dos partes. En la primera, de casi nueve minutos, tenemos unas guitarras que nos dejan sin aliento; los riffs ultradistorsionados de Zacky Vengeance y, sobre todo, los épicos solos de Synyster Gates ponen la piel de gallina, por no hablar de la gloriosa voz de M. Shadows dándolo todo en una parte final que viene precedida de unos arreglos de cuerdas y piano que preparan el terreno de forma magistral para ese cierre épico con unos coros que ya querrían Manowar. La segunda parte es el contrapunto, una canción rabiosa y acelerada que de primeras nos descoloca un poquito pero cuyo estribillo también es memorable. Se nota el trabajo que M. Shadows hizo en el estudio junto a Ron Anderson (profesor de canto que ha trabajado con artistas como Axl Rose o Chris Cornell) demostrando que era un cantante más que competente en su registro limpio. La épica desatada vuelve con «Clairvoyant Disease» y sus claroscuros; sobre todo en la parte final, algo que es la tónica de este álbum, los desarrollos que van ganando en intensidad y nos llevan de partes agresivas y penetrantes a explosiones épicas y melódicas. Algo muy bien expuesto en el broche final del álbum, un «And All Things Will End» de casi ocho minutos que le pisa los talones a «I Won’t See You Tonight (Part 1)».

Al poco de publicar «Waking The Fallen», Avenged Sevenfold ficharon por Warner Bros. Records. Una muestra más de la ambición de la banda y de la repercusión que estaban empezando a alcanzar en la escena metalera. Con la famosa multinacional publicaron dos años después el rompedor «City Of Evil», y como se suele decir, el resto ya es historia…

 

Avenged Sevenfold en 2003 (The Rev, Johnny Christ, Zacky Vengeance, Synyster Gates & M. Shadows)

The following two tabs change content below.
Fundador y director de Rock4Spain. Esposo y padre de dos. Funcionario del rock & roll. Tras aparcar sus proyectos musicales propios y con la experiencia que le dan varios años de colaboración como redactor en cylcultural.org decide lanzarse a esta empresa.

Latest posts by David González (see all)

Deja un comentario