Resurrection Fest 2019 (sábado 6 de julio, Viveiro)

Llegó el último día acompañado con un tiempo muy agradable. Casi el mejor día para mi gusto. Por otra parte, se apreciaba considerablemente que el día grande había sido el anterior, ya que aunque la asistencia era abundante, no tenía comparación con la del viernes.

Tras la fatigada noche del día anterior que culminó para nuestro círculo del camping con un DJ improvisado en el puesto de calcetines y posteriormente el DJ estipulado en el Chaos Stage, nuestro primer concierto del sábado fue el folk metal de Celtibeerian. Siento especial predilección por este género y no podía perdérmelos en el Resurrection. Como llevo observando en las crónicas pasadas, la ecualización y el sonido a primera hora de la tarde, sobre todo en el Main Stage, dejaba que desear; sin embargo eso no frenó al grupo que con su técnica precisa, su variedad instrumental y su propio goce sobre el escenario compensaba todo para ofrecer al público lo mejor.

A las 17:00 de la tarde el sol picaba bastante, todos en el recinto lo notamos pues cogimos más color en el cuerpo que el día anterior. A esa misma hora variamos entre el Desert Stage y el Ritual Stage. En el primero encontramos a Syberia que ponía una banda sonora adecuada a una tarde muy agradable consiguiendo erizar el pelo a más de una persona. Posteriormente pasamos al Ritual donde el thrash de Strickeback nos devolvía a la realidad del festival más grande de metal de España con sus riffs rápidos y pesados, herederos de las míticas bandas del género. Ese día uno de los grupos que firmaban era Within Temptation por lo que nos ponemos a la cola de firma mientras escuchamos y vemos en el Main Stage a Alien Weaponry. Los de Nueva Zelanda dieron un espectáculo increíble y su particular estilo con la inclusión en sus canciones de motivos melódicos maorís, los cuales forman parte de su herencia cultural, no hizo más que fascinar y agitar al público. Particularmente me arrepiento de no haber escuchado más a este grupo porque hubiese podido disfrutar mucho más el concierto y su thrash metal maorí sobre todo con canciones como “Rū Ana Te Whenua” o “Kai Tangata”. Si tenéis la oportunidad de verlos en directo no os lo perdáis porque va a ser un gran descubrimiento.

Pese a que Berri Txarrak tocaba más tarde en el Ritual, ofrecieron un pequeño concierto acústico donde la gente se reunió como una piña. Aunque hubo bastantes opiniones en contra de ese puesto, yo opino que fue uno de los grandes aciertos de esta edición del festival. Una pequeña fiesta aparte donde la gente se reía sin juzgar a nadie mientras bailaba y gritaba a pleno pulmón la “Bulería” de Bisbal o la “Mayonesa”, entre otros grandes temas del verano en el pueblo. De vuelta al escenario principal se acercaba la hora para el nuevo trío fuerte de la noche, Testament, Lamb of God y Within Temptation. Primeramente encontramos a Testament. Pese a la edad acusada, como a los de Slayer, se mantienen en forma y ofrecieron lo que saben hacer mejor que nadie. Su puesta en escena es bastante mustia pero no era necesaria para poder volar sobre las cabezas de los demás compañeros del público y disfrutar de los incesantes circle pits a ritmo de “Over The Wall” o “More Than Meets The Eye”.

Les continuaban Vhäldemar con un estilo más power. Cada grupo español ha desarrollado su propio canto de guerra, generalmente. Para los de Baracaldo este ha sido “A muerte”, coreado por sus fans tanto como por su cantante (Carlos Escudero) mientras la bandera de la banda se ondea.

Sin un descanso empieza el groove de Lamb of God. No hay duda que fue con la llegada de “Walk With Me In Hell” cuando el público comenzó a sacar todo su repertorio de “bailes del metal” y allí no quedó vivo nadie. Llegué a contar 7 circle pits solo en la zona delantera. Si con Arch Enemy Alissa es la locura sobre el escenario, con Lamb of God lo es Randy Blythe. No para de saltar, de animar, de incitarnos a que liberemos toda nuestra energía. Y así se hizo. No podíamos decepcionarlo. El efecto de las luces hubiera sido muchísimo más impresionante si la oscuridad de la noche hubiera llegado de forma completa, aun así, sus temas “512”, “Engage The Fear Machine” o las últimas “Laid To Rest” y “Redneck” brillaron por sí solos.

Le tocaba el turno a Berri Txarrak con su gira de despedida. Tuve la suerte de compartir la experiencia con dos vascos que mantuvieron hasta el final que había sido el mejor concierto de Berri que habían visto. Esa era su decimoquinta vez e iban a volver a verles el 14 de julio. Sus mayores fans. A todo esto, los niños del Resukids no dejaron de pasearse y disfrutar por todo el recinto lo que duró el festival. En este concierto ellos fueron más protagonistas que nunca. Al inicio de la canción “Ikasten” se tiene como tradición que todo el mundo se agache. Fue en este momento cuando uno de los niños dijo al público “quien no se agache que se vaya”. Tras 25 años sobre los escenarios de nuevo otro grupo grandísimo eligió el Resurrection Fest como parada para decir adiós a una vida de carrera musical. Se despiden con una total perfección técnica, animando a sus fans y ofreciéndoles canciones míticas como “Dortoken Mendean” o “Denak Ez Du Balio”.

La suerte de que los escenarios estén tan separados uno del otro es que mientras está terminando un grupo en un escenario, en el otro da tiempo a que se haga la prueba de sonido. Esto es fantástico técnicamente pero el público tiene que ir inmediatamente de un extremo a otro si quiere tener buenas vistas del siguiente concierto. De esta forma fuimos hacia el Main porque Within Temptation daba comienzo con o sin nosotros. Las calvas en la masa del público eran apreciables. Realmente se había ido mucha gente ya para esas horas y ese concierto, aun así el público cantó con mucha fuerza supliendo la cantidad que faltaba. Me fue imposible obviar detalles como la voz de Sharon Den Adel bastante más baja que el resto de instrumentos haciendo difícil escuchar los momentos en los cuales se daba un monólogo entre las canciones, los cuales también se hicieron a veces un poco largos. Fue una actuación elegante y potente, acorde con el estilo del grupo. Por otra parte, la ecualización y el juego con la misma durante el directo en canciones importantes como “Stand My Ground” hizo que hubiera ligeras desafinaciones. En la canción “Faster” este sonido estuvo descompensado particularmente con un bajo muy saturado que se comía al resto de instrumentos. Fue una pena que tuvieran estos fallos pues hizo que el directo no fuera todo lo bueno que debería. Pese a esto no dejaron de mantener el tipo interpretando canciones propias como “Angels” y algunas colaboraciones como aquella con Tarja Turunen, “Paradise”. Para esta canción se proyectó el videoclip en la pantalla del fondo mientras que la voz de Tarja, grabada, entonaba los coros. La conclusión, sin duda, es que el mal sonido minimizó el impacto de los neerlandeses.

Para concluir la noche y el festival encontramos a Cult Of Luna y King Diamond. Por su parte, Cult Of Luna es uno de los grandes grupos actualmente del sludge. Un género, junto con el stoner o el doom, que sobre todo predominó durante todo el festival en el Desert Stage. Como tales referentes que son, el directo no pudo ser más perfecto pues en ello se basa este estilo. A esas horas de la madrugada y con cierto cansancio el público reaccionaba, entre otras cosas, cerrando los ojos y meciéndose unos con otros por la profundidad de los efectos musicales que conseguían y casi ruido blanco de canciones como “Silent Man” o “In Awe Of”.

El gran King Diamond dio fin a esta XIV edición del Resurrection Fest. Uno de los principales ejemplos del Old School del heavy metal. Como tal, nuestra última cita en tierras gallegas empezó de la forma más dramática. Kim Bendix Petersen entraba en una camilla con toda una puesta en escena y atrezzo digna de un teatro mientras sonaba “St. Lucifer Hospital”. A continuación, “Abigail”, su disco más famoso es introducido por medio de un ataúd, una muñeca y la canción “Arrival” ¿Quién es capaz de cantar como hace él con esos agudos finos, brillantes y limpios tras tantos años? Solo lo podemos llamar Gran Profesional a él y a su formación. Fue sin duda la mejor forma de concluir este festival. El Resurrection Fest 2019 ha sido una de las mejores ediciones con los grupos más grandes y de mayor asistencia. Esperemos que se repita en 2020 y que os veamos a todos allí.

Sonia Jiménez Carrillo

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