Thomas Cummings, más conocido como Tommy Vext, es un personaje controvertido, de eso no cabe duda. Tampoco de su enorme talento como vocalista, y el nuevo trabajo del que fuera vocalista de Divine Heresy y Westfield Massacre es una nueva muestra de ello. Tras su abrupta salida de Bad Wolves, con acusaciones cruzadas entre Vext y los miembros restantes de la banda, la demanda judicial al manager de la banda y CEO de Better Noise Music, Allen Kovac, entre otras polémicas, muchos le daban por acabado. Su apoyo público a Donald Trump le ha salido caro en un mundillo que se vanagloria de ser muy abierto y respetuoso. Quizá el hecho de ser negro es lo que le ha salvado de acabar quemado en la hoguera de los nuevos guardianes de la moral, quién sabe, pero el hecho es que está de vuelta, esta vez bajo el nombre de The Lone Wolf (lo que parece una clara puya a los ex-compañeros de su última banda). «Grand Theft Audio» es su primer artefacto sonoro con este nuevo proyecto, un álbum autoeditado con la ayuda del micromecenazgo de sus fans compuesto por diez canciones propias, más la versión del mítico «Crawling» de Linkin Park, en el cual ha volcado toda su rabia, su frustración y sus esperanzas en una resurrección musical que me atrevo a decir ha logrado con creces.
Entrar a diseccionar quienes acompañan a Vext en esa aventura es una hazaña que se nos antoja imposible, además de tediosa. Algunos le ayudaron en la composición, otros en la grabación, otros serán los que lleven las canciones al directo… en fin, ya se ha encargado él de confirmar (por si alguien tenía alguna duda) que The Lone Wolf es él, y que los demás son mercenarios. Así nadie se lleva a engaños. El caso es que «Grand Theft Audio» es un misil directo a la línea de flotación del discurso políticamente correcto de la época actual. El guiño en el título al videojuego Grand Theft Auto no lo entiendo, pero eso será por mi casi analfabetismo respecto a ese extraño mundo, el caso es que musicalmente estamos hablando de un gran disco de metal contemporáneo. El tema homónimo y que sirve de apertura es como un bofetón en la cara a las primeras de cambio. Supura rabia, melodía y testosterona a lo Five Finger Death Punch, o sea, un hit digno de la banda liderada por un Ivan Moody que en 2017 fue reemplazado en directo por Vext mientras él estaba en una clínica de desintoxicación. Lazos de amistad que hoy parecen rotos en otra de las innumerables polémicas en las que anda metido nuestro protagonista. Genio y figura… Pero aquí no estamos para salseos (aunque sea imposible esquivarlos por completo) por lo que seguimos con el disco. «Cancel The King» abre con riffs de guitarra frenéticos y voces decididas. Un auténtico «pepino» sobre la «cancelación» que ha sufrido en los últimos tiempos con la típica verborrea rapera adquirida en su Nueva York natal donde se empezó a hacer un nombre participando en batallas de gallos en Brooklyn siendo aún un adolescente. Es curiosa su trayectoria como cantante porque derivó de rapero a gritón hardcoreta para acabar siendo uno de los vocalistas más versátiles del metal, bastante infravalorado, la verdad, pero es el signo de los tiempos. «Trust The Science» es un temazo en clave de nu metal junto al rapero Topher sobre la histeria colectiva derivada del COVID 19 y las vacunaciones, cuarentenas, etc. No te hagas preguntas ¡antivacunas! ¿acaso eres un negacionista? Pues eso, a cerrar el boquino y a confiar en la «ciencia». Y en los medios de comunicación, claro… En la misma vertiente poderosa y reivindicativa tenemos «Hold The Line» en el ecuador del álbum y «Faith Over Fear» al final, canción esta muy rabiosa con esas estrofas de rollo hardcore en las voces gracias a la colaboración de Rob Bailey y los riffs de clara orientación djent donde también destaca mucho ese estribillo que es tan, tan, tan Light The Torch… Una delicia, vamos. En el extremo opuesto, el de las canciones lentas tenemos dos cortes que también se encuentran entre los más destacados. La emotiva «Strong For Someone Else» trata sobre la depresión, los instintos suicidas y la salud mental en general, problemas muy arraigados en las sociedades occidentales y que no le son ajenos a Vext y que este se toma muy en serio. Una especie de balada de instrumentación predominantemente electrónica que comparte parámetros musicales con una «America Meant To Me» que ejerce de impresionante epílogo versando sobre lo que Estados Unidos significa para él, es decir, lo que ha sido y en lo que se ha convertido. Entre medias tenemos el único tema que para mí supone un patinazo, un «Paper Lanterns» que no me convence por el uso de esos sintetizadores que le dan el toque de metal modernote que tanto se lleva ahora y que considero restan más que suman.
En definitiva, y a modo de resumen, podemos decir que «Grand Theft Audio» es un discazo de metal contemporáneo. Es bruto y emotivo, cargado de distorsión y electricidad, a la vez que tremendamente pulcro. Tommy Vext es polémico pero es auténtico y desacomplejado, además de ser una de las mejores voces, junto a la de Howard Jones, de la escena. Políticamente incorrecto, en el extremo opuesto de los que se consideran así mismos políticamente incorrectos pero siguen a pies puntillas los dictámenes del poder. Así es la vida, y así es la música.
Lo mejor: Tommy Vext ha resurgido y bajo el alias de The Lone Wolf ha creado un disco repleto de giros estilísticos y canciones emocionantes. «Grand Theft Audio» realmente engancha, y si bien resulta exagerado considerarlo como una obra maestra del metal contemporáneo, poco le falta.
Lo peor: Que lo controvertido del personaje impida a muchos potenciales oyentes, llenos de prejuicios, disfrutar de este gran disco. Ellos se lo pierden.
1. Grand Theft Audio
2. Cancel The King
3. Trust The Science
4. Runaway
5. Strong For Someone Else
6. The War You Wanted
7. Hold The Line
8. Paper Lanterns
9. Crawling
10. Faith Over Fear
11. America Meant To Me
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