Se han hecho de rogar. Las circunstancias no han sido fáciles, ni para ellos ni para nadie, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Cuatro largos años después de la publicación del excelso «La Guerra Contra El Resto», Whisky Caravan están de vuelta con el que es su cuarto disco de estudio. Se titula «Imaginaciones» y representa la consolidación del sonido del quinteto madrileño y del nombre del propio grupo como uno de los más relevantes en la escena rock nacional. Un trabajo compuesto por catorce temas (sí, habéis leído bien, catorce) grabados en septiembre de 2021 en los estudios Neo Music Box de Aranda de Duero (Burgos) junto a José Caballero que se ha encargado de la grabación, producción y mezcla. Los créditos técnicos los completan Santi Barrios (Masternot) en la masterización y Álvaro Fajardo (The Fly Factory) en el artwork; espectacular el trabajo de este último otorgándole el envoltorio perfecto a este gran álbum que vamos a escudriñar a continuación.
Si hasta ahora la carrera de Whisky Caravan se había desarrollado bajo el abrigo de Rock Estatal Records, para este nuevo disco han optado por la autoedición. A decir verdad, ya se decantaron por esta opción para lanzar «No Sueñan Fantasmas», su CD/DVD en directo. Entonces como ahora, han contado con la colaboración de Beatclap y Lengua Armada para la difusión y promoción. Se ve que acabaron desencantados con la labor del sello, pero bueno, en los tiempos que corren tampoco es necesario contar con el apoyo una compañía discográfica para publicar un álbum, y más cuando ya cuentas con una trayectoria detrás y una base de fans sólida, como es el caso del grupo madrileño, así que aquí estamos, analizando su cuarto disco de estudio, el primero en el que participa el bajista Josete Blanco. Estamos ante el trabajo que consolida su fórmula y su propuesta musical única y reconocible, aquella que les garantiza un espacio propio, tan cercano como alejado al de otros grupos y escenas. Eso sí, hay una ligera aproximación a sonoridades mas indies claramente identificables (sobre todo) en los punteos que salpican la mayoría de las canciones, véase en los iniciales de «Algo En Que Creer», «No Dejes Que Me Lleven», «A Cada Paso» o «Tan Lejos Como Puedas», bueno, y «Somos Más» al completo es una canción pensada para sonar en el escenario principal del Sonorama. No sé si es algo deliberado por parte del grupo, con la intención de ensanchar su base de fans, o si en este viraje ha sido clave la producción de uno de los gurús del indie nacional como es José Caballero, quien ha trabajado con bandas como Izal, Second o Shinova. En cualquier caso, es un matiz que tampoco lastra en demasía el resultado final de un disco complejo en el que los sentimientos se mantienen a flor de piel en todo momento. Según sus propias palabras: «amor, dolor, rabia, locura… son algunas de las imaginaciones que hemos tenido la fortuna y tal vez el descaro de guardar en cada una de las canciones del que creemos es nuestro mejor disco. Ha sido un proceso difícil, el conciliar nuestra vida real con la misión de hacer algo bello para el mundo feo que nos rodea, sin embargo, una vez más nos sentimos orgullosos de haber creado algo nuestro y al mismo tiempo de todos vosotros».
Levanta el telón «Algo En Que Creer», una reflexión sobre la esperanza y el momento en que el suelo queda lejos y necesitas abrazarte a algo. Un medio tiempo con la intensidad in crescendo de los que tanto les gustan y que son predominantes en este álbum. «Enemigos» es otro de los singles que precedieron a la publicación del disco y seguramente se convertirá en un nuevo clásico de la banda para cantar a grito pelado en sus directos, lo cual podremos comprobar a partir del 5 de noviembre en Madrid, donde arranca la gira de presentación de «Imaginaciones». Un tema que como confesaron en la preescucha / rueda de prensa de hace tres semanas, compusieron del tirón en una tarde, y pasa por ser uno de los cortes más directos y potentes del álbum. Sublime. «Larga Carretera» es cruda a la par que sutil, un medio tiempo de muchos quilates y otro de los cortes más destacados del álbum de largo. ¡Si tiene solos de guitarra a lo Kolibrí y todo!. «Gigantes» es una bonita balada que se distancia del resto por los pomposos arreglos orquestales y que contrasta sobremanera con el tema que le sucede, que no es otro que el que da título al álbum, un auténtico hit en potencia directo a la yugular. Aunque al final se les coge la gracia, a mí me sobran los «ay! ay! ay!», o al menos tantos y a tanto volumen, pero vamos, que es un pepino en toda regla en la línea de los Héroes más cañeros (lo que muchos seguro echarán en falta), así que tampoco vamos a sacarle pegas… ¡Si hasta mi hijo de dos años los corea!. «Mi Ingravidez» es una canción sobre encuentros efímeros e intensos de la que es imposible no enamorarse, aunque solo sea por esa referencia a Alice In Chains en la primera estrofa, mientras que «La Última Luz» es una balada dominada por la melodía de piano y con la voz de Danny a punto de quebrarse, sin embargo, y pese a ser una canción bonita, no creo que esté entre las más emotivas del lote. Sí que entran en esa categoría varias del tramo final del álbum que esconde auténticas joyas que sería un crimen que alguna de ellas no fuera single en un futuro. «Kintsugi» es la técnica japonesa consistente en arreglar las fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones son parte de la historia de un objeto, y que deben mostrarse en lugar de ocultarse, porque sirven para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia. Sobre este concepto, llevado al aspecto emocional, gira la canción del mismo nombre, una canción optimista y redentora pese a la oscuridad melódica que desprende y la minimalista instrumentación basada en guitarras acústicas y leves arreglos orquestales. Una especie de balada de inherente belleza e intensidad, despojada de artificios, que podría servir de enlace al disco en solitario de Víctor Fraile (guitarra y coros), «Diarios De Un Instante», publicado a principios de este año y que también es muy recomendable. «No Dejes Que Me Lleven» y «Satélites» son dos de los temas que mejor encarnan la influencia de los añorados The Calling que en pocos grupos de nuestro país han dejado tanto poso como en Whisky Caravan. Hablamos de dos temas de rock emocional que combinan la esencia americana y la sangre española. Especialmente brillante el primero de ellos. «Tan Lejos Como Puedas» es un tema robusto y directo y «A Cada Paso» destaca por tener uno de los mejores estribillos del álbum y diría incluso que de su discografía. Lo simple suele ser lo más efectivo y este tema es un buen ejemplo, tanto en su estructura como en la letra. Magnífico y sobrado de capacidad para tocar la fibra sensible del oyente. Y para clausurar esta obra cercana a la hora de duración tenemos «Los Últimos En Pie», un perfecto cierre cargado de optimismo y romanticismo que sintetiza la habilidad del combo madrileño para aunar intensidad y delicadeza.
El listón estaba tan alto después de «La Guerra Contra El Resto» que daba un poco de vértigo asomarse al siguiente álbum. No sé si a ellos como artistas les ha ocurrido, pero desde luego me ha ocurrido a mí, como crítico y como fan. Aún está muy reciente y hacen falta bastantes más escuchas para asimilar este disco y valorarlo como merece, pero creo que la conclusión principal se mantendrá. Considero que «Imaginaciones» no supera a su predecesor, pero si no logra igualarlo, cuanto menos se queda muy cerca, y eso no es moco de pavo. Ya quisieran la gran mayoría de grupos ofrecer un trabajo de la calidad de este, y no me refiero exclusivamente al ámbito nacional. Whisky Caravan llegaron para quedarse y para marcar la diferencia e «Imaginaciones» es una nueva demostración.
Lo mejor: Whisky Caravan se consolidan con su cuarto álbum como uno de los nombres más relevantes del rock español en la actualidad. Un disco complejo, con los sentimientos a flor de piel, que gana a cada escucha y se graba tanto en el cerebro como en el corazón.
Lo peor: Quizá sea demasiado largo, quizá no alcance el nivel de «La Guerra Contra El Resto»… Tan solo quizá.
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